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viernes, 11 de octubre de 2024

"El reflejo de sus ojos" poemas de Emmanuel Ortega Tobón


Trazos

Trazos son los lugares donde habitamos. 
El poeta habita en las palabras, el pintor en las ilustraciones, y en los matices de los colores. 
En la vastedad de la imaginación se encuentran, y se pierden en el misterio con la bruma del lápiz y el papel.
Hablan, buscando expresar por lo que no pueden en el silencio dejar…
Por las flores que se abren, por las noches turbulentas y las sonrisas pasajeras.
Todos saben que existen finales en puntos suspensivos… 
Finales trágicos y despedidas que nos llenan de rencores, venenos y nos condenan a vivir sin atisbo de alegría.
Pero estos personajes buscan con sus tres ojos las gemas que escuchan el socorrer de las bestias.
Explicando las palabras el poeta pierde.
El artista significando su arte extravía la dirección del sin sentido que solo vive en el tiempo metafísico.
En el silencio de los gestos inéditos e interminables, se abre una brecha donde viven muriendo los personajes.
Lo que no volverá ponerse en el papel o vivirse en la carne.
Los dolores, alegrías, tristezas y amores que perviven entre la fantasía y la médula.


El reflejo de sus ojos

Veo tus ojos y la tierra se estremece: Como la danza en el fuego y el tiempo. 
Quiero descender y ascender a las mieles de tu cuerpo.
Sueño con el punzante momento en que mi cabeza se recostara en tu lecho, para que mis fantasmas y demonios puedan ser aniquilados en el sosiego.
Quiero volver a la contingencia del día a día que se petrifica en el tiempo para sobrepasar todo proyecto. 
Sueño con alcanzar el ensueño, mientras consuelo con estos versos la desolada noche y tú anhelo. 
Quiero tantas cosas como el idealista, y el romántico, pero sin su amor fatal, puesto que amar consiste en encontrar la esencia divina que culmina en el instante en que nace para no volver por siempre jamás. 
¿Qué más podría desear? Que la llave para salir del laberíntico desierto en que habita mi alma, mi instinto y toda dimensión de la fuerza humana.
Pero solo quiero perderme en tus ojos destellantes cómo de felina feroz y tu delineada boca que lleva al sendero salvaje de la vida, que es otra invitación para enfrentar el horror.


Mirada retrospectiva 

¿Por qué sufro cada instante?
¿Por qué siento las aflicciones de la carne quemarme?
Entre los intervalos en que soy, seré y no volveré a ser, sufro por ser ángel, protagonista y demiurgo.
Seguí sin cuestionar el vértigo de lo terrible mientras descendía por los abismos de lo sublime.
Con mirada retrospectiva, observe por encima de leer, con mirada perdida encontré el mar de abismos vacilantes de los habitantes. Quería ser constante en el limbo donde los oráculos guían mi destino y me perdí…
Quiero encontrarme perdido en lo erótico que una vez fue encanto penetrante y sudor palpitante de pieles con historias e instantes fluctuantes.
Los átomos se repelen, los sentidos se pierden, las sensaciones viven muriendo y viviendo mueren
Los versos son conjugados al compás de los tres tiempos y en todos ellos somos miradas pasajeras encontrándose al final del solsticio que es inicio, final y suspiro.


*Emmanuel Ortega Tobón. Colombia. Egresado en Filosofía de la Universidad Católica Luis Amigó y actualmente cursa una maestría en Educación en la Universidad de Monterrey (UDEM). Ha compartido sus versos dispersos con la esperanza de que provoquen un goce estético y brinden a los lectores un viaje íntimo hacia su propio ser, así como hacia la esencia de la obra de arte, en este caso, la poesía.

jueves, 10 de octubre de 2024

"Géminis" pinturas de Katia Benko

Nombre: Transformación
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 90cm x 70cm
Año: 2020



Nombre: Miradas
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 90cm x 70cm
Año: 2020

 
Nombre: Abundancia
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 90cm x 70cm
Año: 2020


Nombre: Géminis
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 90cm x 70cm
Año: 2020


Nombre: Despertar
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 90cm x 70cm
Año: 2020



Nombre: Encuentro
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 60cm x 75cm
Año: 2020




