martes, 27 de agosto de 2024
"Meera" pinturas de Faeze Mohammed Hassan
lunes, 26 de agosto de 2024
Poesía y vocación de Lorenzo Scarponi
Es el viento el que mueve el agua.
que te deja en medio del lago
sin aliento
sus caricias
te hacen cerrar los ojos y
te despierta
con ráfagas como bofetadas
plantas dobladas
que oran
hombres
que ponen el cerrojo
mujeres
detrás de un cristal de ventana
almas sin ropas
desnudas
como dentro de un espejo
han perdido la luz
hasta que hay aliento
los pensamientos más bellos también
están escondidos en las sombras más oscuras.
Senza fié
L’è e' vént ch'e' móv l'aqva
ch'u t lasa te' mèz de' làegh
senza 'na bàeva
al su carèzi
li t fà ciéud j ócc e
ut svégia
sa fulàedi cmè s-ciafi
piàenti pighédi
ch’al pròiga
ómni
ch’i mèt e’ carnàz
dòni
spèsa un vóidri d na finéstra
amni svistóidi
néudi
cmè dròinta t un spèc
agl’à pérs la léusa
fìna ch’u j è e’ rispóir
àenca i pansìr piò bél
j è masìd t l’òmbra piò schéura.
Senza fiato
È il vento che muove l’acqua
che ti lascia in mezzo al lago
senza un alito
le sue carezze
ti fanno chiudere gli occhi e
ti sveglia
con folate come schiaffi
piante piegate
che pregano
uomini
che mettono il catenaccio
donne
dietro al vetro di una finestra
anime svestite
nude
come dentro uno specchio
hanno perso la luce
finché c’è il respiro
anche i pensieri più belli
sono nascosti nell’ombra più buia.
Luz de la sombra
Mantenerse alejado del viento
a la sombra de una pluma
volver atrás con los ojos
a una baba de caracol seco
hasta que se vea
y luego, la nada
en su soledad
en una luz sombría
con dos alas largas
puede elegir
ser hombre o mujer
el cielo que se llena
listo para explotar
gemidos en la garganta
como un dique que se desborda
saber
hasta donde podría llegar
el mundo se podría parar
romper un espejo
y detener el tiempo
en esas horas
que se han perdido
con el gemido del viento
que no me da paz.
Léusa d’òmbra
Stàe mu na bdòsa
ma l’òmbra d na pèna
andàe drì s j ócc
mu na bàeva sèca ‘d luméga
fina ch’la s vòid
e pu, e’ gnént
t la su solitudine
t na léusa d’òmbra
sa dò éli lònghi
la po' capàe
da ès mas-ci o fèmna
zil ch’u s’ampés
zéstmi ad gòula
cmè ‘na diga ch’la travàla
a savòil
us putréb farmàe e’ mònd
fàe cripàe un spèec
e farmàe e’ témp
at cagl’òuri
ch’agl’è ‘ndàe pérsi
ch’u n mu n dà pàesa.
Luce d’ombra
Stare al riparo dal vento
all’ombra di una piuma
andare dietro con gli occhi
a una bava secca di lumaca
fino a quando si vede
e poi, il niente
nella sua solitudine
in una luce d’ombra
con due ali lunghe
può scegliere
di essere maschio o femmina
il cielo che si riempie
pronto a scoppiare
gemiti di gola
come una diga che trabocca
a saperlo
dove si potrebbe spingere
si potrebbe fermare il mondo
far crepare uno specchio
e fermare il tempo
in quelle ore
che sono andate perse
con il lamento del vento
che non mi dà pace.
La poética de Lorenzo Scarponi constituye una marca estética de importancia dentro del territorio donde vive el poeta. Su poética, en mi opinión, nos conduce por una constante: el tiempo y la cosmovisión del hombre que no ha perdido los lazos con la tierra, sus raíces. El poeta continúa su creación con una profundidad creciente, plasmando sus singulares motivaciones casi filosóficas de la cultura y de las emociones del hombre como eje sagrado de la armonía cósmica. Su poesía es un sistema con una portentosa ecología que funciona en todos los idiomas, parece que en el acto creador sus poemas que poseen una gran racionalidad, que se sujeta a las leyes del mundo exterior, son capaces de unir lo objetivo y lo subjetivo, lo racional y lo emocional. Lorenzo Scarponi a través de su poesía es capaz de resolver todas las antinomias y las contradicciones.
