viernes, 30 de junio de 2023
"Las marcas del día" poemas de Raquel Lopes
jueves, 29 de junio de 2023
"Caricias de viento" pinturas de Berta Quiroz Martínez
miércoles, 28 de junio de 2023
"Desayuno póstumo" cuento de Raúl Trujillo Ospina
Desde
siempre, los huevos revueltos han sido mi manjar predilecto. De hecho, es lo
que mejor me queda en la cocina y si no fuera porque los condenados están tan
caros, serían mi único alimento. Todavía recuerdo cuando mi mamá los preparaba
con tocino freído, toda la casa quedaba impregnada con el suculento aroma que
llegaba hasta mi almohada; Así, se ahorraba la molestia de tener que
interrumpir mi pesado sueño para ir al colegio.
Hoy
tomé una decisión radical, preparar los mejores huevos revueltos de mi vida.
Después de reflexionar toda la noche con la humedad en las pupilas, creo que es
el epilogo perfecto para una existencia fútil. A los demás podrá parecerles una
banalidad, sin embargo, para mí tiene un valor entrañable. El pequeño Diantre con una singular severidad en su
mirada, me lo ha insinuado.
Desde
acá arriba me siento fuera del mundo, la perspectiva cambia el concepto de las
cosas. La selva de cemento adquiere una fisonomía orgánica: las personas
parecen hormigas, los vehículos son como hojas a la deriva y los edificios
enormes pinos grises que ahogan el ruido citadino cubriéndolo con un manto de
vacío desplegado por toda la geografía urbana, hasta llegar a mí en forma de
ecos apenas audibles.
Mientras
maquinaba este instante, me preguntaba cuál sería la manera más decente de
abandonarlo todo. Después de expirar ya nada importa, sin embargo, siento un
tonto escrúpulo por la impresión que en los otros pueda causar la última imagen
que dejamos. Entonces me planteo el dilema entre lo vulgar y lo misterioso.
Crónicas de gente que se arroja a las vías del metro, es norma en las notas
amarillistas. Me repugna el patético espectáculo que ofrece una anatomía
desparpajada, cual si fuese sapo disecado, expuesta a la vista de cualquiera en
medio del tráfico.
Las
motivaciones de estos eventos suelen ser predecibles desde antes que surjan
entre el chismorreo de las esquinas; desengaños amorosos, dificultades
económicas o asuntos de bullying. Es
decir, falta de resolución para cumplir las expectativas que la vida promete.
En cambio, optar por una mortal intimidad implica una ruptura con la vida por
lo que encarna ella misma, una expectativa no cumplida. Hemingway, Caicedo y
muchos celebres anónimos, escogieron la táctica de la “puerta cerrada” para
atribuir un toque de antiheroísmo a su abrupta partida.
Me estoy yendo
he encontrado un atajo al
silencio
con pie desnudo doy ya los
primeros pasos
tiemblo, tengo miedo, nada sé
del silencio
como un niño hacia los brazos
de la madre.
Te digo adiós con lo que aún
queda de mí
así, se caen a pedazos los
árboles
te veo desde el recuerdo y
mi voz es la voz del que se ha
ido.
Tonada de despedida, fue
el último poema que el enigmático compañero bibliotecólogo concedió a la
posteridad. Con este fragmento, talló sobre papel la esencia que nos
constituye; Naturaleza y Silencio, siempre nos están llamando.
Lo
conocí por su nombre de pila, pero tan solo después del deceso, me enteré que
ostentaba un apelativo que le hacía honor al terruño del cual —estoy seguro—
hubiese deseado no desprenderse, El Poeta
de Nechí. Pero tenía otro más descriptivo aún, El Montaraz; con el que se congraciaba no solo por aludir a su
publicación insignia, también esbozaba con calculada premonición el destino que
estaba gestando.
En
la facultad siempre lo veía apurado, porque siempre estaba haciendo algo.
