UNA PALABRA TUYA BASTARÁ PARA SANARME
Señora, no soy digna de que entres en mi casa
pero una palabra tuya bastaría para sanarme
esta condición que domestica mis sentidos
pudiendo evocar mi origen libertino infantil.
Señor, seré digna en el momento en que toda esa energía pronunciada
se amplifique en este templo profanado por el deseo.
Señora, nos conocimos cuerpeando la vida.
Yo caigo ante la piel
pero perezco ante el verbo
que me promete y me debilita
que crea mundos, sentidos e inocencias.
Que basta un Sí o un No
para que algo sea.
TELARAÑA
Escribir porque no alcanza rezar.
Tejer el pentagrama sedoso por los huecos
que están entre los dos secretos.
Ciega en un ángulo blanco la estrategia
porque la sabiduría llega cuando no sirve para nada.
En el vidrio espejado de la copa que soporta
la pirueta se proyecta
la de los dedos ansiosos por sentir.
Escribe porque no le alcanza con rezar.
En el tejido inútil
atrapa los juguetes con los que aprenderá a morir.
NOTA DE TÓPICOS
Me escribieron en la mano lo que necesitaba.
Tres líneas de un triángulo abierto.
Abiertas las caderas pronunciando el gusto de otro.
Tenemos al otro rígido en un nombre
que aprendimos a llevarlo a la boca
o evoca esa noche
con el nombre impronunciable
o cuando se juega al serio con un vaso huellado.
Me escribí en la mano la receta o lo necesario
de esa noche como de casi todas las noches
en que quedo sola con mi nombre
y no prendí la luz.
Cociné con lo que tuve
a mano
algo para consolarme.
SOBRE HERRADURAS
Tengo el magnetismo del campo estampado en la remera.
Aro cuando taconeo la hoja que va rumiando
La Femme Natura Fatale.
Son chistosas nutrias pulso y palabra
que se zambullen presurosas ante la amenaza del olvido y
arrastran tierra hacia adentro de la letra.
Sobona en los garrones se me engancha algún verso
a veces se posa cabizbajo como un tordo,
tordo verso reflexivo.
Pieza del puzzle de la noche bohemia
o águila posada en el ombú existencialista.
Soy de madera
acacia
de pasto-gramilla.
Tengo las manos ásperas con aroma a eucaliptus
pero a veces madre selva.
La mujer bicho.
Negada de elegancia
con desolación de tapera y robustez de monte.
Para mí no se hizo la esbeltez o el histrionismo,
sí un objetivo y un intento.
Hay un manto de pradera que recubre una pieza
esa que solo muestro cuando asoman los dientes
cuando burla la ciudad:
valor.
*Regina Ramos es poeta y profesora de Literatura. Sus tres libros éditos obtuvieron reconocimiento en premios nacionales de Literatura de Uruguay: 23 veces Out (Yaugurú, 2017) recibió el premio Ópera Prima en los Premios a las Letras (2019), Señuelo (La Coqueta, 2020) obtuvo primera mención en los Premios a las Letras (2021) y Gastronomía de olvido (Pez en el hielo, 2022) obtuvo el incentivo a la edición del llamado Amanda del Instituto Nacional de Letras de la DNC| INLET.
Ha formado parte de antologías, talleres, ciclos, festivales y recitales, tanto a nivel nacional como internacional, donde difunde la poesía en sus diversas manifestaciones y soportes.
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