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domingo, 29 de julio de 2018

Poesía sobre el Retrete (4 poemas de Stven Ríos)





Consíguete otro perro que le ladre a tus huesos

Búscate un tipo de esos
que se levantan a eso de las 6 am
desayunan frutas y visten de saco y corbata
de esos que se afeitan cada 3 días
 y siempre huelen bien
De esos que pasan todo el día
encerrados en una oficina
haciendo cuentas bancarias
mientras toman agua mineral
De esos que no fuman
 y pasean los domingos en su Mercedes Benz
que van de shoping al Tesoro
 y sueñan con bailar el boogaloo en Wall Street
De esos los del vino fino, Bach
y las suscripciones al New York Times
De esos los de las casas grandes en el Poblado
 y fincas en Llano Grande con hermosos caballos
no andes más con tipos que escriban poesía
encerrados en una habitación
rentada en el orto del mundo
que se levantan a las 2 pm a rascarse las pelotas
y a ver si hay más cerveza en la nevera
De esos que toman tinto todo el día
y raras veces comen bien
De esos que se pasan la tarde
en una hamaca fumando cigarrillo
leyendo a Pessoa, a Caicedo, a Sabines
 y a la chupa pollas de Lorca
hasta que llegue la noche para empatar
 la borrachera de ayer con una nueva,
¡No andes con un tipo como yo!
nena y escucha mi consejo
perro viejo de mil peleas
tras los bastidores de la vida
engendro sarnoso de la soledad
que se mea en las lámparas de las calles
que llora por no saber
ladrarle poesía a la sublime luna
Antes de que mueras nena
 y este consejo te digo
tienes que conseguirte
un perro que le ladre a tus huesos
porque mi ladrido se lo han llevado otras putas
junto con mi dinero, mis buenos poemas
 y unos cuantos libros de colección
dejándome solo unos bolsillos enfermos
unos pantalones extendidos
junto a la mesa de noche
y este pésimo poema que esta noche te escribo…


Estas calles amor
nunca fueron para tus ojos ingenuos
 Nadie comprendió sus atardeceres
 tanto como yo
 Nadie comprendió mi locura
 tanto como los psiquiatras
 Nadie comprendió mi alcoholismo
 tanto como el barman
 y las putas del parque bolívar
 y las solitarias calles
de esta amarga ciudad
que más de una vez
 me quiso dar muerte.
 Estas calles amor                                    
 nunca fueron
 para tus ojos ingenuos
 y nunca lo serán
así que múdate a otro país
a otra ciudad
tal vez encuentres el amor
o un perro callejero
 y lo adoptes
 y lo mimes y lo ames
 y lo alimentes también
 como lo hacías conmigo.




Nosotros los que tanto odias
somos los que nos ocupamos
de limpiar la mierda de tu casa los domingos
mientras vos estas en la playa
con tú hermosa y envidiable familia,
ya puedo ver a tus hijos haciendo
 castillos de arena y a tu esposa un BBQ
el viento marino juega con sus rubios cabellos
y el sol viste de naranja el horizonte
en un cálido y amable atardecer
¡Ah! Ya puedo verte observando ese hermoso cuadro familiar
con un Amstel en la mano derecha
y con la izquierda rascándote tu sudorosa y roja barriga
simplemente estas más que fofo y orgulloso.
Nosotros los que tanto odias
somos los que lavamos tu carro último modelo
y alistamos tu jardín
(A veces hasta nos ocupamos de tu mujer)
Cuando vos estás en tu cárcel/oficina
de corbata/guillotina
cerrando el negocio del mes
pensando si es mejor ir a África
o a París por tercera vez.
Nosotros los que tanto odias
somos la vagina joven
del burdel al cual vas con tus colegas
para echar una “canita al aire”
somos la felación extramarital
y los condones gratis
somos el polvo de 50 dólares
más corto de tu obesa y rosada existencia.
Nosotros los que tanto odias
somos los que empacamos tus enceres en el súper
(La mitad de las cosas que hay en las bolsas de compra
vienen de los países naturales de nosotros, los que tanto odias)
Y fregamos tus grasosos Mac-pisos
en turnos rotativos de 12/h.
Nosotros los que tanto odias
somos la Security en la disco
a las que asisten tus retoños pre adolecentes Yonkis
con sus lindos y apretados vestiditos,
somos el jibaro en la entrada del retrete
el Latín Lover y la dosis casual de pene
¡La violación no forzosa, amigo!
Mientras tú estás viendo “The Oprah Show
 y pensando en lo inútil que es tu sirvienta dominicana…




Una tarde perfecta para un baldazo de mierda

“¿Qué estoy haciendo en este lugar,
solo y cargado de culpas?
Me pregunto.”

Raymond Carver
El levantarse un lunes
a eso de las 2 de la tarde
y disponerse a abrir
las cortinas de la habitación
con una resaca del putas
para saludar el día
con desgano
mientras tus ojos
se esconden del sol
que parece
apuñalarte la retina
Que duro es
saberse derrotado
que no tienes trabajo
que no escribes
una mierda
buena desde
hace un tiempo
(O que tal vez
nunca lo has hecho)
que estas tan
solo como siempre
y que la mujer
de la noche anterior
que ocupo
la mitad de tu cama
esa misma
que te decía “mi amor”
cuando le dabas
de tu whisky
y le acariciabas
la entrepierna
antes de cogerla
por detrás
va a ser la misma
que se lleve
lo que queda
de tus cigarros
de tu vida y tu dinero.






Steven Ríos

Nacido en el municipio de La Estrella – Antioquia 1990, fue miembro de la corporación cultural Sísifo y el colectivo cultural Morphoeidos, ganador del primer puesto del concurso nacional de poesía inédita Epifanio Mejía Quijano en el 2016. Ha participado y organizado varios recitales a nivel nacional. Algunos de sus escritos han sido publicados en varias antologías y revistas a nivel nacional: El vacío como llenura (2010) Revista el terraplén (2011) A poca tinta (2012) Antología concurso nacional de poesía inédita Epifanio Mejía Quijano (2016) Afloramientos (2018) fronteras2 (2018)



Ha publicado su primer poemario “Poesía sobre el retrete” – Fallidos Editores (2017).
Reside actualmente en Bello - Antioquia.