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lunes, 5 de diciembre de 2016

LA ESTATUA DE SOL




(Poema de Jairo Guzmán)


Al lado de Pompeya había
Una jarra de agua

Pasos de piedra
Deseos de quien
Por no saciarse con el agua de sus afanes
Roca es hasta ser polvo

Agua detenida
Tiempo en témpanos
Que al olvido viajan
En océano de gritos

Existen grutas en las palmas de las manos
Del transeúnte
Que en destellos ocres parece una estatua
A punto de partir

Sólo un rayo de sal conecta sus ojos
Con el cielo

Aún tiene labios y lo que fuese sonrisa
Es el hueco que dejara
El choque de una estrella

Sus puños romperían cuerpos como cañas

Tímpanos de piedra
Reproducen ecos de gritos
Antecesores de las estatuas

Un tintineo
Queda rebotando
En el interior de un baúl
Sellado para siempre

Oleaje petrificado la montaña

Su imponente serenidad
Se transmite por las leyendas
Que trae el sol

Una noche encerrada en cripta
Impermeable a las filtraciones
Que recorren la membrana ígnea

Y esa dama de brazaletes de oro
¿En qué cofres dejó sus amoríos?

¿A dónde fueron los reflejos del azul
Y del magenta incendiando sus labios?

Su silencio nos petrifica

También su sangre en riscos de sus venas

La estatua de sol
De su húmero
Hace una flauta







Jairo Guzmán. Medellín, 1961. Ha publicado el libro de poemas Coro de ahorcados (1995),  el opúsculo  (poemas y ensayos breves) Todo paisaje es la elegancia del ojo (1997). El libro de poemas Trashumancia de las tumbas (2015). Edita los blogs de expresión poética: Meridiano 75 (meridiano75.blogspot.com.co), con obras de autores locales, latinoamericanos y universales,  y El ombligo del pez (elombligodelpez.blogspot.com.co)  en el que se han publicado algunas de  sus obras creadas a partir de 1997. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés, rumano y sueco. Egresado de Matemáticas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Cofundador en 1991, y coorganizador, del Festival Internacional de Poesía de Medellín y de la Escuela de Poesía de Medellín (fundada desde 1996 en el contexto del Festival ). A cargo del área formativa de la Corporación de Arte y Poesía Prometeo. Miembro del comité editorial de la revista de poesía Prometeo. Director del Proyecto Gulliver (Escritura creativa para niños).


viernes, 7 de octubre de 2016

DESPIERTO DESDE TU GRITO


(carta abierta a Medellín)





Para mi familia
y mis amigos

Siempre te he tenido miedo a pesar de mi fuerza, de mi atrevimiento, mi soñada Medellín: he ido donde tus maestros y robado su sabiduría y dado un paso adelante, pero con el convencimiento de que tus ojos me siguen y tus oídos perciben hasta mi último y más simado temblor; sólo escuchan atentos cuando se trata de fechorías, cuando se ve productivo el negocio, el momento en que se hace trastabillar la solidaridad. Es lo enseñado por ti, mi ciudad oblicua.

Al temerte me temo e identifico mi enfermedad viva y terrible, dadora de una mirada perpleja sobre tu realidad que me impide la profunda lucidez, la tranquilidad de mi pensar: un solo zumbido, un mínimo susurro y entro en el desvarío; desatino entre esto y aquello por lo que se ha confundido mi sensibilidad: tu desprecio del diferente, tu gana de discordia, tu desdeñoso asiento desde donde petrificas los ánimos y exiges obediencia a tu ley, a tu desmesura; tu balacera que oprime, anula y borra por dos o tres pesos los cantos de las generaciones; tu rezo canoso y enardecido que, después de todo, sólo cumplirá los designios de una conquista merdosa y apocalíptica.

No sé, quizá me estoy dañando a mí mismo y sea yo el que hace de tu respiración una oleada de sangre y desesperación, en el ir y venir de lo limpio a lo puerco, de la sagrado a lo demoníaco, de la luz a la sombra y al contrario que es lo mismo; porque esto que te realzo es por lo que estoy enfermo. Pero te quiero amar como eres y, tal vez, eso sea lo justo para una locura que no se comprende y se encuentra en el vaivén de un fruto que también comerán los hombres cuando, quizá, queden días por vivir vívidamente. Si es que los dejas.

