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viernes, 22 de febrero de 2019

"Gente bendita" poemas de MaryCarmen Castillo



Hermano

Soñé que me querías;
los días volvían a teñirse de enredadera,
el viento corría por los techos de los edificios
y el sol pespunteaba en tu cabello,
diente de león dorado;
mi lengua se tiñe de mermelada
y los hilos tenues de la memoria 
bordan trenzas en mi pelo.

Recuerdo tu voz de niño y,
¡mira!, tiene
el mismo color que ahora
a miel, cariño y a dulzura.

He soñado que me quieres;
y, ¡qué aterradora maravilla!:
despierto y me sigues queriendo.
El viento desgarra la frágil tela de estos días
y yo te quiero, mi hermano,
abiertamente y con descaro.

En este sueño que vivo,
no hay cuchillos ni risas que se tuerzan,
lacerantes;
no hay rencor ni culpa ni desprecio,
ni el odio brutal que sienten los niños
cuando les arrancan la pureza.
Sólo eres tú, de nuevo dorado y de nuevo sonríes,
dulce y lastimado.

Cuando el sueño se acabe,
no habrá más sol, ni nubes, ni viento sobre mi frente;
sólo de nuevo yo, de nuevo exiliada de mi propio nombre.

Y, sin embargo... 
habrá sido cierto, por todos los días que dura un sueño,
que alguna vez fuiste mío, 
mi hermano,
cuando ya no te esperaba pero al fin hallado,
en este lugar sin tiempo donde quién sabe cómo ni por qué,
me miras de frente
y me quieres.

Sólo yo no sé

No sé por qué canto ni por qué lloro;
por qué escribo;
por qué vivo.

Mi canto es un trino irisado, amplificado,
ralentiz de un tiempo que no cesa,
no cesa de pasar.

De entre mis labios brota un manantial potente;
el aire se detiene ante mis ojos,
el viento deja de soplar: 
hay un huracán
quieto en mi pecho;
“¿¡qué se puede pedir si todo es horizonte!?”

El poeta sabe; sólo yo no sé nada;
no lo sé pero lo canto:
una nota sola tensamente sostenida avanza en mi cuerpo, 
caja de resonancia sin órganos,
sólo piel y sólo huesos,
que se estremece en un placer robado: no soy yo quien canta;
es el canto mismo abriéndose paso
desde algún corazón 
diminuto y brutal
al centro del tejido de mi corazón de sangre
pasto para la muerte.


Migrante

El que deja su tierra no sabe
qué caos  lo espera al frente,
como una boca abierta de hambre
la misma que le comerá las entrañas
desde adentro.

Andará por tierras habitadas de monstruos
disfrazados de ayuda, vestidos de amistad,
con alucinantes máscaras de humanos
tan detalladas, como un mosaico de emociones,
como si fueran personas de verdad.

El que deja su tierra está sembrando
oleajes eternos de tristeza
y una lágrima por cada paso que le falta.
Se le va a enredar la lengua con palabras desconocidas,
con gestos ininterpretables, con sonrisas
tan cargadas de desprecio 
que será difícil caminar después de verlas.

Comerá arroz en bolsitas y mirará el cielo adolorido de nubes,
y el arroz le sabrá raro, como a hogar perdido,
como a familia abandonada,
como a milpa deslabrada,
y un poco también a comino;
a tierra bendita;
a recuerdos de infancia,
y a esperanza que no cesa, que no se muere,
que sigue rugiendo y latiendo y cantando en su pecho desdolorido,
y lo guía,
¡pobre auriga ciega!,
a través de tierras inhóspitas para el que pretende
ser un ser humano sin papeles,
tierra de odio
para el que nació pobre
en un pesebre de carbón apagado
y trae tierra bajo las uñas,
tres granitos de tierra negra, fértil, ahíta de preñanza;
la trae consigo para poner en su panza 
granitos de futuro en lugar de semillas de maíz...

Y aun así canta,
y aun así duerme,
y aun así sueña
que llega a un paraíso donde los árboles 
le rascan la panza a las nubes 
gordas de lluvia y de bonanza,
y los monstruos ya no son monstruos sino gente
que tiende una mano morena de metal bruñido
compañeros de viajes pasados,
viajeros memoriosos  y sabios
que conocen el camino
y que lo reciben, por fin, 
en un hogar nuevo donde a nadie le importa nada
sino que naciste, 
que eres,
que vives...

