1. Las puertas del infierno se
abren, chocan despavoridos los demonios por salir, contra la corriente continua
que se alterna entre ángeles y hombres convertidos hablando latín; se
encuentran todos...y perdidos hallan en sus miradas olvidos del recuerdo de sus
vidas pasadas, corriendo en esas nubes grises tras sus futuras almas,
delante...sus cuerpos carcomidos en las bendiciones de Satán, en las
maldiciones de Alá, que en sus tronos ahora... ni les interesa que el limbo…va
a explorar.
2. Dos pasos atrás y las puertas se
cierran, ¿dónde están las delgadas siluetas que en las agujas de la agonía hoy
se enhebran? el sastre desapareció por morar en su última renta, tantos rotos
por enmendar quedan sin aunar, es una pena.
Recordaba cuando apuró su último
trago de veneno, elíxir mágico que la trajo hasta allí, no observaba a nadie,
nadie le observaba, su alma perdida la había abandonado en cuanto supo que no
tenía obligación de estar acompañada. Las puertas del infierno en todo su
esplendor eran para ella, ahora su morada.
3. Sellar los brazos que alguna vez
le recibieron, una vez de veces en que los peces, del cielo nadaron
contracorriente, sobre aguas saladas... dulces... al fin amargas, aleteando con
su lengua amputada sangrando el tóxico a 100, que manjar cálido tomó entre las
brasas... un pez, llamado como ya ves, sin brazos, sin lengua y sin vida,
nadando por el cielo a escondidas... huyendo de Cocho, su exnovio, que le
buscaba por un rincón con sus brazos abiertos aceptando rechazos inciertos con
agobio.
4. Nadie podrá alguna vez decir que
no lo intentó, buscó y buscó, pero…no lo encontró, solo oía aquellas voces que
la confundían de dirección, escuchaba aquella canción de cuna que cantaba mamá
, los desgarrados gemidos de los soldados moribundos en la guerra, los silbidos
extraviados de los náufragos sin vela, el silencio que las burbujas rompían sin
parar. Finalmente llego a un pequeño estanque limpio… pero el reflejo le hizo
correr despavorido, de nuevo a las aguas turbias de la miseria y el olvido,
nadie le salvaría, solo ella, pero estaba demasiado exhausto, a punto de caer
del recorrido, en su ausencia.
5. Andante por las aguas galopantes,
como Jesús le había enseñado en los pasajes del evangelio disonante,
chapaleando de sed en aquellas aguas rojizas, murmurando en pompas una canción
del diciembre pasado, "mostráme ese apachurrao", consiente muy bien que si lloraba tal vez se ahogaba de
nuevo, y sin oportunidad de bailar por estarse cargando al miedo, ella, allí en
la orilla de la casa de sus padres, comiendo costilla, pues nunca gustó de la
sopa de pescado, ni de lentejilla, la olla ya estaba lista. Ahí mismo, renunció
a girar hasta el mareo que le hacía recordar sus más alucinantes sueños....y
así, sólo se deja allí como un pez muerto, que la corriente le lleve, que le
hale hacia adentro…
6. … le invade la calma, aunque a
veces le falte el aliento, y entre la paz que susurran sus oídos, espera
somnoliento llegar a algún lado, conseguir la respuesta del camino que se ha
desbaratado. Navegante… divagante, flota mientras la corriente le arrastra a un
lugar lejano que ningún pie ha tocado sin caer ahí amputado, flotando… y quedar
allí atorado.
7. Despierta en un cesto de peces,
insabiendo qué ha pasado, tal vez mientras soñó con volar… algún hombre le ha
pescado, o sólo dejó de llorar y ahora el mar se ha secado, o caminando debajo
del mar corrió tanto por tanto querer alcanzar que en ninguna piedra se ha
fijado…y… al final solo tropezó con una enorme ola de ideas que ahí mismo le
tumbaron, que invadieron su cabeza y la respiración le cortaron; y corrió…
huyendo lejos…de las sombras que invadían por completo…el espeso bosque...que
le hacía perder en encuentro…con Cocho, su exnovio fantasma, que llegaba
mientras sufría el asma, de un ahogo en ésa olla a fuego lento con papas, yuca
y sal-pimiento... comenzó a rezarle con toda devoción a su santo allá en el
cielo, al pelao que nunca quiso... pero ahora más que nunca ... NO TE MIENTO.
Y ahora se ahoga en su lamento,
queriendo, viviendo, menguando por dentro, y deseando, su cuerpo se impregna de
ungüento, ella encontró el boleto para viajar a la luna y volver…en un momento.
K8. Ese líquido tibio, que doraba
sus escamas... le quemaba todo el cuerpo, y arrancaba sus pequeñas alas. Había
llegado al limbo, luego de ese paseo húmedo por lugares que nunca quiso, y aún
así su fé en Cocho, se mantuvo intacta, saludable y fuerte, hasta las ocho,
hora de cenar...de una pez ya pescado: un SAN Cocho. La olla a presión no
resistió tanto calor en el cielo y por fin explotó. El infierno se apagó
haciendo llamas el trono de dios, y el diablo cerró la tapa de la olla que sólo
un segundo…abrió.