Sabes que no puedo estar solo aunque lo quisiera, aunque fuese una obligación, como si evidenciara la única necesidad. Nunca lo he podido hacer. Requiero tu compañía, tu aceptación, un afecto que, en los momentos difíciles, creo perdidos y convierto en ataque. Ah, la culpa, el hacernos sentir pecadores aún, tu cristianismo carroñero que igual mató y sigue matando a su dios; que lo devoró para poder hacerlo suyo: tu doctrina nefasta y hambrienta, negadora de lo natural, de lo palpitante y del clamor que dejas de lado a costa de una felicidad que es ser libre y auténtica: cuando te ciegas y destruyes, cuando vendes tu más íntimo delirio con una violencia fratricida bañando de sangre tu piel llena de cal, de infancia adolorida vuelta andrajo y turbación, te grito: ¡te hiciste necia! ¡Quítate el antifaz!

No obstante, siento que te he defraudado. Al despertar siento cierto temor por lo sucedido, no sólo con el evento en que quise morir un poco; también por el pasado donde me hube comportado a la manera de un predicador que se agita visionando un sol insolente con su pulso luminoso y, al mismo tiempo, como asesino de tus más ocultas disposiciones para la grandeza.

Es que lo mostrado por tu deseo de subir la montaña, esconde lo más monstruoso, lo más reptílico, la mayor podredumbre: querer la trampa, llorar el dinero, anunciar el poder; ofuscar la quietud de tus hijos sedientos e inanes para dirigirte ponzoñosa, nociva, insana con y sobre ellos, y dañarles el corazón con el falso camino del éxito, de la fama, de la riqueza.

Has obviado el fracaso y la derrota, y nos privas de aprender a enfrentarlos. Nos enseñas como escalar sobre los demás y, una vez arriba, tirar pestes sobre sus viviendas; nos conduces al límite de tu absurda carrera y nos enrostras nuestras debilidades, nuestras falencias, nuestras equivocaciones y nos juzgas por ellas como si no fuésemos libres sino para ganar, para coronarnos en el triunfo.
Sí, Medellín: eres una contradictoria, una farsante, una loca de atar: piensas lo más profundo y por eso amas la vida más viva, pero elevas la contienda, la competición, la muerte del próximo y eso te hace una madre que sólo cosecha tumbas; una madre que, con brusquedad, obliga a la obstinación, a la manía, a la intransigente mentalidad de que tus hijos deben ser los mejores, los más pujantes, los más engreídos, acumulando al fin y al cabo. Los amas por lo que tienen y no por lo que son, mi desvergonzada Medellín: tú que no das puntada sin dedal, tú que eres una diosa en pañales, mi pequeña putica.

Yo te quiero, pero te acuso de odiar a tus pobres, de no tener en cuenta a los ciegos, a los sordos, a los mendigos; enalteces la limosna porque no has aprendido a regalar; dejas para tus excluidos las sobras cuando algo dejas; olvidas tus muertos y niegas tu mano asesina; untas de droga el olfato y los jóvenes se vuelven ratas; en fin, eres un niña del espectáculo, quieres que te mime el tío dólar.
Admiro tu perseverancia, tu voluntad de permanencia, tu movimiento creador, pero deploro tu guerra y tu doctrina, su círculo y su bullicio: ¡quítate el antifaz! Deja ver tu rostro profano y lleno de lepra. No me vengas con palmaditas a la espalda, no me mires con pesar para conciliar tu traición. Estoy inquieto, tus hijos están inquietos, toda la familia está inquieta: no permitas que se hunda. Al menos enséñale cómo hundirse con altura, tú, mi querida madre, mi Medellín hipócrita: tú, animalito doméstico, bestiecita que sabe a quién morder: ¡quítate el antifaz!

San Javier, 2 de abril de 2015

Víctor Raúl Jaramillo– Colombia

martes, 20 de septiembre de 2016

Andrea Alonso (Frente Norteño de Poetas)


*Nacida en el 95 en Chihuahua, Chih. Conectada con la música de Nirvana, le gusta la canela, el baile latino y la poesía. 



