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viernes, 31 de octubre de 2025

"Caen bombas" poemas de Eduardo González

MUJER

De terror ciegos,
sus ojos,
verdes como el olivar,
se anegaron de llanto,
y su risa, sol de abril,
no iluminó ya más 
su rostro gris.
Fátima, sucumbió ante el garrote 
que blandieron con saña
los canallas. 

Rania, segando el trigo,
del color de su piel
en el estío, 
vejada fue por la jauría 
de sátiros hambrientos,
que jadeaban
sobre la inmóvil liebre 
apaleada.

Entrelazando hilos,
urdimbre y trama 
en el tatreez tejiendo,
perdió su manos Noor,
al estallido brutal 
de la granada.

Escupitajo asesino
el proyectil,
que el corazón de Aaliyah
destrozó 
cuando enseñaba a leer
a Alí y a Omar,
en la sitiada escuela gazatí

Alzando su voz contra las hordas
de bárbaros,
de hienas,
de salvajes,
hecha cenizas, 
cayó Sara,
en la orgía de flamas
que el demonio,
estrella de David en su bandera,
propagó por toda Gaza
enceguecido. 

¿Quién detiene este horror?

¿quién lo conjura?


¿Tiene alma,
conciencia, 
corazón
el cruel verdugo?

¿Qué lo conmueve?

¿qué atenúa su impulso carnicero?

¿Su furor genocida
quién lo frena?

¿Quién reprime
sus ansias de matar sin pudor
a quien da vida?


CAEN BOMBAS

De un cielo
que proscribió el azul
y  abrazó la negrura mortuoria 
del horror,
caen bombas
una tras otra,
una tras otra caen.

Caen las bombas, 
una tras otra caen, 
como caen los niños fulminados,
piernas y brazos cercenados,
cercenados futuros y diplomas,
cabezas y vientres cercenados. 

El verdugo, que desoye 
ruegos y evangelios,
acata los dictados 
de un demonio
sediento de sangre y guillotinas,
sediento de huérfanos y tumbas.

Caen las bombas, 
una tras otra caen,
y aplauden al asesino 
los imperios.
Aplauden,
ovacionan,
condecoran
en el agonizante imperio de cartón
al asesino,
verdugo que el puñal blande 
enceguecido,
enceguecido  y ávido de sangre,
de sangre de infancias masacradas,
en la desolada Palestina 
hecha cenizas.


CANTA, POETA

Canta, poeta. 

Sé eco en el desierto,
sé de tu pueblo voz,
sé grito,
sé emisario.

Habla, Mahmoud,
del niño asesinado
en la escuela de Gaza,
cuando un ciprés 
de verde ramaje dibujaba.

Cuenta en tus versos, Ibrahim,
que hecho polvo,
por la acción del tirano 
genocida,
cayó un hombre;
y que su madre llanto,
madre pena,
sus cenizas
con ternura albergó 
bajo su thob.

Al mundo, ciego y sordo,
grita Fadwa,
del sembrado de olivos arrasado,
del jardín de amapolas arrancado,
por bombas asesinas
que el indolente cielo vomitaba.

Toma tu lápiz, Najwan,
al papel vierte tu dolor,
tu llanto eterno;
de tu herida sangrante
haz mil poemas.

Canta, Samih,
versos en altavoz.
Del tirano denuncia
sus infamias,
del tirano señala
sus cuchillos,
al tirano,
en todas las lenguas,
dile asesino.


AHMED

Tras el monte Ebal,
que imponente se erige 
a los pies de Naplusa,
emergía un sol 
de enormes alas
como el trigo oro,
y ungía el valle
sembrado de amapolas 
y olivares.

Tras el Ebal,
de Naplusa faro,
rabiosas aves de metal
en criminal bandada 
de luto el sol tiñeron,
y el poblado sembraron 
de bombas asesinas,
que cercenaron con vileza 
la amapola,
y el olivo asfixiaron.

Las suimagas,
antaño de festivo aleteo
y polícromo ropaje,
un canto mortuorio
entre nubes de azufre y ceniza
propagaron.

Ahmed, digno como el Ebal,
como el olivo noble,
estalló en mil pedazos 
y su sangre,
de rojo muerte 
tiñó las amapolas 
escarlata.

La sangre de Ahmed 
anegó el valle entero:
en lodo pútrido
convirtió el olivar,
y el pueblo
                 -cementerio de almas-
fantasmal y rojo
languidece.


*Eduardo González Medellín (1967). Poeta y diseñador de modas y vestuario escénico. Realizó estudios de Historia en la Universidad Nacional de Colombia, seccional Medellín. Inició su quehacer poético en 1991, en el Taller de Escritores León de Greiff, en Medellín, de la mano del poeta Omar Castillo. Ganó en 2020 el Concurso de Cuento Corto del Museo Colonial de Bogotá. Recibió mención de honor en los concursos: Deporte y Dictadura, Shincal de Quimivil a los Pueblos Originarios, Lone Star, Julio Argentino Aguirre y Por Los Océanos, de la organización ambientalista uruguaya Sea Shepherds. Su obra poética hace parte de las antologías: Poesía Contra la Dictadura, Poetas por la Paz, Poetas con Alas de Paz,  Vigilia Poética, Poesía Anti-imperialista, Prólogo y Epílogo, Contertulios, Gran Simio, y La Diferencia de mi Desamor, entre otras. Ha publicado los poemarios:  "Itinerario de la Sed" (2020) , "Efímera Cura" (2022) y "Amada Bogotá-versos de lluvia y frío-" (2024)).

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