Y en sus sueños sueña que su familia lo alcanza
que sus manos crecen hacia él,
que sus hijos son aún niños para gozar
sus juegos de pirulí...
Sueña que los ama,
y los ama, 
verdaderamente,
lumínicamente
fatigosamente,
mientras la Bestia acuna sus sueños
con su traqueteto amenazante y lleno de esperanzas.


Gente bendita

Quizá también yo debería
dejarme el corazón en paz, como Soledad Montoya;
tenerlo como invitado, tranquilo y satisfecho...

Podría entonces ser feliz a todas horas,
vivir ignorante y mansamente sorprendida,
sin pensar nunca en el cielo ni en esta 
lejanía de mí que me consume;
viviría en ese olvido precavido
de quien no se entera
que nunca está invitado a las fiestas;
uno que no imagina cómo es
tener familia y no tenerla,
haber amado amigos y haberlos perdido,
angustiosamente, en algún rincón de la casa
lleno de polvo y de escarnio consumido.

Hay gente así;
gente bendecida en su torpeza,
en su incapacidad para enterarse
de que nadie la quiere bien,
que nadie la procura;
gente que no sabe que debe morir en público
porque si muere sola, nadie se dará cuenta.

Hay gente así, sí;
pero yo no soy una de ellas.


*MaryCarmen Castillo Porras estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM, y la maestría en Saberes sobre Subjetividad y Violencia, en el Colegio de Saberes, donde desarrolló una teoría en torno a la obra de arte como puente entre el corpus (cuerpo, aparato crítico, différance) del autor en tanto creador y el del espectador en tanto interlocutor. Es escritora, traductora y especialista en semiótica, deconstrucción y enseñanza de la lengua española. Es fundadora del Círculo de Poetas Auris, donde ha desarrollado diversas técnicas de lectura de poesía en voz alta. Da clases en los Diplomados en Traducción, tanto de la Universidad Iberoamericana como de la Asociación Mexicana de Traductores Literarios (Ametli), y cuenta con diversas publicaciones, literarias y ensayísticas.

jueves, 21 de febrero de 2019

"Visión de antaño" poemas Lirio Siete Agua




Mujer Cocodrilo

Toda imagen grande tiene un fondo onírico insondable...
-Gaston Bachelard-

De suaves cáscaras albinas 
flota entre el brebaje turbio de la Selva
al romper el Sol en polvo de luciérnaga

Este es un lento secreto
tanto como reptar de diamantina
o la condensación progresiva del desmayo

Incandescencia toda que sumerge
bajo sábanas de enredadera y miel de hierba 
su aleteo de flores transparentes
buscando al Sueño, hermano de la Muerte

se enrosca un poco 
para recordar la Luna Llena
y se sueña en su opuesto infinito
 y   s e   s u e ñ a   e n   s u   o p u e s t o   i n f i n i t o

Sueña también que como el Sol revienta
su cuerpo se disuelve entre ópalo y tiniebla
de espasmo su entraña palidece
y entonces se le muere la locura

Pero llega más profundo cada noche
hasta cruzar las horas 
del portal onírico
y la tragedia de toda distancia

La Luna cuida su vuelo:
a esas profundidades
los sueños son merecedores de respeto 
porque dicen
al lacónico estilo del Oráculo

Y la Mujer Cocodrilo
sueña con sencillísimos altares
de madera y ceras multicolor
y deidades informes escurridas en resina

que tapizan el jacal florido
en el fondo de un huevo de obsidiana
uno que fuera su jacal florido
antes de ser Mujer Cocodrilo

Y  e s p e r a   cada  mes   e s p e r a 
a humedecer con reflejos lunares cada escama
durante el trazo de los signos en la Tierra:

-sólo el silencio del Agua vé
sólo el pacto con Fuego existe
y sólo con el Viento huye esta negrura

viene la Luna
para soñar que canto
viene la Luna
para soñar que hablo
viene la Luna
para soñar mi cuerpo
viene la Luna
para cortar el tiempo
viene la Luna
a labrarme otra vez
desde el principio-.

                                                                                                          Noviembre 30, 2017. 