Vida de poeta

I
Quisiera mostrarte la maravilla de m ser al expresar tan titánica intensidad pasional hacia tu ser.
Eres un idolatradado, que se vuelve mi favorito.
Tan solo amarte quiero. ¿Será la respuesta? ¿Amar a otro?
¿Porque no lo logro amarme a mí?
Es que la belleza del mundo....
No sé qué me causa... me hace fluir la letra
Pero sigo vacía
Dios...
Ser...
Universo...
¿Alguien me escucha?
Estoy gritando por sentir,.. Sin que duele.
Por una bendita vez.
Rezo.
Para llegar ahí... dónde la letra suena y el rito gime...
Ahí...

II
Es interesante imaginarte que estas cercan, pensando en mí, preguntándote si escucho la misma canción, tal vez estas cerca... tal vez solo es un sonido que sólo yo detecto. Desde aquí te mando luz y bendición... Amor no puedo... porque ese se quedó contigo. 

lll
Pus mental. 
Me encuentro, sin encontrarme.
Me afirmo, sin estar firme 
Me elevo, sin saber volar 
Me sacudo, sin moverme 
Me inquieto, sin desesperarme 
Me consumo, sin prenderme 
Me desnudo, sin vestirme 
Me contradigo, sin lograr
Me fusiono, sin fluir
Me encuentro, sin encontrarme.

IV
Desesperación. 
La inspiración me agota cuando la busco, es un taladro de espinas Con la fatiga de los recuerdos me envuelvo en posibilidades efímeras Las situaciones de libertad parecen caóticas, sin posibilidad de. Sembrar el futuro parece supersticioso, una acumulación de ideas sin propósito
V
Me alegra buscar sin qué lo que encuentre duela. La nostalgia se convierte en una alegría de empatía absoluta. Sólo queda agradecer el tiempo compartido y no hay vuelta atrás en las malas reacciones. Sí ves esto, quiero que sepas que tú decisión fue la correcta. Estas bien, estoy bien y todo cuenta. Cerrar ciclo es posible. He vuelto a sentir, he regresado. 

VI
Cálmate, tranquilo, ya sé que no hay lugar para mí.
Cálmate, tranquilo, no te enojes si yo abro mi corazón.
 Cálmate, tranquilo, paso el momento de amarnos, lo soplaste. 
Cálmate, tranquilo, puedo vivir con mi propio amor... 

martes, 6 de septiembre de 2016

Benjamín Armando Varela Martínez (Frente Norteño de Poetas)



Voy hacia ti, sobre ti

Tu piel con mis pies desnudos y cansados al trotar por alcanzarte.

Mis labios morenos

Trepan por tus senos, que son dos montañas medianas, firmes.

Percibo

A través de mis sentidos los vapores que exhalas, por el agitado respirar en el clímax del apareamiento.

La sed sacio

de tus ríos, de tus lagos. Me deleito al nadar en tus mares con solo abrazarte.

Con frenesí
En la gran excitación que sentimos al compartir este orgasmo, como si fuera cascada llena de estruendo y fluidos de mi semilla; esa que fecundara tu tierra, será maíz y formara vida.

Soy el gran falo cósmico, surca del cielo como centella, atraviesa atmósferas y atraviesa mundos, se impone para heredar un legado. Una raza de bronce.


Sábado 13

Así como el artista esculpió con tesón la roca, para obtener la obra.

El asesino golpeo tu rostro con martillo fiero para coronar su locura, Percutiendo fieramente tu cráneo. Aplasto el rostro, orgullo y belleza. Los gritos sofocantes no permitieron escuchar el crujir de huesos. No acudí al ruego.

Tu lobo delirante, esquizofrénico. En la delicada persona que eras, hurgo con sus grotescas garras quebrando la figura para ver tu luz interna.

Las ropas blancas revolcadas, de sangre teñidas. La pureza corrompida.

Mujer ahora que ya no eres, viaja a ese lugar donde los ríos de la tranquilidad humedezcan tu esencia. Imagino que el omnipresente absurdo ya tenía previsto lugar a su lado para recibirte. Descarnaste sin aviso. Repentinamente.

De la sangre derramada mucho se murmura quedo esparcida, manchada toda la casa, el predador lamio la tibieza al manchar su cuerpo con rojo escarlata. Sintió redimir crimen y culpa. Como si fuera el sacrificio del cordero.

