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martes, 27 de noviembre de 2018

La Gran Colombia -Derrumbe y Ascenso- Luis Esteban Torres


LA GRAN COLOMBIA
-Derrumbe y Ascenso-


El retrato de Colombia - Débora Arango


Cada una de las notas de esta sinfonía 
vaya a mis hermanos,
a mis siempre amados compatriotas. 




l. e. torres
Santiago de Chile
2018 años de Nuestro Señor




I Gritos de Libertad

Abajo el rey! Abajo el rey! Viva la libertad!
Así rugía la voz y el ímpetu de un pueblo.
Abajo la tiranía! Nuestro propio sueño,
nuestro íntimo destino queremos cabalgar!

Entonces se alzaron las indiscutibles olas,
el puño que gritaba el pálpito de América.
Apellidos grandes entre grandes, en la roca 
esculpidos como indicio de llama heroica. 

Y fue todo el vórtice que hoy se conoce como
“Gloria”, es decir, montaraces del apocalipsis 
esgrimiendo bandera y tierra llenas de rotos. 

Un alumbramiento que fue enfermedad y vejez.
La Nueva República ya sufría de artritis,
se encontraba ensangrentada y leprosa en su estrechez! 


II Los Perros Sarnosos de Siempre

Aparecieron ladrando los perros sarnosos 
de siempre, luchando por un dejo de carroña,
inventando leyes, decretos, trampas que ahogan 
un Estado mísero, moribundo y piojoso. 

Ellos son Judas, la traición, la sangre-llanto,
el martirio, las mil caídas, la infamia y la cruz.
Víboras que truecan libertad por esclavitud,
simples rateros insaciables de cuello blanco.

Políticos que tiran desde la izquierda o desde
la derecha hasta desmembrar lo poco que queda.
En cada uno de sus partidos arde la peste.

Todos estos miserables fueron, son y serán
la culpa de que la Patria se desangre en guerras
y deambule por el mundo mendigando agua y pan. 



III “Yo no Soy un Hombre…”

A Gloria Gaitán

Clavaba sus ojos de halcón en el mar de gente,
rugía la luminosidad de su palabra,
levantaba el puño como un faro que –potente-
hace desvanecer la tenebrura macabra.

Con osadía denunciaba a los malparidos 
de apellido grande, siempre aferrados al poder.
Jorge Eliécer Gaitán representaba el camino 
hacia una Inmensa Colombia rebosada de Ser.

Por Dios! El Pueblo realmente creía en este hombre,
su voz era la suya, su esperanza estaba en los 
hombros del caudillo que revelaba su dolor,
su miseria, su hambre, su padecimiento enorme.

Mientras los otros políticos despreciaban al 
populacho, considerándolo una vil masa
ciega y bruta, Gaitán enardecía su raza

indígena. Él anhelaba de la Patria algo más
profundo: conciencia, metafísica, ebullición 
de un espíritu colombiano próvido de amor. 

Por este motivo fue que mataron a Gaitán.
Y su sangre cubrió todo el ancho de Colombia,
formando una larga noche de espantosas sombras…!


IV De Revolucionarios a Asesinos

Como el gobierno empezó a enviar por todas partes sus 
mensajeros de la muerte, grupos campesinos 
se armaron con machetes y viejas escopetas,
capitaneando con honor su propio destino. 

Con bravura lucharon a través de los montes
estos revolucionarios, estos defensores 
de la dignidad de un pueblo vilmente ultrajado.
Pero luego, los que una vez fueron Salvadores,

convirtiéronse en Asesinos y Delincuentes,
sembraron la masacre y el terror en el campo,
derramaron la sangre del cordero inocente,

robaron, quemaron, desolaron, secuestraron,
agitaron sus alas oscuras y protervas, 
dejando a Colombia en un Valle de Degollados! 


V Urígula, El Gran Restaurador 

A la santa memoria
de todos los “falsos positivos”

Urígula pasa sobre su caballo… Larga
vida al césar, al inmensísimo restaurador,
de poncho, de carriel, de sombrero, y de corazón 
montuno como los antioqueños de alpargata! 

Sin contar sus fincas, Urígula es más humilde 
que lo humilde. Y sin contar sus fechorías, es más 
transparente que lo transparente. Un hombre jamás
podría ser más “derecho” que este abyecto buitre.

Cuántos hermanos colombianos muertos, víctimas 
de este maldito verdugo que habla impunemente…? 
Larga vida, ASESINO! Colombia espera el día 

en que te caiga el martillo de la ley, y te extienda 
sobre tu légamo de pasado pestilente
o que ardas en el hades… ¡genocida de mierda!   


VI De Cánticos y de Primavera

A mi amigo
el poeta Steven Ríos

Ardidos por las llamaradas de su Espíritu,
con cada saber dirigido por la pureza
de un corazón lleno de fulgurante humanidad,
lleno de vívida y fortalecida conciencia. 

Estos jóvenes son los Revolucionarios y
la Revolución, con su arte pueden más que cualquier 
fusil; preñados de cántico y de primavera,
indagan misterio sobre la hondura del papel. 

Desde el silencio revelan la palabra al mundo,
ponen sentido y voz a quienes no pueden hablar,
se alzan, -¡intransigentes!- derriban negros muros 

y siembran en el padecimiento granos de luz.
Jóvenes locos batiendo en aras de la verdad,
con la frente y el pecho orientados a la altitud…!


VII LA GRAN COLOMBIA

¡La Patria es una sola! Y Ella son mis hermanos 
campesinos en la verde montaña antioqueña,
son los indios wayú en las rancherías y los nukak
danzando en el Amazonas. La Patria está pescando 

en la mar y recogiendo bananos en el Chocó,
y son los obreros en las fábricas y los niños
de luz en las escuelas y el beso santificado 
de nuestras madres llenas de indescifrable dolor. 

La Gran Colombia es sangre ferviente que galopa 
hacia la LIBERTAD. Este pálpito es la vida 
de nuestros muertos, y con amor y con memoria 

los honramos. Ningún despreciable demonio puede
contra la férrea Voluntad de este Inmenso Pueblo: 
¡la Patria es una sola! ¡Y Ella somos Todos Nosotros!