Modestia aparte, considero que tengo buen
ojo para detectar los rasgos diferenciales de las personas, y él, no era
alguien corriente. Intuía que poseía incorporada a su ser una fuerza que lo
sobrepasaba, algo que le restaba unidimensionalidad obligándole a cargar, tal
como la idealización de Jano, una cara radiante hacia el mundo y otra sombría
para su soledad.
Iniciando
un minucioso proceso de rastreo, me propuse no solo descifrarlo, sino también
atraer su confianza. En cualquier espacio de la universidad, bien sea en un
improvisado puesto de empanadas o en “su pasillo sagrado” donde se explayaba
con repertorios de títulos para la clientela estudiantil, siempre había un
pretexto para conversar. Sartre, Voltaire, Spinoza y hasta Marx, desplegados
ordenadamente sobre el piso, fueron mudos testigos de mi personificación de confidente ocasional de un amor secreto
hacia cierta chica de la clase.
Todo
se truncó, cuando una mañana del Día del
Trabajo, decidió regresar a la Tierra
a través de aquellos arboles altos con los que sentía un vínculo filial. Los
arboles fueron el pasadizo al otro lado,
tan sigilosos como su ingreso al Parque Temático escogido para ejecutar el
acto. Al día siguiente, los medios alternativos notificaron los reportes
policiales del hallazgo de un hombre que pendía de una rama. Efectivamente, la
fotografía de un cuerpo del pecho para abajo en ropa informal que parecía
flotar entre el follaje, ratificaba la eficiencia del plan. No presté atención
al desdichado anónimo, tan solo cuando una amiga posteó en su muro de Facebook
la “primicia”, entendí la misión cumplida por el joven idealista que, en varias
ocasiones, había estrechado mi mano.
Ahora
estoy acá, a no sé cuántos metros entre el asfalto y mi nariz, posado vacilante
sobre la baranda del balcón escrutando una y otra vez, la página arrancada con
aquel inspirador párrafo subrayado. Reitero que repudio la vulgaridad, pero, al
fin y al cabo, así como a él, nadie me preguntó si deseaba nacer. Vivir es tan
contingencial como perecer.
Emularé
la osadía de las aves al desplegar sus alas cuando se sienten listas para alzar
su primer vuelo, con la diferencia de que el peso de la gravedad rasgará mi
vientre en medio del vértigo criminal de la caída libre. Pero esto queda
postergado, aunque Diantre se
disguste, pues el copioso humo que sale de la cocina me recuerda que el
desayuno se echó a perder. Podrán juzgarme que fui un suicida loco, pero jamás
que nunca aprendí a preparar huevos revueltos.
*Raúl Trujillo Ospina, Colombia. Ilustrador por formación en artes plásticas, le ha inquietado la escritura desde hace algún tiempo por necesidad de transmitir sentimientos, bien sea para aquellos que gusten leer sus creaciones o para sí mismo. Ha hecho parte de varios talleres de escritura en la ciudad de Medellín, de los cuales han salido publicaciones en las que ha participado. Ha colaborado también como ilustrador en periódicos y revistas de la facultad de comunicaciones de la Universidad de Antioquia y de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la misma universidad.