Mujer ahora que ya no eres, no existes en la carne márchate tranquila. Te pondré una veladora, de este lado el luto se vive. Nos haremos cargo de los pendientes, ocúpate de seguir esa luz de la que algunos hablan, esos que tuvieron un pie allá arriba y regresan. No entretengas el viaje en cosas de este mundo superfluo. Venciste la vida.

Una cosa pedimos, no te nos aparezcas, porque dudaremos de lo que dicen las sagradas escrituras, de que los muertos no tienen parte ni suerte en la superficie.

Mujer ahora que ya no eres, que ya no existes en la carne, que ya no te duele haber parido un hijo y partir sin llevarlo, solo nos queda el vacío, el hueco por la ausencia. Por no compartir contigo.


A los que quedamos, también nos toca morir. Vencer esta vida, con buen recuerdo tuyo y la esperanza de no ser mal juzgados bajo la fuerza del mismo martillo.



* Benjamín Armando Varela Martínez. Nace en nuevo Casas Grandes el 1 de Marzo de 1977. Chihuahuense de nacimiento y por convicción, estudio en la Universidad Autónoma de Chihuahua, Comenta que no todos los textos son para el crecimiento del ser humano y el enriquecimiento del alma, porque existe lectura traumática y desesperanzadora, sin llegar a ser textos basura, mismos que conforman así parte de la literatura.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Dos Poemas de Yeison Medina




 ***

1

ambas
duermen placenteramente

la niña
sobre el regazo de la madre

la madre
sobre el sueño de su hija



2

por el tintineo de las monedas
en el vaso
sobre la acera

ambas
madre e hija
despiertan


 ***

su pierna
anudada a mi brazo

mi dedo
en la fisura de sus labios

su cuerpo bajo mi cuerpo
dos cuerpos y

una sola sombra
en la pared





Yeison Medina. Nació en un morro de Colombia, de los tantos, al noroccidente de Suramérica. Lector, panadero artesanal y vagabundo impenitente de los Andes. Ama el fútbol, las montañas, caminar y bañarse en manantiales que atesora el bosque. 

domingo, 28 de agosto de 2016

Nunca nada nadie (Tres poemas de Rosa Berbel)







Poética del miedo        

Deseo que este miedo no desaparezca
que conste férreo en todos
y en cada uno de los poemas que escriba
como una talla lenta
como un secreto apresurado

yo
deseo en toda mi generosidad y en mi palidez
desde las ruinas enfermas y desde el éxtasis
deseo
que el miedo se convierta en mi epitafio:

tengo miedo
soy un animal del miedo
soy incluso una bestia del miedo y beso
en mi inocencia
cientos de flores diminutas
decenas de cuerpos anónimos
y grito que este es mi jardín
que ahora este de aquí
es mi terror aséptico así
un miedo casi blanco casi transparente
casi hueco
un miedo casi adulto me nace del estómago
y me miente.

Justicia poética    

Quiero conocer a todas mis madres,
reconstruir mi linaje y mi conciencia
a partir de los versos, las renuncias,
las huellas de todas las mujeres
que he sido al mismo tiempo.

Quiero una larga estirpe de mujeres valientes,
que han escrito poemas
después de hacer la cena
y han vivido el exilio
dentro del dormitorio.
Reconocerlas libres, brillantes y caóticas
retratando monarcas,
sublevando las formas,
componiendo sonetos
en una Europa en llamas.

Quiero sobrellevar la carga de la historia,
convertirme en relevo,
nombrarlas
sin esfuerzo.
Pronunciar con propiedad
el término familia.

Nunca nada nadie *

Me pregunto con cuánta de esta gente
volveremos a estar o cuál será su nombre
si tendrán esta misma rabia
por las malas jugadas de la vida
o esta felicidad momentánea
y dorada
que atraviesa los parques y las manos
si este espacio que ahora compartimos
será mañana otro si mañana seremos
quizá otros y nos conoceremos desde cero
y no recordaremos el momento
en que pisamos juntos estas plazas
la canción que sonaba en aquel saxo
aquel niño perdido que lloraba en el suelo
o la belleza fugaz
de los semáforos
en los que todo el mundo se besaba


*Nunca, nada, nadie. Tres palabras terribles, sobre todo la última.
Antonio Machado



