miércoles, 29 de mayo de 2024
"De brotes y pegotes" obras de Mario Ángel Quintero
martes, 28 de mayo de 2024
"Réquiem a cuatro estaciones" poemas de Clara Herminia Serna Montoya
Tempestad
En mis manos aprendí
La forma de navegar en tus pupilas
El infinito oscuro rompió un grito en mi garganta
Se desvanece la locura de la noche
Y al llegar el alba hasta el cuarto
Los rayos hirieron las cortinas
La tempestad estaba adentro.
Pared de cristal
En el fondo del atardecer diverso
Como un ave migratoria
Al olvido de los trenes de mi tierra
El sangrante paisaje empezó a perpetuarse
Un manto de bruma borró el horizonte
Extraños jirones de niebla
Velaron como cortinas
Las paredes de cristal.
— VERANO —
Luna prendida de mi mano
Contemplé las aves como frutos del árbol
Día de lluvia gris día de frío gris
Cómo amanecieron no importa
En el árbol siempre hay nidos de vida
Algo nuevo nace y muere
De mi mano se prendió la luna
En el asombro y la mudez
Deletreé la escritura de las hojas secas
Gemían por el verano
Gemían.
Quién está ahí
No se cansa el sol de quemar,
De tostar lagartijas y secar jarrones.
Terco de vida, terco.
Da luz a los juegos infantiles
Niños que descalzos se mecen a tu ritmo de terquedad.
Llenas de oro trigales y pastizales.
Terco de vida, terco.
¿Quién está ahí?
No dejas de arder ni con jirones de viento,
Con voces y estallidos
Esperas a que mueran los robles
Y se hundan en la hojarasca.
Sol húmedo
Respiro agitada tras un muro sin preguntar si es un animal sediento o extraño, en el mismo lugar habito, respiro el mismo aire húmedo, luz que desaparece en el silencio. La luna cae sobre una madriguera, cuerpos perseguidos por el sol a veces advertidos por un cuenco de agua que beben hasta el fondo, hasta el hastío de una oscura forma.
Todo palidece con el peso invencible del amor, un destino que tampoco encuentro, es como el deseo de un trapecista que sucumbe en el mar, ondea en aquellos rincones por los que huyen los ratones, hay salida pero tengo que cavar hasta encontrar la cerradura, hasta volver al principio. No recordar nada hasta ser una piedra, un fragmento que ya no importa.
— OTOÑO —
Indefensión
Ahogada en compasión,
Entre sombras del ayer,
Revuelco mi pasado ya revuelto
Y la tristeza, como pájaro enjaulado,
Anhela volar,
Pero algo extraño ata mi alma.
Lágrimas de niña indefensa
Me ahogan en compasión de mí misma.
Me queman las cenizas del fuego de ayer.
Abro mi ventana al nuevo amanecer
Y llega el hoy como copia fiel del ayer.
Pálidos rosales
En el silencio del aire gris, venía el sonido del amanecer.
Cubiertas de fragancias de la luz matinal, las llamas pálidas
Arden en el cielo como un mundo de luz vaga.
Brillo y temblor manan como ríos de luz.
Sucesión indefinida. Una roja plenitud vistió
El desvanecido rosal pálido.
Ondas de luz inundan el cielo, oleadas de tornasol,
Casi oscuras, hacen caer la tarde.
El aire se hunde en el borde de la luna
Rasgando la aridez de horizonte
Como un tul de plata a medio entrar en la arena.
La marea trepa tierra adentro y lejos,
Figuras humanas danzan en los charcos.
Un silbido desgarrado se escucha en el indeciso lugar,
Los alaridos de una niña rompen la pared vegetal.
Se oyen ecos entre los árboles goteantes,
Se eleva el aroma selvático, se oye la humedad.
— INVIERNO —
El sueño de los dioses
Despierta la imagen de un paisaje ocre
Y en él descansa un blanco resplandor,
El nuevo día orquesta el agua que brota.
Fuente en la fachada de ladrillos,
Se ilumina el rascacielos de cristal
Y en el airoso techo de un palacio árabe
Mana el oro en ventanales y columnas.