miércoles, 21 de junio de 2023
"Desplazamiento urbano" pinturas de Piedad Mejía Zapata
*Piedad Mejía Zapata es una artista inquieta y reflexiva que aborda una amplia variedad de temas como una estrategia de constante renovación. Entre los temas que explora se encuentran sus recuerdos de infancia, la naturaleza, el paisaje, la transformación urbana y el conflicto armado interno colombiano, todo ello tratado desde una perspectiva que oscila entre lo figurativo y lo abstracto. Piedad expresa un especial interés por todo lo que está vivo y en constante cambio, movimiento y transformación. La inspiración de Piedad proviene de la observación de su entorno cotidiano, la lectura, las noticias, la historia, sus recorridos e incluso las conversaciones personales. Cuando un tema la cautiva, Piedad se sumerge en la indagación, la investigación y el estudio en profundidad, buscando referentes artísticos que nutran y enriquezcan su propia visión. Utiliza la fotografía a través de bancos de imágenes como un apoyo esencial y la escritura como medio para recopilar datos y construir la base de sus investigaciones. La pintura, la instalación y la escultura son las técnicas artísticas que Piedad aborda con mayor frecuencia, ajustando su enfoque según el tema que esté explorando. Se identifica con el arte abstracto debido a su gusto por sacar lo que lleva en su interior hacia el exterior, dibujar y desdibujar desde su ser interior, y crear su propia paleta de colores al pintar. Cuando se dedica a la escultura, le encanta dar forma a lo que carece de forma alguna, tal como se hace en el arte conceptual. Le interesa descontextualizar objetos o formas y otorgarles una nueva conceptualización. Además, le atraen los grandes contrastes, ya que considera que la vida misma está repleta de ellos. Las creaciones de Piedad pueden exhibir un estilo "naíf", caracterizado por la ingenuidad y la sutileza con las que aborda su obra, buscando transmitir una inmensa ternura en cada una de ellas.
Formación:
-Escuela de arte Eladio Vélez, diez semestres de dibujo artístico y pintura, taller libre de artes plásticas y retrato, 1998 a 2001.
-Técnica profesional en producción de objetos para las practicas visuales, -Escuela superior tecnológica de Artes Débora Arango, 2009.
-Tecnóloga en gestión y producción creativa para las practicas visuales, -Escuela superior tecnológica de Artes Débora Arango, 2010.
-Diplomatura en investigación “Formador de formadores”, Escuela superior tecnológica de Artes Débora Arango y UNAULA, 2012-2013.
Menciones y distinciones: Mención de honor por la obra "Caño Cristales" Salón municipal de Artes Visuales, Casa de la Cultura Barquereña, Sabaneta 2006
Exposiciones colectivas:
-Primera muestra pictórica estudiantes de la Escuela de Arte Eladio Vélez. Itagüí. Biblioteca de Comfama Itagüí, curador: Gabriel Restrepo. Octubre de 1997.
-Muestra anual de Artistas Itagüíseños "Eladio Vélez" Auditorio Biblioteca Diego Echevarría Misas, curador: Gabriel Restrepo, 1997.
-Salón Municipal de Artes Visuales, Casa de la cultura “La Barquereña de Sabaneta", curador: José Fernando Flórez Álvarez, 2005.
-Obra abierta, diez años de la Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango en su cumpleaños. Sala Alterna Marie Poussepin, curadora: Beatriz Eugenia Rendón Giraldo, 2005.
-Salón Municipal de Artes Visuales, Casa de la cultura "La Barquereña". -Sabaneta, curador: Mauricio Alberto Rivera Tabares. Agosto de 2006.
-Exposición Colectiva Débora 100 años. Escuela Tecnológica de Artes Débora Arango. Sala Alterna Marie Poussepin, curadora: Beatriz Eugenia Rendón Giraldo, 2007.
-Salón Municipal de Artes Visuales. Casa de la Cultura " La Barquereña" Sabaneta, curadora: Pamela Isabel Munera López, 2007. Exposición PPI. Técnica Profesional En Producción de Objetos para las prácticas Visuales. Escuela Superior Tecnológica de Artes Plásticas Débora Arango, curadora: Beatriz Eugenia Rendón Giraldo, 2009.
-Salón Municipal de Artistas, homenaje al Maestro Julio Londoño. Casa de la Cultura La Barquereña de Sabaneta, curadora: Norma Faisuli Dorado, octubre del 2009.
-Encuentros, Red de Mujeres Artistas de Sabaneta, Biblioteca Pública Municipal de Sabaneta, curaduría: Diana García Galería IDEA. Gobernación de Antioquia. Marzo de 2022.
-Alcaldía de Envigado Juntos Sumamos por Envigado. Exposición del Colectivo de Mujeres Artistas de Envigado " Talento de Mujeres Envigadeñas", como parte del proyecto Itinerancia del Arte. Hall del Palacio Municipal, septiembre de 2021.