Rosa Berbel (Sevilla, España, 1997). Estudiante del Grado en Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada. Es ganadora de la IV Edición del Certamen Ucopoética (2016). Ha aparecido en antologías como "La pirotecnia peligrosa" (Ediciones en Huida, 2015) y "Hot Babes". Es antóloga junto con Pablo Romero de "Orillas", una antología poética hispano-argentina. Fue seleccionada como una de las 15 voces de la poesía posnoventista española por Luna Miguel. En la actualidad prepara su primer poemario.

martes, 16 de agosto de 2016

Poemas con paisaje de Edwin Rendón


*Edwin Rendón (Colombia, 1981) Poeta y maestro de literatura. Magíster y Especialista en Literatura. Licenciado en Español y Literatura. Sus obras publicadas son: Poética del territorio (2014); Manual del perdedor (2011, obra finalista del I Premio de Poesía Ciudad de Medellín); Sobre un estudio de los árboles (2005, obra ganadora del Premio Nacional de Poesía Isaías Gamboa); Escupitajo (2000). Sus textos también han sido publicados en la Antología de Poesía Colombiana de la Fundación Verso a Verso (2005) y en la Revista Prometeo. Ganador de la Convocatoria de Estímulos al Talento Creativo de Antioquia 2014. Finalista del Concurso Internacional de Poesía Entre Líneas “La palabra de mi voz” Miami, 2015. Ha participado como poeta invitado en el Festival Internacional de Poesía de Medellín.


Francotirador

Quizás un verso
venga en tu ayuda.

Sin entender razones
te conviertes en monstruo
y vuelves a las sombras
para olvidar tu rostro.

Los ángeles te abandonaron
y ahora conviene
que te escondas entre los muros.

Camina despacio,
respira con tranquilidad,
oculta tus cicatrices.

Desde arriba 
alguien te mira,
alguien te apunta
con su rifle.

Poema con un paisaje

Me haces dar ganas
de creer en Dios, de ir al gimnasio,
de saludar a los vecinos.

Me haces dar ganas
de ponerme a trabajar
y vestirme bonito.

Me haces dar ganas
de ir al siquiatra
y acostarme temprano.

Me haces dar ganas
de pagar las deudas
y caminar derechito.

Me haces dar ganas
de dejar el cigarrillo
y los malos amigos.

Me haces dar ganas

de bañarme y afeitarme
y confesarme y jubilarme.

Me haces dar ganas
de comprar una casita en el campo
y morirme despacio contigo.


Ritual del poema

El viejo murió.
Vivieron juntos 53 años.
Mi madre aún se levanta
a las cinco de la mañana
y le prepara el café.


Minuto de silencio

Hombres armipotentes,
concedan un hilo 
de mutismo
para que Dios
recoja sus muertos 
y se vaya.

Fantasma


Este es un cuento de horror
sobre un hombre
que no sabe que existe.

Contempla su vida
como un suceso distante,
anda como una sombra.

Intenta decir su nombre
y sólo emite un quejido. 


El arte de madrugar


Es difícil enfrentar el amanecer.

¿Cómo mirar los ojos del sol sin remordimiento,
cómo saludar a la muchacha virginal
sin que perciba en el semblante 
los rastros de la noche?.

Empuño la taza de café
como quien levanta una espada.

Una oración

Danos, señor, mujeres hermosas,
Abundante ron y mañanas lluviosas.

Danos libertad para no creer en ti,
Tangos, amigos y un as bajo la manga.

Danos días de ocio, atardeceres y libros,
Salud para pernoctar y brazos para abrazar.

Danos, señor, una cuadrita de tierra
Para entendernos con el sol y sembrar.

Danos un perro que cuide la casa,
Una chica dulce, una muerte tranquila.

Danos, señor, mujeres hermosas,
abundante ron y mañanas lluviosas.



Ojalá, así sea.

sábado, 13 de agosto de 2016

Galia Mirscha (Frente Norteño De Poetas)



*Galia Mirscha es licenciada en composición musical por el Conservatorio de Música de Chihuahua. Ha participado en ensambles de rock, de música de cámara contemporánea y de música latinoamericana. Desde 2006 es contrabajista de la Orquesta Filarmónica del Estado de Chihuahua. Ha dirigido orquestas juveniles y colaborado en diversos proyectos de gestión cultural independientes e institucionales. Entre sus composiciones se encuentran principalmente canciones, obras corales y para ensambles de cámara. Ha escrito música para danza, cortometrajes y proyectos de televisión, así como proyectos interdisciplinarios. Realiza trabajo literario para incorporarlo a su obra musical, y para compartirlo en diversos espacios de expresión colectiva.


