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domingo, 28 de agosto de 2016

Nunca nada nadie (Tres poemas de Rosa Berbel)







Poética del miedo        

Deseo que este miedo no desaparezca
que conste férreo en todos
y en cada uno de los poemas que escriba
como una talla lenta
como un secreto apresurado

yo
deseo en toda mi generosidad y en mi palidez
desde las ruinas enfermas y desde el éxtasis
deseo
que el miedo se convierta en mi epitafio:

tengo miedo
soy un animal del miedo
soy incluso una bestia del miedo y beso
en mi inocencia
cientos de flores diminutas
decenas de cuerpos anónimos
y grito que este es mi jardín
que ahora este de aquí
es mi terror aséptico así
un miedo casi blanco casi transparente
casi hueco
un miedo casi adulto me nace del estómago
y me miente.

Justicia poética    

Quiero conocer a todas mis madres,
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de los versos, las renuncias,
las huellas de todas las mujeres
que he sido al mismo tiempo.

Quiero una larga estirpe de mujeres valientes,
que han escrito poemas
después de hacer la cena
y han vivido el exilio
dentro del dormitorio.
Reconocerlas libres, brillantes y caóticas
retratando monarcas,
sublevando las formas,
componiendo sonetos
en una Europa en llamas.

Quiero sobrellevar la carga de la historia,
convertirme en relevo,
nombrarlas
sin esfuerzo.
Pronunciar con propiedad
el término familia.

Nunca nada nadie *

Me pregunto con cuánta de esta gente
volveremos a estar o cuál será su nombre
si tendrán esta misma rabia
por las malas jugadas de la vida
o esta felicidad momentánea
y dorada
que atraviesa los parques y las manos
si este espacio que ahora compartimos
será mañana otro si mañana seremos
quizá otros y nos conoceremos desde cero
y no recordaremos el momento
en que pisamos juntos estas plazas
la canción que sonaba en aquel saxo
aquel niño perdido que lloraba en el suelo
o la belleza fugaz
de los semáforos
en los que todo el mundo se besaba


*Nunca, nada, nadie. Tres palabras terribles, sobre todo la última.
Antonio Machado



Rosa Berbel (Sevilla, España, 1997). Estudiante del Grado en Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada. Es ganadora de la IV Edición del Certamen Ucopoética (2016). Ha aparecido en antologías como "La pirotecnia peligrosa" (Ediciones en Huida, 2015) y "Hot Babes". Es antóloga junto con Pablo Romero de "Orillas", una antología poética hispano-argentina. Fue seleccionada como una de las 15 voces de la poesía posnoventista española por Luna Miguel. En la actualidad prepara su primer poemario.

martes, 16 de agosto de 2016

Poemas con paisaje de Edwin Rendón


*Edwin Rendón (Colombia, 1981) Poeta y maestro de literatura. Magíster y Especialista en Literatura. Licenciado en Español y Literatura. Sus obras publicadas son: Poética del territorio (2014); Manual del perdedor (2011, obra finalista del I Premio de Poesía Ciudad de Medellín); Sobre un estudio de los árboles (2005, obra ganadora del Premio Nacional de Poesía Isaías Gamboa); Escupitajo (2000). Sus textos también han sido publicados en la Antología de Poesía Colombiana de la Fundación Verso a Verso (2005) y en la Revista Prometeo. Ganador de la Convocatoria de Estímulos al Talento Creativo de Antioquia 2014. Finalista del Concurso Internacional de Poesía Entre Líneas “La palabra de mi voz” Miami, 2015. Ha participado como poeta invitado en el Festival Internacional de Poesía de Medellín.


Francotirador

Quizás un verso
venga en tu ayuda.

Sin entender razones
te conviertes en monstruo
y vuelves a las sombras
para olvidar tu rostro.

Los ángeles te abandonaron
y ahora conviene
que te escondas entre los muros.

Camina despacio,
respira con tranquilidad,
oculta tus cicatrices.

Desde arriba 
alguien te mira,
alguien te apunta
con su rifle.

Poema con un paisaje

Me haces dar ganas
de creer en Dios, de ir al gimnasio,
de saludar a los vecinos.

Me haces dar ganas
de ponerme a trabajar
y vestirme bonito.

Me haces dar ganas
de ir al siquiatra
y acostarme temprano.

Me haces dar ganas
de pagar las deudas
y caminar derechito.

Me haces dar ganas
de dejar el cigarrillo
y los malos amigos.

Me haces dar ganas

de bañarme y afeitarme
y confesarme y jubilarme.

Me haces dar ganas
de comprar una casita en el campo
y morirme despacio contigo.


Ritual del poema

El viejo murió.
Vivieron juntos 53 años.
Mi madre aún se levanta
a las cinco de la mañana
y le prepara el café.


Minuto de silencio

Hombres armipotentes,
concedan un hilo 
de mutismo
para que Dios
recoja sus muertos 
y se vaya.

Fantasma


Este es un cuento de horror
sobre un hombre
que no sabe que existe.

Contempla su vida
como un suceso distante,
anda como una sombra.

Intenta decir su nombre
y sólo emite un quejido. 


El arte de madrugar


Es difícil enfrentar el amanecer.

¿Cómo mirar los ojos del sol sin remordimiento,
cómo saludar a la muchacha virginal
sin que perciba en el semblante 
los rastros de la noche?.

Empuño la taza de café
como quien levanta una espada.

Una oración

Danos, señor, mujeres hermosas,
Abundante ron y mañanas lluviosas.