*Katia Benko. Nacida en Neuquén, Patagonia, Argentina, su pasión por el arte comenzó a los 8 años junto a su hermana Ivana. Más tarde, se trasladó a Buenos Aires para cursar la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de Buenos Aires, donde se graduó como médica pediatra a los 28 años. Sin embargo, su vínculo con el arte nunca se interrumpió, y desde entonces ha continuado perfeccionándose en la pintura al óleo. Desde su infancia, el arte ha sido su principal medio de expresión, comunicación y conexión tanto con su interior como con el mundo que la rodea. Cada colección artística refleja momentos clave o especiales de su vida, capturando emociones y experiencias a través del color y la forma.

miércoles, 9 de octubre de 2024

“Chocando con tu sombra” poemas de J. Franco



I

No llegué antes, no tardaste.
De tu maletero sacaste un momento, un amigo, una canción, un símbolo….
El tiempo ingrato nos regaló tan solo una secuencia de eventos. Tus emociones reales,  tu vibra destellante,
Tu corazón presuroso y tú alma inquieta. Hoy ya no escucho tu voz,  ya no habrá otra historia para asimilar que esto no paso.
Frente al féretro
No digo u pienso…
Me gusta recordarte con un ruido armónico imparable
Verte rodeado de silencio me hace pensar en tu dolor…
Ceniza en nuestras manos
Para canalizar nuestra emoción
Al borde del colapsó ya no somos nosotros…



**
Si pudieras responder a mis escritos.
Seguro me pedirías que actuará de otra manera,
Quitar el enfoque de tu ausencia…
No dejaré de buscarte, no dejaré de escribirte y recitar en tu lugar de descanso.
Las fotografías no hablan pero los recuerdos gritan hasta quedarme sin aliento por la noche.
Si pudieras decirme algo, yo te pediría que fuéramos a dónde esto comenzó… Si hoy fuera otro día, en otra línea del tiempo…
¿Sabrías identificarme entre el resto?
Estoy en completo shock, no puedo creer que ya no estés conmigo…
Es válido decir que te extraño si ya te lo dije desde antes que nacieran mis escritos… Esto es regresar y voltear la página de nuevo,
Los recortes, el pegamento, las risas.
Un nuevo día nos sorprende.
Ya no sientes, ya no abrazas la llama ardiente.
¿Quedó algo pendiente?
Amigo
Voy a extrañarte,
Ojalá nunca te olvides…
De los momentos que incentivan y llenan de alegría etapas trágicas dónde estuviste…


 
**
 
Algún día le contaré al mundo
De tú última caminata antes de partir.
Antes de elevarte y regresar al plano astral…
Estuviste conmigo…
Antes de irte, estuviste aquí…
Mi trayecto fue un tanto cansado sin embargo sentí algo entre la canción, el cielo y yo…
Algo me conectaba a otra parte.
Caminaba junto a otra sombra que parecía disfrutar de mi silencio…
Caminata relajada, sin más que el cielo para admirar
Cómo en nuestros días salados, sin esperar nada… nos teníamos. Una sonrisa amigable puede motivarte
Lo lograste.
Tienes a alguien
Que va a quedarse…
Así el cielo se deforme yo seguiré leyendo que hice,
Seguiré demostrando que sin importar lo lejos que hayas ido… Una parte de mí se fue contigo, gran parte de ti deambula conmigo.
Cuando estoy desorbitado me ayudas a regresar.
El pasado es una roca fuerte, un mármol donde plasmo las historias…
De las dos mentes que se unieron y crearon caos, caos que hoy resumo en versos.
Me pediste que no llorara…
Solo de pensarte me rompe en pedazos.
Estuviste conmigo antes de irte
Es el mejor regalo que alguien pudo darme.



*J. Franco, originario de Jacona, Michoacán, desde temprana edad sintió una curiosidad innata por descubrir cómo se formaban las frases en los libros. Esta inquietud lo llevó a escribir una extensa cantidad de versos que lo acompañaron en largas noches de insomnio. A lo largo de su trayectoria, ha tenido la oportunidad de participar en diversas antologías junto a talentosos colegas. Además, ha publicado por su cuenta dos obras: "Mi teoría no es perfecta, pero se acerca" y "399 poemas para ti".                    

lunes, 7 de octubre de 2024

"La vigilia del viento" poemas de Pedro Giraldo Sánchez

     
 I
 
Prescindiste de la eternidad
por los acertijos
que buscan la piel tejida
por el tiempo,
a encontrar en tu pecho
la semilla de un jardín
regada por las lágrimas
de la noche.
Decidiste escribir
en los pétalos del girasol
las historias
que se esconden bajo las piedras,
lugar donde nacen nuestras sombras.
Te desnudaste
bajo los ojos abiertos de la noche
y la penumbra te descubrió en un espejo
en un cuarto olvidado por los dioses.
 
