a una golondrina cercana
que me ignora,
no rompe su canción:
me acepta,
y yo dejo de ser
una intrusa
en la inmensidad
de su cosmos verde.
La naturaleza
La naturaleza es una gran diosa.
con violentos roces de pinceles,
tal vez su idea de existir
nació al pie de un volcán.
en el caos de un mar agitado,
en el tiempo en que la distancia más larga
se pierde en el amanecer
y renace con el atardecer.
Tal vez sea un escenario sangriento,
vibración pulsante que llama.
La naturaleza deja que los invitados vayan y vengan,
dejando abiertas todas las rutas de escape.
La naturaleza nos baña y nos seca,
nos hace morir y volver a levantarnos.
Tal vez sea el origen
que no sabe hablar
de sí misma,
ni decirnos donde están
todos nuestros pedazos de infinito
que no encontramos en el aire.
La muerte
Ha llegado la muerte,
no hace nada por los hombres,
infinita en su falta de alma
cree de matar la ausencia.
*****
La muerte nos sonríe con tristeza,
disimula que ella también llora
donde nadie la ve.
******
Llegó la muerte
justificándose
por sus hazañas parciales,
camina como una marejada mayor
y arroja en los huesos
la entraña entera
de un mar de otras muertes
que destierran el alma.
****
El alma tiene manos
y las manos se hacen red
con la esperanza de coger un pez
afuera del agua.
******
Con la muerte, el alma exhumada
inicia a vivir
con zozobra en la incertidumbre
que desvincula de la vida.
Y con las uñas llenas de tierra
y sufridas,
ve todavía enterrados
todos los gestos amables,
pasado inobservados
hasta para quién iban dirigidos.
****
El alma como un niño recién nacido
empieza a llorar
sin saber el motivo
y con un llanto demostrativo,
llama de nuevo la muerte.
******
Bajo la capa
de un inocente entretenimiento
morir y creer de vivir
son dos caras
de una superficie construida.
Y así se vive la vida
de una muerte que no deja huellas.
******
La muerte habla al cielo
y se abre con las estrellas
ya muertas.
La muerte con brazadas pequeñas
huye de la resaca incompleta
del pantano de remordimientos.
****
Con respiros hambrientos,
la muerte sopla
sobre la luz del pensar
y sin un cuerpo para respirar
descubre algunas verdades
de manera póstuma.
******
Ver morir la muerte,
y levantar los ojos
para ver
demasiadas piedras,
demasiadas raíces
y no poder contar
los pasos de los sueños
de construir otras vidas
con el perfume de flores.
******
Ver morir la muerte
y pensar que los rencores
pueden tener en vida
las cosas que la tierra cubre.
*Yuleisy Cruz Lezcano. Nació en la isla Cuba el 13 marzo del 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa emigró en Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió el titulo en “Ciencias enfermeristicas y obstetricia” consiguió, además, un segundo titulo en “Ciencias biológicas”. Trabaja en la salud pública. En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas y relatos. Numerosos son los premios literarios donde ha obtenido reconocimientos importantes.
-L'infanzia dell'erba, 2021
“Demamah: il signore del deserto – Demamah: el señor del desierto”, 2019
“Inventario delle cose perdute”, 2018
“Tristano e Isotta. La storia si ripete”, 2018
“Fotogrammi di confine”, 2017
“Soffio di anime erranti”, 2017
“Frammenti di sole e nebbia sull’Appennino”, 2016
“Credibili incertezze”, 2016
“ Due amanti noi”, 2015
“Piccoli fermioni d’amore”, anno 2015
“Sensi da sfogliare”, 2014
“Tracce di semi sonori con i colori della vita”, 2014
“Cuori Attorno a una favola”, 2014
“Vita su un ponte di legno”, 2014
“Diario di una ipocrita”, 2014
“Fra distruzione e rinascita: la vita” , 2014
“Pensieri trasognati per un sogno”, 2013.
Su poesía es presente en distintas antologías y revistas sea italianas sea Internacional y ha sido traducida en distintos idiomas.
Es miembro de honor del Festival Internacional de la Poesía de Tozeur en Túnez.