-Exposición del Colectivo de Mujeres Artistas de Envigado "Yo fui pintando lo que fui viendo", en el marco de la conmemoración del natalicio de la Maestra Débora Arango. Museo Casa Blanca, noviembre de 2021.
-Exposición colectiva " Mujeres Artistas de Envigado". Modalidad Virtual a través de la Plataforma Prezi, curaduría: Diana Gómez. Ruth Verónica Muriel López, diciembre de 2021.
"Tiempo pasado" poemas de Ana Gabriela Banquez Maturana
*Ana Gabriela Banquez Maturana es administradora industrial de la universidad de Cartagena, con experiencia en el control estadístico de la calidad, participe en varios encuentros literarios a nivel nacional e internacional (Rumanía, México, Perú, Colombia, etc.), autora de artículos científicos con múltiples indexaciones (DOAJ, Dialnet, Google academic, Stanford libraries,..), y obra literaria (Amazon, booktopia y demás).
martes, 20 de junio de 2023
"El cuarto azul" pinturas de Luis Fernando Santa Molina
lunes, 19 de junio de 2023
"Los 48 del carpintero" relato de Margarita Bokusu Mina
I
En poco más de un par de semanas me van a enviar el tema a tratar en este texto y tendré un par de días para presentarlo en un concurso
Ya lo he dicho en mi blog: quiero retirarme, después de una década, de este mundo de la literatura para dedicarme a leer más. Quiero decir que, en estos diez años, he publicado trece novelas, he vendido muy poco; he publicado artículos y relatos en catorce medios digitales donde puedo hacerlo siempre que quiera y sobre lo que desee; me han hecho algunas entrevistas, tanto por escrito como en la radio, en tres televisiones y en algunos directos de Instagram, pero como no he conseguido mucho, ya digo, vivir de mis textos, de mis libros, quiero parar de estar en las redes sociales, de intentar dar a conocer mis libros a través de ellas, aunque el tema de los concursos sea una tentación porque me los tomo como un ejercicio, como un seguir practicando la escritura por si cae la breva y, si no, dichos textos me sirven para publicarlos en los medios anteriormente mencionados. También he conseguido que un periódico de tirada nacional recomiende mis novelas y que una editorial publique uno de mis microrrelatos en una antología.
Una vez me presenté a un concurso y gané un premio de
productos relacionados con el aceite, pero en realidad no fue por mi escrito
sino porque daban un número al participar y me tocó.
Estoy escribiendo esto en Semana Santa, relajada no solamente por ser vacaciones sino porque las paso en casa de mis padres y no tengo que preocuparme ni por cocinar ni por nada, pero dentro de dos semanas ya estaré cansada de nuevo por el trabajo y, por lo menos, parte de este texto lo quiero tener pulido.
Estos días he escrito un microrrelato sobre la luna, pero hasta octubre no me enteraré si ha sido premiado o seleccionado para otra antología, y otro de temática libre que he titulado "Quiero ganar". El resultado de este último es más pronto.
No ha habido mucho tiempo de playa así que me he quedado en
mi dormitorio con mis perritos.
Hoy ha venido mi hermana a almorzar y me ha traído hojas de laurel de su campo y le he dado ropa que no me queda bien y un pequeño aguinaldo por su cumpleaños, siempre que nos vemos le regalo algo. Lo hacemos cada dos o tres meses. Mañana regreso a La Línea después de comer pescaíto frito con mis padres en un restaurante de por aquí cerca.
No se me puede olvidar decir que hace un mes estuve por aquí, algo excepcional porque en Cádiz no tenemos Semana Blanca como en Málaga, al menos anualmente. La Semana Blanca se celebra en los centros educativos malacitanos para conmemorar el Día de Andalucía.