      XVI
 
¿Quién habita esta soledad
en la que el árbol presiente su muerte
y los pájaros vuelan a las estrellas?
¿Quién sopesa la angustia de las ramas
al enfrentarse a una noche sin cielo
o al aullido del lobo
que sabe leer las partituras del viento?
¿Quién visita la habitación del tiempo
donde se encuentra tu cuerpo desnudo
entre los despojos de la fugaz caligrafía
que inútilmente hace crecer mis manos
para acariciar su sombra?
A través de la ventana
el árbol habita los recuerdos
guiado por los pájaros que construyen la mañana
para heredarnos su canto y la libertad del vuelo.
 
XXI
 
[...]En las montañas, entre los árboles más jóvenes,
/allí lo haremos. Cuando caiga la noche /y la luna de plata
cante sobre la cerca caída, lo haremos. 
Jader Rivera Monje
 
Creo en tu cuerpo que bebe la luz
engendrada en la memoria.
Creo en el refugio de una antigua aldea
en la que sus calles humedecidas
abrigan al ave que crece en silencio.
Creo en otro cielo
en el que brota la amapola,
y su olor guía a la mariposa
que no teme despertar un jardín
adormecido.
Creo en la palabra
que se escapa
de la mirada triste de la muerte
para disipar las sombras
del lugar en el que tu cuerpo
cumple la promesa.
 
XXV
 
Buscarte en el espejo,
intentar descifrar
en tu rostro los ojos del tiempo.
Aprender a escuchar las palabras
que mueren en tu garganta,
a tocar tu reflejo mientras los cisnes
sobrevuelan el silencio,
a escapar de las ruinas de un lago
que se reconstruye cada mañana.
Quise descubrir el olor del atardecer
de un mundo que desaparece
en la comisura de tus labios.

XXXI
 
Esa ya no es su casa/sino los 
altos muros de su tumba.  
Hernán Vargascarreño
 
Escucho el tiempo
entregarme las estrellas
y convertir en óleos su luz.
Vigilo el caer de la luna
que seducida por el abismo
se desprende de la memoria
y cae en mis manos.
Le quito la oscuridad a la noche
y en ella pinto los pájaros
que alimentados con mis recuerdos
se posan en el viento.

 
*Pedro Giraldo Sánchez. Normalista Superior de la Escuela Normal Superior de Villahermosa (2014). Licenciado en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima (2020). Integrante del Grupo de Investigación en Literatura del Tolima adscrito a la Universidad del Tolima y docente de tiempo completo de la I.E.T. General José Joaquín García Sede La Cristalina de Casabianca. Ganador del Concurso de Poesía Ibagué Literaria (2022) y mención en el IV Premio Nacional Plenilunio de Poesía Leopoldo de Quevedo y Monroy (2023), es autor de los libros La melodía de la espera (2022) y La vigilia del viento (2024) publicados en Ediciones Exilio, coautor del libro La escuela total(2015) de la Editorial Universidad de Ibagué y Tres temas de la novela colombiana contemporánea (2023) Editorial Universidad del Tolima. Poemas suyos han sido traducidos al italiano y al rumano. 

lunes, 30 de septiembre de 2024

“Violines, Luces & Sombras” de David Rivera


David Rivera, violinista y fundador de la legendaria agrupación Tenebrarum, presenta el libro de su autoría “Violines, Luces & Sombras”. Sus páginas relatan en primera persona el desarrollo del metal colombiano, visto a través de sus 34 años al frente de una de las bandas del género más representativas del país. 


Pensado inicialmente como una biografía del grupo, “Violines, Luces y Sombras” se convirtió en una investigación de casi un lustro que toca aspectos nunca antes mencionados del metal antioqueño más allá de lo musical, y de cómo esta expresión cultural se convirtió en la respuesta estética a la realidad violenta que vivieron muchos jóvenes metaleros en las décadas de 1980 y 1990 en las comunas de Medellín.