Ceniza

                                                      A mi hijo Dante Quetzalcóatl


En la casa del abuelo lloran elefantes
El viento dice
y se queda más tiempo
   me enseña a reconocerlo entre las hojas
      me da de su color en los labios

Huele a copal
   árboles y pastos se alzan
y nos cubren del otro mundo que nos desconoce

La hierba se corta al caer la tarde
(su sangre se revuelve con el cielo)
   se le pierde un poco el alma a una
entre tanto cerrito
entre tanta nube vacía

Nos hemos detenido aquí durante un tiempo
a desgranar la vida
a descansar del camino 
a resguardarnos
a esperar
  a despegar desde la ira, la tristeza o la traición
el vacío o el amor
No importa. Todo cambia. Somos lo que ignoramos, para empezar

Por aquí se nos desploman amaneceres fríos y polvorientos
de lija es el canto de un pajarito
   por aquí 
una se pone a pensar
en la frágil composición del cuerpo humano
o en las mantis
que visitan al discípulo demasiado pronto

por aquí 
la noche se nos muere poco a poco, hijo
sus fractales renacen desde el sueño a través de constelaciones sonoras
   pero sí, se va muriendo a falta de algún interlocutor

por aquí
el destino pausa su fluir y contempla un zoo-lógico
de seres tan irresolubles como emergentes

por aquí de la Ciudad no se oye rastro
se oye sólo tu nombre
tambores para la Tierra
se oye sólo mi voz, tu nombre
tu vuelo, Flecha de Obsidiana
y una Danza sobre la Hierba
   Se oye arder esta hoja en la penumbra                                                           
                                                                                              
 Febrero 17, 2018



Visión de antaño

“El mundo es grande pero en nosotros es profundo como el mar”
-Rilke-


Hermosa mía
te hemos hecho una puta
las más dulce puta

Venimos y nos embriagas
luego te vas aunque no del todo
quedan vibrando en las paredes tus colores sucios
siempre estás ahí con nosotros
para ver en qué parte de tu cuerpo 
derrumbamos nuestra deuda insoportable 

si amanecemos vivos
aquí estás
helando, doliendo, cantando
como las mañanas
de esta continuidad sin descanso

En cada esquina 
te hemos colgado lentejuelas rotas
casi no queda en tu piel rincón intacto

llena eres de nuestro hedor
hecho perfume
que cuesta lo que apestamos

Cómo no amarte viejilla burlona
si todo nos lo das
nos das a nosotros mismos
nos reúnes en tus matrices de piedra
y a todos nos cuelgas espejos 
que no sabemos usar

por eso terminamos emputeciéndote 
cada vez venimos a buscar más lentejuelas que corten
más cabaretes ennegrecidos
más perfumes hundidos en el cuello más tibio
más azoteas
más canciones punzantes
más carne esparcida
más muertes chiquitas
más mal de amores
más más más agujeros en tus venas
donde la oscuridad acaricie nuestros vapores venenosos
y nos hablen extraños rostros sin nombre

Hermosa mía te estás rompiendo
qué te hemos hecho

Nos tragamos enteros
las unas a los otros
sobre tu desnudez hecha polvo
los otros a las unas
refugiados en tu caricia apagada
las unas a las otras
al ras de ventanas descubiertas
los otros a los unos 
protegidos sólo 
por una cortina de luz enrojecida 

Amanecemos sin alma en el cuerpo
pero pagamos lo que nos haya costado tenerte
porque creemos ser libres
(pero somos estúpidos)
al ahuyentarnos queda 
la nota roja bajo el cielo más hermoso

Desfilamos sobre tus fauces 
porque queremos ser libres 
(pero somos estúpidos)
la libertad va también de un lado a otro
vestida de gris (que es color de magia peligrosa)

Cómo no amarte
Oráculo de caos
altar de foquitos multicolor
si nos das toda la locura que podamos cambiar
toda la velocidad toda la muerte
toda la crudeza de esta caída 
que parecía ya sin retorno

Ayer regresé luego de tanto
tu brillo impasible parecía saber
de estos movimientos breves
no quise la fugacidad de tu espejismo
no puedo pagarte
mi rostro ya tiene nombre
A esta hora todos huyen del Sol
como conejos carnívoros

¿Cuándo se me iba a ocurrir
buscar tu corazón entre tanto gentío?

¿cuándo sino tras el destierro
de todo tu espectáculo económico?