“andare dietro con gli occhi
a una bava secca di lumaca
fino a quando si vede
e poi, il niente
nella sua solitudine”
Y continua
“in una luce d’ombra
con due ali lunghe
può scegliere
di essere maschio o femmina
il cielo che si riempie”
Estos versos me llevan a recordar que decía Goethe en Conversaciones con Anckerman que en el poeta están todos los sexos, las razas y las edades. La grandeza de algunos poetas radica en la inmensa multitud que se agolpa detrás de un pequeño yo.
viernes, 16 de agosto de 2024
"La voz de las estrellas" poemas de Francesco Favetta
jueves, 15 de agosto de 2024
"La casa vacía" poemas de Luisa Trimarchi
debajo de la mesa - silenciosa-
toc - toc – sombría - tic - tic -
negras - inundan - como agua
de barro - la casa vacía.
redonda como el mundo - demasiado
grande - pisoteada por el silencio -
que la rodea.
da sotto il tavolo - muta -
toc - toc - cupa - tic - tic -
lacrime scendono piane -
nere - allagano - come acqua
di fango - la casa vuota.
tondo come il mondo - troppo
grande - calpestata dal silenzio -
intorno.
muda está al lado-
intrépida
acompaña
la noche oscura
como la muerte.
recóndito - desgarrador - atroz -
ella lo sabe, sabe siempre adónde ir.
piedras a través de la línea sutil
del mal.
abigarrados - descompuestos y recompuestos.
con el propio mal la vida de los demás - permanece
intacta más allá del terror - más allá de las entrañas
desgarradas.
nunca realmente muerta que desintegra -
siempre - cada cosa
con gritos de miedo auténtico.
como una culebra por la pendiente?)
muta sta accanto -
intrepida accompagna
lungo la notte buia
come la morte.
recondita - dilaniante - atroce -
lei sa - sa sempre dove andare.
sassi attraverso la linea sottile
del male.
Da “ Storia della bambina infranta ( dialoghi- nudi) “ Puntoacapo, 2023
Traducción: Yuleisy Cruz Lezcano
*Luisa Trimarchi obtuvo la licenciatura con honores en Letras en la Universidad “La Sapienza” de Roma. Las lecciones y su tesis con la poeta Biancamaria Frabotta la animaron a escribir, pasión que ya había cultivado desde la adolescencia. Sigue cursos de especialización y másteres. En 2017 asistió a la “Bottega di Narración” de Giulio Mozzi. En abril de 2021 publicó la antología Versi della memoria.(Transeuropa), en marzo de 2022 Las habitaciones vacías (Controluna) y en octubre de 2023 Historia de Niña rota (diálogos - desnudos) (Puntoacapo). Ha obtenido importantes reconocimientos en exposiciones nacionales e internacionales.
En 2022 ganó el segundo premio absoluto en el concurso "L'arte in versi", de la Asociación Euterpe y tres de sus textos (tomado de colección inédita Historia de la niña rota) son seleccionados y publicados en Singolari/Molteplici (Ed. Puntoacapo), antología oficial del Premio "Bolonia in Lettere", editada por Enzo Campi y Enea Roversi. Las habitaciones vacías (Controluna) fue seleccionada entre los finalistas del VIII concurso internacional “Città de Latina". La misma antología recibió luego el reconocimiento de la crítica en el XVI premio. “Massa, ciudad de cuento” internacional y la mención especial del jurado del Premio Literario “La Ginestra” 2023, en Florencia. Su cuento Carta para una mujer quedó entre los seleccionados al XXXVI premio internacional Montano (2022), recibió el premio de la crítica en el premio San Domenichino (2023) y fue segundo clasificado del premio literario Agentario; Caravaggio (2023). Su última antología "Historia de la niña rota (diálogos - desnudos)" gana el primer premio en el Premio Nabokov - obras publicadas e inéditas (2023).