Con ánimo de ser lo más riguroso posible, este texto interactivo impreso en edición de lujo cuenta con múltiples entrevistas y relatos de primera mano, fotografías inéditas y enlaces a video; todo esto enmarcado en una serie de relatos amenos, descriptivos y honestos desde la perspectiva de un músico que hizo del metal su forma de vida.


La fecha de lanzamiento oficial de esta obra en Medellín será el martes 1 de octubre a las 7:00 p.m. en el café del Teatro Pablo Tobón Uribe, donde el autor estará acompañado por los reconocidos periodistas Diego Londoño y Gabriel Posada en un conversatorio. Habrá venta de libros autografiados y merchandising de Tenebrarum, además de un pequeño concierto al final del evento, a cargo de la agrupación Violin Rock. Entrada libre.


jueves, 26 de septiembre de 2024

"Confidencia" poemas de Silvana Tobón Cardona

 


SOY

Para los alarifes del cemento,
soy un estorbo que frena
el tamaño mineral de su premisa,
una extraña en el lugar equivocado;
sus amenazas de muerte me persiguen.
Pero soy más que una voz que ensordece
en la agitada ceremonia de las calles.
Soy testigo de la noche que avanza con el miedo,
de transeúntes perdidos en su sombra.
Y también soy testigo de mis floridos reclamos
que ululan la presencia de otros cuerpos.

Soy un punto para atar el nudo corredizo 
y columpiarse en los espejos del viento.
Soy escombro y ceniza que el tiempo convierte en su liturgia.
Soy la dicotomía que humedece el perdón de la hostia,
mientras el corazón hierve de guerra.

Soy la voz de los espejos que repiten la luz de la memoria.
Soy los labios de la rosa que arden en las páginas vacías de la penumbra.
Soy el pájaro que deja sus alas en los bosques de nubes.
Soy la roca donde el pez se cristaliza antes de beber las últimas gotas del río.
Soy el trapecio de la lluvia donde el relámpago cuelga sus secretos.
Soy el relincho de la hierba cuando el jinete vuelve a su caballo.
Soy la vigilia de la aldaba cuando la puerta recibe los golpes de la luz.
Soy el aire que reescribe el ritornelo de la canción que viaja en las ranuras del tiempo.

Soy el carbón que deja el relámpago.
Soy tormenta.
Soy alegoría y llanto.
Soy las caricias y los besos 
que han dejado sus cantos en los nudos de la piel.
Soy el puente invisible
donde la noche cruza para alcanzar el día.
Soy el recuerdo y la lechuza y los lobos en el bosque
y las aves incontables…

Soy la ruta que el dolor 
todavía no ha recorrido. 


ALBORADA 

Vacilantes van mis pasos, 
acostumbrados al desarraigo y estremecidos por completo en el transcurrir de estas noches retorcidas por el miedo. 
Infértil es mi llanto 
que cabalga contra el viento, 
bajo un lamento que reposa en la agonía inclemente
de esta, la última tormenta.
En vano pasan los días 
y el devenir se detiene 
entre la rueda de la vida 
que ahora no tiene memoria. 

Un grito solitario despierta mi ensueño. 
Sin medir frontera,
me deja ajena de mí misma. 
No me quedaré en silencio. 
No podrán anular el recuerdo de mis pasos. 
No inventaré pretextos.
No alimentaré sus egos. 
No huiré sin dar batalla. 

Tengo tantas cicatrices en mi útero 
que podría hacer con ellas un fino desfile, 
un destello como grito fecundo, 
donde la verdad atrevida, 
arriesgada, osada,
me retorna a la alborada. 
Solo encenderé mi luz, 
cierta como el legado incorruptible
de esta era que se extingue. 


CONFIDENCIA 

«…porque esto para siempre debe ser un secreto guardado de todos los demás».
–Lewis Carroll

No logro encausar la furia que me asiste, 
me detengo y pienso 
cuán infinito es el deseo de inventarte. 

Respiro ideas que iluminan mi sed de vos, 
es como si el clamor de los vientos, por cruzar tu cordura,
terminara en un solo e inquieto compás, 
esa melodía que lleva un nombre, una figura 
y algunas llamadas que juegan al fantasma. 