¿cómo saber de tu muerte y de
la inmunda ilusión que enmascaró 
esta realidad multiplicada por los siglos de los siglos?

Descubrirte compuesta de nosotros
fue como caer de regreso
Ciudad mía:
fuimos tus monstruos.

Agosto 10, 2017



*Lirio Siete Agua, Ciudad de México, 1985. Cuenta con estudios en Historia del Arte por el Centro Cultural Helénico, y cursa la carrera de Filosofía, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Guía y terapeuta en la medicina tradicional de herbolaria, obsidiana y Temazcal, terreno en el que propone la exploración de la escritura poética como proceso complementario de autoconocimiento. Trabaja en su primer proyecto de poemario “Xantus”, y en la recopilación de su material inédito “Deja Vú: la opacidad de las cosas”. Investigadora del pensamiento “mágico” y la transformación de sus funciones desde los oráculos griegos hasta la medicina enteógena en América Latina, a través de diferentes culturas antiguas y de la sociedad actual.

"Una Sed de Refugio" poemas de Andrés González




MIRÍADAS DE HOJAS

Nací en Sakurai
a los pies
del monte Miwa

dicen que tengo
algún tipo
de retardo
no me importa mucho
en la escuela
contemplaba
tranquilamente
el cielo
a través de la ventana
y nadie decía nada
cuando era niño
fui con mi familia
de viaje a Asuka
vimos los túmulos
las piedras 
y el jardín de flores
del Man'yoshu

en el tren
de regreso a casa
sólo podía pensar
en flores y en poemas
en los trazos
de los caracteres 
que no sabía leer
desplegándose
como pétalos
en cada verso abriéndose
como una flor 
de mil años
y un árbol
inmenso
con miríadas de poemas como hojas

al terminar la
escuela especial
entré a trabajar allí
como jardinero 

cada día recorro
la colina
conozco 
a cada flor
por su nombre
sé de memoria
todos los poemas
que aparecen
en los carteles

en mis tiempos libres
abro mi copia 
del Man'yoshu
y leo lentamente
un poema al día
lo sostengo
primero en la boca
luego en 
los pulmones
después 
en las manos
y finalmente
en el corazón

al final del día
cuando voy 
de regreso en el tren
el cuerpo del poema florece
se abre en él
un jardín
único
extenso
como el mar 
y un sabor azul
de montañas
me sube
hasta la lengua

hay días en que
en lo alto de la colina
saco de mis bolsillos
una pequeña libreta
y un lapiz
y escribo 
poemas 
que continúan el Man'yoshu

al estar aquí
un año tras otro
y ver el paso 
de las estaciones
puedo comprender
que el Man'yoshu
no ha concluido
que como savia
sigue corriendo
yo simplemente tomo
el camino que se abre
ante mí
la senda entre los ciruelos

he podido comprender
que el espíritu 
de muchos de estos poemas
proviene 
de la voz de las flores
de la voz 
de la tierra
una voz que
es una llave
hacia la senda profunda
de las cuatro estaciones
las flores hablan
cómo nacieron
esta tierra
Yamato 
cuya corola
se expande
al tiempo que 
los sentimientos de
las personas
comienzan a encontrar
el lugar 
el tesoro de su expresión
en el corazón de las formas 
de vida
los días aquí
son placenteros
cuando vienen 
grupos de visitantes
me alegra ver su expresión
al darse cuenta 
que somos contemporáneos aún
de algo 
tan antiguo
Estas flores
quisiera decirles
tienen mil años
y han florecido
como poemas
en nuestro idioma
al hablar
al decir
el cielo
alto 
y azul
sobre
esta 
pequeña
colina
estas flores
que son el Man'yoshu
están hablando
a través
de nosotros
floreciendo
una y otra vez
una y otra vez