Tiene que llover

Que salga de mi cuerpo todo el peso 
que mis huesos no quieren ya cargar. 
Que salgan de mí aquellos apegos 
crecidos de las raíces del autoengaño.

Que llueva lo que tenga que llover 
hasta que mis ojos sean otra vez transparentes 
para mirar sonreír a mis hermanas: 
la libertad, la soledad, la vanidad.

Las cicatrices que nos dejan las heridas 
son los libros escritos para el alma.

Ahora sé que puedo construir 
universos de amor del tamaño de un océano 
con adobes de viento y vigas de nubes 
ensamblados por la fuerza creativa 
de mi voluntad sin ambiciones.

Ahora sé que existe la magia 
necesaria para invertir el de destino pesimista 
del amor, el deseo y la pasión 
que, en las manos de quienes son normales, 
se evapora con el tiempo.

Que llueva lo que tenga que llover. 
Que se vaya lo que se tenga que ir. 
Yo disfruto descubrir 
lo que ahora se.


Cuando te canses

Cuando te canses de conservar la calma, 
de mediar entre ese fuego cruzado 
donde las balas de la lengua pasan 
rozándote la cabeza como moscas.

Cuando te canses de ser la persona " madura", " inteligente" 
de quien todos esperan paciencia, 
comprensión, entendimiento 
en medio de una guerra cotidiana 
en la que día a día se dispara 
desde las trincheras de los egos. 

Cuando te canses, te entristezcas y te frustres 
porque a tu trabajo por una nueva paz 
lo derriba el puntapié de un animal miedoso 
que se siente poseedor de la verdad.

Cuando quieras destrozar cristales con un grito 
y mostrar a los chantajistas la diferencia 
entre el dolor que puede causarles tu puño 
y el dolor que fingen en su teatro malogrado.

En ese momento la obscuridad te abrace 
para recordarte que eres diferente 
porque no le temes a la incertidumbre 
y las batallas de los egos no son suficientes 
para que se te olvide el sabor de la lluvia 
o la refracción de la luz del sol entre las nubes.

El dolor se puede convertir en música 
porque en las guerras pueden quitarte muchas cosas 
esos hombres que envidian a las fieras 
pero no podrán robarse los cielos y los bosques 
que han entrado por tus ojos 
ni los besos, los abrazos, las risas 
que has convidado y recibido.

Cuando te canses de ser siempre paciente 
y sientas que también tienes de derecho al odio, 
la obscuridad te acaricie para recordarte 
que tienes la opción de ser diferente, 
que tus labios tienen muchos cantos por delante 
como para perder tiempo escupiendo dagas, 
que el dolor de otros no te hace más fuerte 
y eres muy rebelde para seguir sus pasos 
en la esclavitud de la ira y el encono. 
Que dejen ir la vida los siervos de sus miedos! 
Hay mucho que amar en el presente.


Unas líneas

Te quiero cuando empieza la noche 
y recorremos las calles olfateando jardines 
te quiero cuando el sol quema insoportable 
y nos resguardamos a la sombra de la música 
te quiero cuando despiertan las aves 
y sus diálogos nos van guiando a la vigilia.

Te quiero cuando llueve y la ciudad de la pradera 
se parece al ombligo de la luna 
te quiero cuando es invierno bajo cero 
y no hay valor para salir de las cobijas 
te quiero cuando el verano se traga al mundo 
y la ropa estorba y comemos hielo 
te quiero hasta en los días tolvanera 
que me hacen intolerante y me fastidian.

Y te quiero también de madrugada, 
de mediodía de domingo o entre semana 
te quiero a media luz, al sol, a obscuras 
te quiero en soledad y en compañía 
durmiendo, despertando, en movimiento, 
en contemplación, en equilibrio y en silencio,
 o en apoteosis de imagen y palabras.

Te quiero cuando me habitas los sueños, 
los sonidos, los sentidos y la piel. 
Te quiero demasiado o tal vez poco 
en proporción al diámetro del cosmos 
te quiero más allá de los miedos 
de las promesas, de necesitarte fiel. 
Te quiero desde el inicio del presente 
hasta donde se juntan el nunca con el siempre.