Este afecto inhala simplezas, 
es de miradas complacientes, 
de sueños firmes, aromas taciturnos, 
de encuentros fortuitos y un deseo intacto. 

Este anhelo no se arrepiente, 
pero se esconde, 
incansable guerrero
que se eslabona en el tiempo,
anuncia su cortejo de esperanza, 
súbita conspiración de amarillo mostaza. 

Es un rumor que existe y no te toca. 
Este deseo susurra tu nombre en la ventana 
y reclama al viento una historia, 
la sutil palabra, 
un vientre en llamas 
en la urdimbre del deseo 
que no se apaga.

Este capricho ya no para, 
huele a destinación, sabe a propósito, 
es interminable, insospechado, 
aun sin batallas, sin aliento, sin retorno. 

Tú, mi utopía, 
el que no sabe de este infierno 
abre tu ventana y respira mi aliento, 
atiende el llamado mortal de mi propuesta: 
lánzate al vacío y habítame. 


ESTE DOLOR ES MÍO

Pesada es la carga de la verdad inoportuna; 
no todos pueden soportarla,
pero me doy el gusto de elegir
por dónde sangrar
y cuándo huir.

Ningún cuerpo es madriguera
de la infamia del guerrero,
pero la zozobra multiplica los ojos
en los espejos del temor que me persiguen,
encontrando el reflejo de las propias heridas.

Me alejo del rojo pendular de la mecedora, 
donde descansa una mujer parecida a mí.

Ahora, cuando parece que nada sucede,
quedo atrapada en los pilares desolados
de esta noche que se derrama en mis ojos.

Ya casi sombra, 
la penumbra es roca que tropieza con el cuerpo.
Llueve sobre mí un invierno de dolor,
convirtiéndome en abismo.

El ruido de unos pasos busca mi puerta 
para que no pueda ocultar lo inevitable.  
Negarse tiene el costo que el milagro desconoce
cuando esta guerra reduce el territorio
solo al tamaño de mis pies,
custodiando las riberas del insomnio.

Ya sospecho que pronto no habrá luz en mi piel.
Mi epitafio vendrá en la esquiva mirada de otro sueño.
Mis frutos serán invisibles racimos 
en algún ojal de la memoria, 
y mi hamaca, fértil al cortejo vegetal, 
seguirá atada al viento de otros árboles.

MANADA

Andan sueltos los lobos,
los oigo aullar no muy lejos, a mi espalda,
pero no me vuelvo.
Ya he caminado muchas veces entre ellos y a oscuras.
Ahora yo soy quien lleva la luz 
y ellos los que tienen hambre.

Mi cuerpo resiste las ausencias.
Puedo vivir sin lágrimas
o derramarlas todas en una noche.
No tengo ya la piel de cordero,
mi tez ahora es de tantos como he querido.

Vuelvo a estar cosechando recuerdos, 
pero sin miedo a que me traguen.
He visto a sus labios 
devorar las tormentas del humo, 
como zainos en las fauces de la sequía.

Camino al frente de cada uno ahora,
más desnuda que nunca, 
durmiendo al sereno, 
anudando mis palabras 
en esta noche silenciosa,
bajo las estrellas de sus ojos 
y sabiendo que una noche cualquiera 
podrán comer de mi cuerpo.


*Silvana Tobón Cardona (1980). Colombiana, Historiadora y agitadora cultural reconocida en el ámbito iberoamericano. Su obra incluye el poemario El Obscuro y participaciones en compilaciones, antologías  como Mujeres escritoras en la Memoria de Antioquia I y II, Revista Punto Seguido, Revista la Otra, Revista Gotas de Tinta, entre otras. Ha participado en festivales literarios como el Salón del Libro Iberoamericano (Huelva, España), Otoño Cultural Iberoamericano (Huelva, España), Edita (Punta Umbría, España), Festival FELINO de Literatura del Noroeste (Tijuana, Baja California). Desde el año 2011 lidera la coordinación de EDITA Colombia en sus 4 versiones (2011, 2012, 2013 y 2017). Su más reciente libro, Este dolor es mío , explora la profundidad del ser humano a través de una poesía introspectiva. También es docente universitaria, donde transmite su pasión por la literatura, el patrimonio y la cultura.