II
“No tuve tiempo para odiar/ seguro la muerte me lo hubiera impedido.”
Emily Dickinson
A veces, cuando llega la noche
con su canto a visitar los recuerdos,
tejo árboles con las lágrimas de mi sombra
para que descansen las aves
y emigren a otra memoria.
Al llegar la aurora,
se alimentan del tiempo que crece
en la rama donde el viento arrulla la muerte.
Bajo sus ojos vigilantes mudo de piel
mis huesos florecen
en el bosque,
las horas se desangran
en el caer infinito de los pétalos.
X
Caminas
llevando el sol bajo tu brazo;
su envejecida luz contempla la quietud de mi piel
que espera paciente la llegada del ocaso.
Ahora, entre mi pecho y tu espalda,
una oruga anida
en el bosque del otoño eterno.
Allí, somos dos cuerpos
que se convierten en luciérnagas,
hacemos un pacto
y en él nos escondemos
de la muerte.
XV
Si ella hubiese sido
el anhelado traje de la rosa
tejido con los dedos de un dios
que nunca descansa,
traería en su rostro el ocaso
y las estrellas del firmamento.
Seguramente llevaría los destellos de tu piel
e impediría que se marchitara en el bosque.
Imagino el temblor de su tallo,
la locura de sus hojas
al descubrirse desnuda frente al espejo.
La rosa se viste con su traje más sencillo
para seguir engañando la mariposa
que se alimenta del polen de la ausencia.
XXII
Desnuda
bajo la sombra de la ceiba,
tu espalda se llena del polvo de los astros.
En ti construyen
la ruta para conocer el universo,
te recorren con su eterno caminar
llevando en su lomo
la inútil sombra de los amantes.
En el centro de tu palma
la muerte sostiene una rosa
jugando con sus pétalos, decide tu suerte.
Ahora,
veo renacer tu cuerpo
alimentado con la fragancia
de los amantes ungidos
para soportar el abrazo del tiempo.
*Pedro Giraldo Sánchez (Colombia, 30 años). Normalista Superior de la Escuela Normal Superior de Villahermosa (2014). Licenciado en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima (2020). Integrante del Grupo de Investigación en Literatura del Tolima adscrito a la Universidad del Tolima y docente de tiempo completo de la I.E.T. General José Joaquín García Sede La Cristalina de Casabianca. Ganador del Concurso de Poesía Ibagué Literaria (2022) y mención en el IV Premio Nacional Plenilunio de Poesía Leopoldo de Quevedo y Monroy (2023), es autor de los libros La melodía de la espera (2022) y La vigilia del viento (2024) publicados en Ediciones Exilio, coautor del libro La escuela total(2015) de la Editorial Universidad de Ibagué y Tres temas de la novela colombiana contemporánea (2023) Editorial Universidad del Tolima. Poemas suyos han sido traducidos al italiano y al rumano.
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