Danos libertad para no creer en ti,
Tangos, amigos y un as bajo la manga.

Danos días de ocio, atardeceres y libros,
Salud para pernoctar y brazos para abrazar.

Danos, señor, una cuadrita de tierra
Para entendernos con el sol y sembrar.

Danos un perro que cuide la casa,
Una chica dulce, una muerte tranquila.

Danos, señor, mujeres hermosas,
abundante ron y mañanas lluviosas.



Ojalá, así sea.

sábado, 13 de agosto de 2016

Galia Mirscha (Frente Norteño De Poetas)



*Galia Mirscha es licenciada en composición musical por el Conservatorio de Música de Chihuahua. Ha participado en ensambles de rock, de música de cámara contemporánea y de música latinoamericana. Desde 2006 es contrabajista de la Orquesta Filarmónica del Estado de Chihuahua. Ha dirigido orquestas juveniles y colaborado en diversos proyectos de gestión cultural independientes e institucionales. Entre sus composiciones se encuentran principalmente canciones, obras corales y para ensambles de cámara. Ha escrito música para danza, cortometrajes y proyectos de televisión, así como proyectos interdisciplinarios. Realiza trabajo literario para incorporarlo a su obra musical, y para compartirlo en diversos espacios de expresión colectiva.


Tiene que llover

Que salga de mi cuerpo todo el peso 
que mis huesos no quieren ya cargar. 
Que salgan de mí aquellos apegos 
crecidos de las raíces del autoengaño.

Que llueva lo que tenga que llover 
hasta que mis ojos sean otra vez transparentes 
para mirar sonreír a mis hermanas: 
la libertad, la soledad, la vanidad.

Las cicatrices que nos dejan las heridas 
son los libros escritos para el alma.

Ahora sé que puedo construir 
universos de amor del tamaño de un océano 
con adobes de viento y vigas de nubes 
ensamblados por la fuerza creativa 
de mi voluntad sin ambiciones.

Ahora sé que existe la magia 
necesaria para invertir el de destino pesimista 
del amor, el deseo y la pasión 
que, en las manos de quienes son normales, 
se evapora con el tiempo.

Que llueva lo que tenga que llover. 
Que se vaya lo que se tenga que ir. 
Yo disfruto descubrir 
lo que ahora se.


Cuando te canses

Cuando te canses de conservar la calma, 
de mediar entre ese fuego cruzado 
donde las balas de la lengua pasan 
rozándote la cabeza como moscas.

Cuando te canses de ser la persona " madura", " inteligente" 
de quien todos esperan paciencia, 
comprensión, entendimiento 
en medio de una guerra cotidiana 
en la que día a día se dispara 
desde las trincheras de los egos. 

Cuando te canses, te entristezcas y te frustres 
porque a tu trabajo por una nueva paz 
lo derriba el puntapié de un animal miedoso 
que se siente poseedor de la verdad.

Cuando quieras destrozar cristales con un grito 
y mostrar a los chantajistas la diferencia 
entre el dolor que puede causarles tu puño 
y el dolor que fingen en su teatro malogrado.

En ese momento la obscuridad te abrace 
para recordarte que eres diferente 
porque no le temes a la incertidumbre 
y las batallas de los egos no son suficientes 
para que se te olvide el sabor de la lluvia 
o la refracción de la luz del sol entre las nubes.

El dolor se puede convertir en música 
porque en las guerras pueden quitarte muchas cosas 
esos hombres que envidian a las fieras 
pero no podrán robarse los cielos y los bosques 
que han entrado por tus ojos 
ni los besos, los abrazos, las risas 
que has convidado y recibido.

Cuando te canses de ser siempre paciente 
y sientas que también tienes de derecho al odio, 
la obscuridad te acaricie para recordarte 
que tienes la opción de ser diferente, 
que tus labios tienen muchos cantos por delante 
como para perder tiempo escupiendo dagas, 
que el dolor de otros no te hace más fuerte 
y eres muy rebelde para seguir sus pasos 
en la esclavitud de la ira y el encono. 
Que dejen ir la vida los siervos de sus miedos! 
Hay mucho que amar en el presente.


Unas líneas

Te quiero cuando empieza la noche 
y recorremos las calles olfateando jardines 
te quiero cuando el sol quema insoportable 
y nos resguardamos a la sombra de la música 
te quiero cuando despiertan las aves 
y sus diálogos nos van guiando a la vigilia.

Te quiero cuando llueve y la ciudad de la pradera 
se parece al ombligo de la luna 
te quiero cuando es invierno bajo cero 
y no hay valor para salir de las cobijas 
te quiero cuando el verano se traga al mundo 
y la ropa estorba y comemos hielo 
te quiero hasta en los días tolvanera 
que me hacen intolerante y me fastidian.

Y te quiero también de madrugada, 
de mediodía de domingo o entre semana 
te quiero a media luz, al sol, a obscuras 
te quiero en soledad y en compañía 
durmiendo, despertando, en movimiento, 
en contemplación, en equilibrio y en silencio,
 o en apoteosis de imagen y palabras.

Te quiero cuando me habitas los sueños, 
los sonidos, los sentidos y la piel. 
Te quiero demasiado o tal vez poco 
en proporción al diámetro del cosmos 
te quiero más allá de los miedos 
de las promesas, de necesitarte fiel. 
Te quiero desde el inicio del presente 
hasta donde se juntan el nunca con el siempre.