Todo se rompe en fragmentos
Hasta flotar en un paisaje de marismas.
La luz se hace.
Piel de invierno
Rayo vespertino en el horizonte
Un rumor de hojas secas
Atrae a los seres de la noche
Impávidos observan la lluvia de estrellas
En el añil del ocaso
Surge un llanto de terciopelo
Me asomo a la ventana a descifrar la luz del agua
El puntilleo del paisaje se filtra en la selva
Prolonga la sed de los umbrales
En el espejo del agua aparece tu silueta
Y acudo a tu piel desnuda
Pero todo es espejismo
El invierno borró tu imagen.
Hábitat
Balbuceo notas como pájaro posado en la ventana sin
saber si era parte de mí.
No era yo ni nadie.
Exclamé interrogantes sin tener respuesta,
lloré y con la manga de mi blusa sequé las lágrimas.
En un insomnio me escabullí y caí fugazmente
en garras de algo que azotaba los estambres de mi vida.
Ayer todo fue vacío, estuve arrodillada, idealizada y
entonces, no escribí más.
Dormí en mis pestañas fatigada en la cornisa de mis ojos
y allí justamente estaban mis poemas.
Pero qué diablos hago aquí si no estoy;
el amor lo sabrá.
Viajé en vías lácteas hasta calcinar mi cuerpo en un encanto
que no era de aquí, tampoco de allá.
Resido en mi mente perforando la cavidad de mi cerebro
hasta ahuyentar los fantasmas, siempre infelices como hilos movedizos
y elevando esa lápida que ya me habita.
*Textos pertenecientes a Versarte Itagüí: entre letras y pinceles, un proyecto articulado entre la Corporación Somos: Arte y Cultura para Antioquia y la revista Innombrable*
*Clara Herminia Serna Montoya, nació en Santuario, Antioquia en 1949; sin embargo, con los años, Itagüí se convirtió en su hogar. Alguna vez le dijo su maestro de letras, Rafael Aguirre, que la escritura es una de las profesiones que no tienen límite de edad ni fecha de jubilación, pues en el arte de escribir hasta los viejos pueden construir obra y ser exitosos, aunque empiecen de cero su carrera literaria. Entusiasmada por este saber, asistió al Taller de Poesía de PROMETEO, dictado por el poeta Gabriel Jaime Franco, (2019), perteneció al taller LETRA-TINTA, adscrito a RELATA MinCultura y dictado en la Casa de la Cultura de Itagüí; además, con este colectivo publicó una selección de sus poemas en la antología “Deshielos de Tinta” (2019) y recibió la Exaltación al Mérito Literario, otorgado por el honorable Concejo Municipal de Itagüí por resolución 021 del 29 de julio de 2022. Tras su muerte en julio de 2023, se publicó una selección póstuma de sus diarios en la antología “Diarios de la Pandemia” (2023).
lunes, 27 de mayo de 2024
"Aquela rua à direita" poemas de Pedro Albuquerque
viernes, 24 de mayo de 2024
"En el invierno natural..." poemas de Isabel Pañi Damian
lunes, 20 de mayo de 2024
"La rana Silvana" relato de Carlos Cubeiro
Silvana era
una rana como muchas otras de color verdoso que le permitía camuflarse para no
ser vista. Así evitaba poder ser atrapada por jovencitos humanos con fines nada
saludables para ella. A pesar de su juventud ya conocía muchos de los peligros
que debía evitar pero la mayoría de las veces no lo hacía, era bastante
temeraria, no le tenía miedo a casi nada. Ésta forma de ser le daba más de un
susto diario. Saltaba de charca en charca, usando la vegetación como
trampolines para llegar más lejos. Con más frecuencia de la deseada por su
familia, sus piruetas la llevaban a pasar de un lado a otro de caminos
transitados por coches, camiones de obras cercanas y por grupos de gente en
plan excursión. Saltaba, se apoyaba en
alguna rama de un árbol o arbusto y cómo
sí fuera Tarzán de los monos aparecía a varios cientos de metros. Eso sí, nunca
caía en seco.