miércoles, 14 de agosto de 2024
"Fe de ratas" cuento de Juarjo Gómez
Fe, uno de los elementos principales
en la histórica bicicleta con la que Cochise Rodríguez ganó su primera Vuelta a
Colombia, Fe, es decir, hierro, el hierro presente en la aleación usada para
darle vida al caballo de acero definitivo, hierro del que carecen los
componentes de la mayoría de las bicicletas modernas, hechas de materiales más
livianos, pero menos duraderos y sin duda mucho menos icónicos. ¿Qué
representatividad en el relato humano va a tener un elemento como el aluminio,
un subproducto de la revolución industrial, comparado con el acero, fiel
amalgama que lleva acompañándonos cinco mil años mal contados? Sin embargo,
aquí estamos, acompañando a Bili Dekith Alzate mientras asciende hacia el
municipio de Caldas por la autopista Sur en una bicicleta de montaña de
aluminio, amarilla, marca Inyan; la
bicicleta cuenta con una pacha de siete cambios y un plato de tres, freno de
disco mecánico y un porta-caramañola vacío. El logo de la marca Inyan es una larga pluma roja impresa a
todo lo largo del tubo inferior del cuadro, el cual estaba ensuciado con barro
y grasa negra. Bili está en sus treintas, hoy su cuerpo no responde igual a las
mismas exigencias de hace quince años, su piel siena está colorada y juagada en
sudor, su cabello está empapado, la camiseta azul extra grande la tiene pegada
al torso y la pantaloneta blanca de licra se le remangó del todo hasta la
cadera debido a la constancia del pedaleo en terreno inclinado, exponiendo sus
piernas flacas al golpe del sol del mediodía.
—Hacele pues hijueputa —se dice Bili
a sí mismo y con cada pedaleo una gota salina de sudor cae de su barbilla, de
su frente, de la punta de la nariz, sobre alguno de sus muslos quemados. Se
relame el sudor contenido entre el arco de cupido y las comisuras de sus labios,
con lo seca que tiene la boca, se tomaría una botella de orines agradecido.
Asciende manteniendo la cabeza gacha, sus ojos ya no soportan la luz solar
dándole de lleno. Persiste en continuar subiendo pese al ardor en las rodillas
y al vértigo que siente cuando le sobrepasa un camión y, por causa de la
diferencia de presión, el vacío de las llantas gigantes trata de absorberlo.
Con cada pedaleo siente el conjunto de su humanidad hacerse más y más y más
pesado. Su avance depende de su concentración, por nada del mundo puede
perderla, pues ahora estamos cerca de un llano, cerca de un minuto escaso de
descanso en rodada libre y, justo cuando el ácido láctico reunido en sus
muñecas había alcanzado a llevarlo a un pico de dolor, se yergue sobre los
pedales para acelerar la marcha, él está muy cerca, muy motivado y, no
obstante, cae.
Es típico de Bili auto-sabotearse
cuando está a punto de alcanzar sus metas, caer de la bicicleta estando tan
cerca de un tramo de ruta sosegado no se diferencia en nada de arruinar una
relación de siete años en el mes anterior a su matrimonio metiéndose con una
mesera de bar; esa infidelidad tampoco se diferencia de la pelea que tuvo con
su tutor de tesis al costo de ser expulsado de la universidad sin lograr
graduarse; aquel fiasco académico es paralelo a las oportunidades laborales
desperdiciadas a través de su vida por el gusto de quedarse durmiendo hasta
tarde o ir enguayabado a entrevistas de trabajo. Su vida familiar no era una
excepción a este comportamiento autodestructivo, insistía en defraudar a su
madre y desatender el amor de su hermano menor, menospreciando su presencia y
pisoteando el sucinto tiempo que alcanzaban a compartir, logrando así ganarse
el rechazo unánime de su propia sangre. Por supuesto, esta tendencia al auto-sabotaje
tiene el propósito de sabotear una estructura mayor, la de sus lasos afectivos;
aislado, nadie lo sacaría de la espiral de auto-flagelo cuyo vórtice era un
odio hacia sí mismo indistinguible de su propia identidad.