LAS GRANDES Y PEQUEÑAS VOCES

Lavo la loza,
la seco,
escucho lentamente
el roce de las manos,
el paño,
los platos,
las ollas,
los vasos,
los cubiertos

suena parecido
a caminar en la lluvia
a caminar en la hierba
o en la arena
suena como las nubes
caminando entre las montañas

recuerdo cuando estuve
en el templo de Ise
y vi las nubes caminar entre las montañas
pensé
que los dioses se juntaban a conversar
no sé si las nubes
eran el vapor de sus voces
o las huellas de sus pies
pero pensé que eran ellos
hablando en lo profundo de las montañas

al secar la loza 
y escuchar las voces
las pequeñas voces
de mis manos
del paño y la loza
pienso en esas grandes voces
pienso que quiero ser
una persona
común y corriente
de corazón sencillo
una pequeña brisa cálida
secando un paño de cocina
las manos que preparan comida
una servilleta
las sonrisas de quienes comparten la mesa
después de haber pensado en la muerte
después de los delirios y la confusión
pienso que quiero ser 
alguien sencillo
y arrodillarme a escuchar
maravillado
las grandes y pequeñas voces
de los dioses que se juntan a hablar
en las montañas
en las cocinas
en las mesas
y en las vidas
de quienes vivimos en la Tierra



UNA SED DE REFUGIO

Pasa
por las
pequeñas frutas
las frutillas
las murtas
las moras

hay un 
deshielo
en el pecho
y en las rodillas
las manos
alumbran
y reciben

los helechos
bajan los ríos
del cielo
durante la madrugada
el rocío
se enhebra a una lengua

las gallinas
van de un lado a otro
como si recorriesen
grandes distancias

hay un tener 
rota la lengua
y también
las murtas
el verano
las lengas
las nalcas
las pisadas
en la niebla
los cantos
que traspasan
la mañana

hay un rocío
enhebrándose a la lengua
pasa
por las
pequeñas frutas
las frutillas
las moras
las murtas

recoge
el agua
de los helechos
y los ríos

el agua
de las estrellas

hay un rocío
un cántaro plural
que recoge
los cantos
que llueven

hay un 
rocío
enhebrándose a la lengua

y una lengua de paz
que enhebran
las montañas

hay el agua
que desciende
y el agua
que brota
y entre ellas
una sed de refugio
que trabaja con su lengua


*Andrés González (Santiago de Chile, 1986) Ha publicado los libros de poesía "Gritos, sólo gritos", "Galaxias Hermafroditas" (2012, en coautoría con Yaxkin Melchy), Zodiaca (2013), Avent00ras (2017, Beca de Creación Fondo de la Cultura y el Libro). Actualmente se dedica a la investigación independiente en el territorio de la ecocrítica y la ecopoesía, y prepara los libros "Japón: diario de viaje 2016" y "Olla común".

miércoles, 20 de febrero de 2019

"Un día como hoy" poemas de Yaxkin Melchy Ramos


¿Qué hace un poeta?

Explicar el cielo con su canto
con el canto que nace de su sangre
movimiento eterno
su sangre que es la sangre de los ríos
sus ideas en la mente
sin una falsa creación
siendo él la creación misma
tocando la luz de las hojas
Las estrellas caben en la palma de su mano
como él en la palma de la mano de su hermano
su amigo, su compañero,
su amante
Su palabra es para despejar
el humo moderno
que se aferra a permanecer
en los corazones
El canto del poeta sopla
levanta el polvo
agita los mares
con su calma moviente
hace que las piedras rían
que los pájaros alegren
sus cantos, canta juntando ríos
como niños que comen de los mismos frutos
Teje con su poesía
algo luminoso y bello
que en un segundo se difumina
cubre con un rocío solar
las mañanas del mundo
del nuevo mundo
Se escabulle 
de la resplandeciente belleza
de los padres literarios
deja colgada del perchero
la capa de la fascinación
va desnudo, sin ropa
con el canto de sus cabellos
que han caído por el camino
en la almohada
en el piso del baño
en la tierra del vecindario
en el manantial a donde asomó la cabeza
lo mismo que la universidad
en donde se la pasa discutiendo
con gente demasiado obtusa
la misma universidad
en donde estudia por la tarde
la claridad del espejo de las palabras
(claridad que encuentra tan profunda como esquiva)
Pierde los cabellos mientras lee
mientras canta
mientras se detiene a escuchar
mientras enseña sobre la vida a sus hermanos
mientras va perdiendo estos sentidos
y los ojos y las orejas y los otros ojos
que aún guardan un espacio de soberbia
y las uñas y la piel
y los huesos

Dejó atrás la envidia por la creación
pero su alma continúa, ya limpia,
por la eternidad.

Entonces vuelve a nacer otro poeta:
—…En donde vivió el antiguo maestro
ahora hay un árbol.