Un atardecer, cuando el sol estaba a punto
de desaparecer en el horizonte, nuestra amiga, la rana Silvana encontró en
medio de unos juncos un artilugio que ella no conocía. Cómo aventurera que era
se subió a él, era una tabla con ruedas, ósea un monopatín. Estaba viejo y
despintado pero sus ruedas giraban y giraban, tanto que comenzó a coger
velocidad. En un momento determinado y sin que Silvana pudiera evitarlo, las
ruedas del monopatín tropezaron con una piedra, al borde de su charca
preferida, con lo que salió volando con Silvana sobre la tabla. Maravilla -
gritó ella emocionada-. No se paró al atravesar el agua, continuó corriendo por
los senderos y cruzando por el aire nuevas pozas y riachuelos sin descanso.
Silvana se sentía feliz viajando en la tabla con ruedas, en aquella que le
parecía mágica. Con la ilusión de aquel viaje, no se percató que el cielo se
cubría de brillantes luceros acompañados por la luna nueva de plata. Rodando
por los caminos de tierra, por las pistas asfaltadas, por arriba, por debajo de
los puentes, cruzando pueblos se fué alejando de su hábitat conocido. De
pronto, las pequeñas ruedas del monopatín frenaron en seco al enredarse en unos
arbustos, sin darle tiempo a reaccionar nuestra protagonista, la rana Silvana,
salió despedida de la tabla aterrizando panza arriba en la piscina de un chalet
con el agua templada. Con más miedo que otra cosa, salió de la enorme piscina
más grande que las charcas conocidas, pero no encontraba un mínimo hueco por
dónde huir, ni siquiera un árbol a donde saltar para salir del lugar rodeado
por un enorme muro de piedra. No podía hacer otra cosa que regresar al agua y
esperar el momento oportuno. Al día siguiente, todo seguía igual o eso parecía.
Vió aparecer un niño que se dirigía directamente hacia ella. La había visto
desde su ventana y traía una red para cazarla.¡¡ Qué miedo!!- pensaba Silvana
mientras le temblaba todo el cuerpo pensando en su próximo futuro. Quizás haría
un guiso o una parrillada con sus ancas. Antes de ser atrapada y con un gran
esfuerzo saltó a la cabeza del crío y desde ésta, a la parte más alta del muro
antes de que aquel niño impertinente le echara el guante, como se suele decir.
¡¡ Milagro, la tabla con ruedas está justo debajo!!- se dijo-. Sin perder
tiempo saltó sobre ella, sólo le hacía falta el impulso necesario para
emprender el regreso con su familia. Y sucedió, un coche dió marcha atrás
chocando con él monopatín. Ese golpe fué suficiente para impulsar la tabla y a
Silvana cuesta abajo.
Por fin regresaba a su charca. De nuevo,
atravesando pueblos, puentes, caminos y pozas, parecía que volaba. Según se
acercaba escuchaba cómo el croar de todas las ranas pidiendo ayuda para
encontrarla. Su color verde destacó con él brillo de la luna para que todas la
vieran llegar saltando como siempre de arbusto en arbusto. Pero eso sí, sin el
monopatín que tan lejos la había guiado. Allí, semi hundida en el agua quedó para siempre la tabla con
ruedas.
La aventurera rana Silvana se tomó desde
entonces la vida con más calma mientras no llegó a ser adulta. Nunca se volvió
a alejar de su hábitat, la lección le sirviera para mucho. Sólo con sus
allegados es la forma de vivir con la seguridad necesaria y el amor enorme e
incondicional de sus progenitores. La aventura no está reñida con la prudencia.
La temeridad trae aparejados peligros insospechados.
viernes, 17 de mayo de 2024
"Eterno retorno y Conjunto universal" ilustraciones de Diony Scandela
jueves, 16 de mayo de 2024
Poemas ganadores del Premio Internazionale "Luigi Vanvitelli" en la sección "Sur"
Ganadores:
1° lugar:
"Txalaparta" de Fermín Vilela (Argentina)
Hace mucho tiempo
mis alpargatas rotas
quedaron bajo el sol
de la costa, abandonadas
entre los huevos de tiburón.
De repente,
una voz hace sonar
la campana de mi sangre
y me pide que me acerque.
Estoy descalzo. No digo nada.