Total, que vine cuatro días y fui, como llevo haciendo más de un lustro, a dar de comer a unos gatitos que viven en la calle: la madre tuvo una camada y sobrevivieron unos pocos y ahora quedan dos. Uno es como un osito panda y el otro gris, grandes, preciosos. Hace un mes, al que llamo "Osito Panda" no estaba y estos días tampoco. Quise pensar en positivo diciéndome que era mejor creer que lo había adoptado alguien y hoy, cuando fui a llevarle comida al gris, lo vi alejarse, le llamé con una especie de besitos al aire, se me acercó y me alegré mucho de que siga vivo. En este barrio, durante años, hubo una gata que se refugiaba en un merendero (me gusta utilizar la palabra antigua para los que hoy son llamados "chiringuitos") y cuando creía que llegaban sus últimos días porque la vi perdiendo pelo se produjo el milagro: una familia de unos chalecitos adosados de por aquí cerca la adoptó, la cuidó, le salió su pelito y estaba muy rejuvenecida, lo que pasa es que ya no la he vuelto a ver y no sé si seguirá con esa familia o es una que apareció en unos carteles de este barrio a la que se le daba por perdida porque se asustó con unos petardos que hubo en la noche de San Juan. Le llamaba "Mamita" y también tengo una historia con ella porque parió y a uno de sus cachorros lo mató un perro y le sobrevivieron dos gatos negros hermosísimos…
II
No paré ahí hace dos semanas, me dio tiempo a escribir la historia de esos dos gatitos pero se borró y añadí una palabra, un nombre, el de mi tía Amapola. Estaba en el hospital y no la iba a ver por tener Covid, pensábamos que no se podía visitar. Hablé con ella el día siguiente de llegar a La Línea, el sábado, me dijo que no se encontraba muy bien y el domingo por la tarde me llamó mi padre para decirme que había fallecido.
III
Ahora sé que los del concurso dirán mañana el tema a tratar y una frase, a elegir entre dos, que hay que incluir.
Ayer desbloqueé un momento a mi hermana para llamarla y decir que sentía lo de su perra Cococha, tenía diez años y no sé cuántos llevaba sin poder moverse, le llegó su hora.
En menos de un día tengo que enviar este texto y ayer me enteré de que no hay un tema sobre el que escribir pero sí una frase a utilizar entre dos, la que elijo es la que dice: "48 clavos necesitó el carpintero". La relaciono con el ataúd de mi tía. En este sentido puedo contar un par de cosas bizarras que me han sucedido: una ha sido que recibí un mensaje de una desconocida, una tal Carmen, un día después de que Amapola falleciera, saludándome y diciendo que había hablado con ella, usó nuestros nombres, y que ya podíamos fijar fecha. Contesté contrariada, preguntando quién era y diciendo que no sabía de qué me estaba hablando. Mi respuesta la ha recibido quien sea pero no la ha leído. Al comentarselo a mi madre sospechó de unos primos, una broma pesada dijo, pero creo que se trata de un error, tampoco vamos a pensar en nada paranormal. La otra cosa extraña fue un encargo de una hermana de Amapola, me pidió que diseñara la lápida y me quedé muerta, no sabía qué decir, se me vino a la cabeza los versos de una canción que la nombraban, pero creo que van a poner lo que piensan mis primas: "un espíritu libre" aunque no veo que fuese tan libre, como ninguna persona que tenga que trabajar toda su vida ganando poco. Eso sí, no se casó, tuvo algunos novios y antes de los cincuenta dejó de tenerlos no sé si debido a un accidente en coche, por el Paseo de los Curas, junto al puerto de la capital de la Costa del Sol, con uno de ellos, un novio, donde se dejó los dientes en el salpicadero. No consiguió tener casa propia, vivió en la que nació, fumó hasta poco antes de ingresar en el hospital y hasta hace unos años nos visitaba por Navidad.