Frío. La bicicleta sin hierro continúa
su avance pasando de largo el municipio de Caldas por la carretera, en su
recorrido Bili pasa junto a personas abrigadas con ponchos, un par de señores
fumando cigarrillo, una cantina vacía atiborrada de bombillos de colores y una
casa tapizada con vasijas de barro cocido a la venta. Son las seis de la tarde,
el cielo está iluminado con una luz tenue
que se oscurecerse paulatina, asoman la luna y las estrellas. El calor
acumulado durante la tarde soleada entre el pecho y la espalda de Bili se
pierde en el caliente cuenta gotas de su jadeo. Ahora pedalea con la cabeza
erguida, emulando la postura que le enseñara su padre el día que aprendió a
montar bicicleta; Bili observa la abundante arbolada que arropa la autopista,
ignora el nombre de los cedros, de los pinos, de los cipreses y de los palos
frutales que lo envuelven mientras rueda, para él, todo lo que ve es una maleza
verde altísima sin más forma que la del caos, parecido a perderse en el centro
de su ciudad, lleno de edificios sin nombre ni número.
—Y yo por acá en la puta mierda —se
dice a sí mismo luego de frenar en seco al caer en la cuenta del hambre que
tenía. En torno suyo una soledad aplastante. Tira la bicicleta al piso y se
recuesta contra un guardarriel amarillo. Está detenido en el borde de un cañón
tupido de flora, al frente se observaba un valle arrugado y oscuro, como el
desprecio que toda la vida ha sentido por sí mismo, al mirar hacia abajo, aquel
abismo parecía llamarlo. Con el hambre y el cansancio que sentía, le parecía
imposible tomar el camino de regreso a Medellín—. Está muy tarde. —Demasiado
tarde para enderezar el rumbo de su vida, aquel precipicio era una opción más
razonable que cualesquiera otra en ese momento o en cualquier otro, en su
espalda no sentiría las manos grandes y tibias de su padre empujándolo de
vuelta a casa y allí no lo recibiría su viejo con una sonrisa de orgullo ni con
un abrazo de felicitación.
Un estruendo repentino lo trae de vuelta al presente. Una
moto de alto cilindraje negra y un sedán gris se acaban de chocar sobre una
curva cerrada. El motociclista había salido volando a cuatro metros del
accidente y la moto quedó incrustada en la cabina del conductor. Bili, caminó
hacía el motociclista, lo levantó y lo llevó a la orilla de la carretera,
procurando ganar algo de luz, le quita el casco y ve su rostro agonizante, los
ojos claros afuera de las cuencas emanando sangre junto con un líquido extraño
como lágrimas de moribundo. Tal vez podría salvarlo, tal vez este motociclista
tuviera la fuerza de moverlo a recomponer su vida, al menos, la fuerza de
motivarlo a regresar pese al maltrato físico de la jornada, al fin y al cabo,
esta persona herida de muerte conservaba las mismas ganas de vivir ahora que
cuando salió de su casa, Bili no era nadie para privarlo de su deseo, su
presencia allí lo ataba al hado del motociclista, como si este hubiera estado
destinado a encontrárselo en aquellas precisas circunstancias para salvarle la
vida a Bili. En la sangre revuelta con los sesos que se le escapan al
motociclista por los oídos y la nariz, Bili intuye el cauce de su vida, a la
vez que se pone a sí mismo en los zapatos de su padre.
—Mierda. Bueno, vámonos. —Y con el
motociclista abrazado, Bili saltó al vacío, pero sin la bicicleta.
*Juarjo Gómez. 1990, Medellín, Colombia. Bibliotecario y diseñador gráfico, asistente al taller del novelista antioqueño Juan Diego Mejía. En el concurso de cuento Juan Carlos Onetti 2022 obtuve una mención de honor con el cuento, ahora publicado en la revista digital El Coloquio de los Perros, Memes en Alta Resolución. También aparezco en la antología del VII concurso de jaicús Entre Sílabas Anda el Juego, 2024, España. Además he colaborado con reseñas literarias en la revista cultural Papel.