Me acerco, lentamente,
a esas alpargatas sin pies.
Me estoy acercando a ellas
desde que tengo memoria.
2 lugar:
"Los pechos pesan" de Carmen Alicia Pérez Gómez (Colombia)
Cuando amamantaba,
mis pechos pesaban,
sentían el llamado de tu llanto de hambre.
Un arroyo de leche bajaba
y se empozaba en ellos.
Años después, siento el mismo llamado,
pero no estás en mis brazos
¿Será que bajo tierra los hijos
arrebatados tienen sed,
y por eso mis pechos vuelven a pesar?
¿Será por eso que mis pies, se arraigan
a la tierra como raíces,
para ser el árbol que quita el hambre
de los que han partido?
No lo sé, solo sé que hay
una sed cercana a mí que no se quita,
porque mis pechos pesan
y la sangre se empoza en ellos.
3 Lugar:
"Rebelión" de Enrique Ortiz (Argentina)
Algunos pájaros antes del invierno
vuelan hacia un norte más cálido, menos hostil
van serpenteando nubes, esquivando tormentas
siguiendo la ruta del viento.
Antes de atravesar
las últimas llamaradas del crepúsculo
uno de ellos se desprende del enjambre de alas
y gira hacia el lado opuesto
regresando por el mismo camino
enfilando directo
hacia una cumbre que está al sur.
En ese giro inesperado
que predice un inexorable futuro
puedo evocar la historia
de una rebeldía
una rebeldía olvidada
ofrecida al dios del miedo.
El pájaro se aleja cada vez más
se hunde en la bruma
transformado en una punta filosa
en una punta ígnea que me alcanza y hiere.
"En la montaña erguida..." poemas de Jaime Boyzo
En la montaña erguida, la cascada danza,
un susurro de agua, un canto que avanza.
Desde lo alto se entrega, en libre caída,
un abrazo líquido que al alma convida.
pintando arcoíris que el sol va a traer.
Entre rocas y musgo, su curso se viste,
una sinfonía acuática que el tiempo asiste.
canta la cascada en su líquido destello.
Un beso fugaz en la piel de la tierra,
un río que nace, una vida que encierra.
la cascada, poesía en cada quebranto.
Y mientras cae en el lecho de la piedra,
es un verso corto que la naturaleza siembra
danza el dulce anhelo de la esperanza.
Fluyen entre el viento los colores
del arcoíris que miran mis ojos.
La fe alumbra la oscura caverna.
Entonces, mis ojos reconocen el fuego
que crea todas las formas, incluso mi mima forma.
*Jaime Bernal Boyzo profesor de la universidad de UBC en Kelowna Canadá. Escritor de poemas, cuentos y artículos académicos. Actualmente mi primera novela titulada, El despertar,” se encuentra bajo revisión por la editorial Kinesis.
viernes, 3 de mayo de 2024
"Resignificación" obras de Cielo Suley González Peña
*Cielo Suley González Peña, nació en Medellín, Colombia, en enero de 1988. Es Trabajadora Social de la Universidad de Antioquia de donde se gradúa con matrícula de honor. Actualmente, colabora en el Centro Cultural La Huerta, una apuesta por la lectura, la música, el cine, la pintura y el arte en general. Hizo parte, de la Corporación Acción Verde, la cual desde sus cimientes trae una propuesta urbano-ecológica que busca resignificar, empoderar y transformar la comunidad. Es pintora y poeta. Desde muy joven incursionó en el dibujo, una pasión que la abstraía por completo, hasta que llega a la pintura en el año 2022 donde tuvo clases con el profesor y artista intermedial Alonso José Zuluaga M., quien es docente de artes plásticas en la UdeA y el ITM; desde entonces, cultiva el arte de pintar como un escape del desacierto que implica el vivir en el afán fútil del día a día, explorando con pinturas conceptuales, las cuales incluyen un escrito donde expone el concepto que aborda en cada una de sus obras. Su inclinación por la escritura de poesía, surge antes de la academia y se desarrolla a la par con su carrera profesional, dando como resultado la creación de más de 50 poemas inéditos, de los cuales ha compartido algunos por redes sociales.