IV
Otra cosa que quiero plasmar aquí es una conversación que tuve con alguien con el que me relaciono por whatsapp desde noviembre. Usted, lector, lectora, usted oyente, ustedes oyentes, puede, pueden pensar que me lo invento, que nada de esto es real, que escribo por escribir, que con razón no vendo. Piense, piensen lo que quieran, pero que lleguen hasta el final es todo un logro…
Él escribe, tiene cinco años menos que yo, quiere venir a verme desde su Cataluña natal, pero como está entrampado no sé si podrá hacerlo en agosto o habrá que esperar más de un año. El caso es que cuando quería hacer una videoconferencia conmigo, hace unos días, me llamó un ex que vive desde hace dos décadas en París, un granadino, y es una persona que también tiene tratamiento psiquiátrico, como el catalán. La cuestión es que le fui comentando al charnego lo que mi ex me contaba por teléfono, para que viera el plan, menos mal que el teléfono lo tiene contratado de tal manera que a la hora se desconecta.
Que si Catherine le había mandado a los bomberos; que si su padre fue el fundador de los GAL; que si Catherine le pone películas "snuff"; que si su hermano está metido en los linchamientos a africanos de Almería; que llora por las calles; que Catherine vomita el esperma del tipo al que está obligada a adorar; que en todo el día había comido un café y un bollo; que a su abuela la mataron sus propias hijas, que la golpeaban; que su padre violó a un niño en el mirador de San Miguel y lo mató de una pedrada en la cabeza; que si el supremacismo blanco, que si la caza de brujas, que si el juramento hipocrático, que si los caníbales de Estados Unidos; que si su amigo Claude, un multimillonario, compartía putas con un actor famoso y luego las hacían desaparecer; que Claude quería mandar a su hijo a un internado suizo; que si veía porno y se masturbaba era para aguantar el tirón; que si los jueces franceses también están metidos en lo del caníbalismo con niños y que él ha sido testigo de eso; que si la embriaguez de Calígula y la sed de sangre de los vampiros borrachos de ella, que si el régimen de Vichy era así también y no se juzgó a nadie, como en España; que lo que le hace Catherine es lo que se hace en Guantánamo; que si sus padres son sibaritas; que había ido al barrio de Saint Michel y había hecho algo que no hace nadie: señalar a los burgueses; que ha sido testigo del terror: que estaba sentado en el suelo tomando el sol de la mañana y entró la policía en el barrio a intimidar, que entonces se levantó y se tiró al cuello de uno que estaba dentro del coche y salieron pitando, asustados se fueron, que así lleva cinco años; que tres matones iban a darle una paliza y le pidió a una chica que llamara a la policía y, como entre los que llegaron había una africana, le ayudaron; que Charlotte Lacoste es una crítica que escribe sobre la perversión de la élite, profesora de literatura; que detrás del genocidio de Ruanda estaban los políticos franceses y que esto lo sabe desde el año noventa y cuatro cuando estudiaba en la universidad, pertenecía a la CGT y a los jóvenes maoístas, etc.
V
Un nuevo amor saca al viejo. Como un clavo a otro. Ya lo
dijeron Aristóteles y Cicerón.
Este verano publicaré la que puede ser mi última novela
epistolar por un tiempo: "El callejón de los suspiros. Aventuras y
desventuras de Falote Nauseabundo" basada en las historietas de mi ex
"francés". También intentaré probar suerte con otra editorial.
Los clavos de olor, girofles, fueron moneda de cambio y, junto a la nuez moscada, su valor equivalía al oro.
*Margarita Bokusu Mina es su seudónimo. Nació en 1969 en Málaga. Comenzó a escribir desde los 13 años, inició sus estudios de psicología a los 18. A los 20 años se marchó a Londres donde pasó algo más de dos años siendo acomodadora en un teatro. Se licenció en Filología Inglesa en 2003. En 2008 comenzó a escribir su primera novela, publicada con la Editorial Bubok a partir del 2013. También se dedicó a estudiar oposiciones que aprobó en 2014. Lleva más de un lustro como docente. En 2022 publicó su decimotercera novela.