4 de julio, San José, Pucallpa, 2016.
Agosto, México D.F. 2016.


21. 

Dios, 
el fruto dice
—amando la vida
no hay muerte—
el agua de mis párpados
cayendo
callando
cambiando
es lumbre 
de mi corazón
latiendo
Un lento molino
belleza del universo
La flor de tu creación
  nada espera
Mi corazón es
hermosura verde
y luminosa
que sabe a lluvia
al milagro caminando
ahora, en una gota
Caminamos juntos,
nuestra noche
huele a música fresca
Fresno que empapa el castellano
de un amor suave,
flexible,
bailando
en su espiral del mundo
de las palabras
agrandándose
como los troncos de los árboles
en surcos de viento
y agua de claridad
Mundo,
eres agua que inspira
el cambio
de quien te bebe
Si fui yerro
y roca
a ojos del Hanaq pacha
hoy he venido
viviendo mi corazón
a escuchar la luz de las estrellas
Con el Sol
por fino orfebre de mis alas
el rayo dice flor
y flor dice trenza
Crece camino 
irrigando el amor
que brota
en mí
bajo el espejo del cielo
hunde mis raíces
quebrando
la terca belleza
y brotando
en el barro
y la arcilla
para volver a nacer
con el sonido sereno
que canta días y noches
en el amanecer
Corazón de barro
en el horno del sol
ya te rompes
¡Zaz!
mar eterno
bajo los colorines.


8 de marzo, 2017-3 de noviembre, 2018.

Hermana vida

Hermana vida,
vaciándome de mí
te tomé del brazo cerca
Y sentí tus pálpitos
como un niño
Sentí el calor del río de la vida
que es uno
y circula los corazones
Ser otro,
sólo es apariencia,
juego, color, belleza
Ser uno,
hojas del mismo árbol,
ramas del mismo tronco,
cuerpos de misma raíz,
hermana vida,
es poder verte donde no hay forma,
es poder oirte donde no hay sonido,
es poder agradecerte donde no hay palabras
Allí donde las estrellas
de todas las galaxias
el Sol y la Luna
nos han sembrado
Donde el planeta Tierra
nos ha nutrido
y Dios ha encendido
nuestra existencia
En el río del río,
mi hermana vida,
sentí tú luz
y la de mi sobrino por nacer
y nuestra constelación
que es muy antigua
Su calor es uno
cruzando el universo
con su baile,
lugar de estrellas,
Y estarás bien,
hermana vida,
y estaré contigo
porque eres mi hermana
y somos hijos
del Gran Misterio del Cosmos


14 de febrero, 2019.


Un día como hoy

Para un mundo de paz
hemos decidido realzar la voz
y tomar el bastón
y caminar erguidos.
Levantarnos del suelo en el corazón
lavarnos los ojos, las orejas
y los pensamientos.
Rezar al corazón del mundo
por la claridad que cambia
y transforma.
Tejer con acción la esperanza
para alumbrarnos
con días más sabios
y noches más lúcidas.
Caminar, escribir, soñar
sintiendo los latidos del corazón
y ofrendar la existencia
a la existencia mayor
del cosmos, la Tierra
y la vida que respira del mismo aire,
la vida que nos alimenta
y somos y seremos y fuimos.
Con cada oración iré abonando
la tierra de mi alma
y poniendo corazón en mi oficio
y nunca se ocultará la verdad
de mis antiguas raíces.
Y encontraré alas donde
termina la tierra
y encontraré libertad
donde principia el mar
y estaré presente
sosteniendo la bella mirada del futuro
como la luz de una estrella.

20-21 de febrero, 2019.


*Yaxkin Melchy Ramos Poeta y escritor de herencia mexicana y peruana. Editor artesano de la editorial artesanal y ecocartonera Cactus del viento e investigador del pensamiento ecocrítico y ecopoético. Maestro en estudios de Japón por el Colegio de México (CEAA), con una tesis sobre el poeta, caminante y activista ambiental Nanao Sakaki. Ha publicado algunos poemarios del libro “El Nuevo Mundo” (escrito entre 2007-2017) y el libro “Hatun Mayu” (2016). Actualmente se encuentra investigando las corrientes ecopoéticas entre Japón y Latinoamérica y traduciendo poesía japonesa al español. Su blog es https://flordeamaneceres.wordpress.com/