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sábado, 30 de mayo de 2020

"Podio de mujeres" Poemas de Cleva Camila Villanueva López (Astro Damus)



Podio de mujeres

Soy mi podio de mujeres soberanas,
fuego marsupial
que me anega el estómago,
que me evapora la lengua
sin dar tregua a las palabras.
Tres mujeres se sientan
en la buhardilla de mis encías.
Una, la Monarca,
Otra, la Tirana
La última, siempre, la Compasiva.
Ninguna dice nada.
Soy mil colmenas de barro vibrante
donde viven miles de niños de leche.
Soy los túneles infinitos en lo subterráneo
de mi silencio que hace ruido.
Mis manos de pesado aire.
Mi mirada de tierra mojada.
Mi corazón es una catapulta sin tino
siempre dispuesta a disparar.
La lluvia en mí no se peina parejo.
Hay que jalarle los pelos
en horizontal.
Soy la hembra que no logra
abotonarse los abismos.
Rrrrrmalaaah.
Rrrrmalaaah.
Regrésame a la gravedad donde mis
pies vuelven a tocar el cielo.
Rrrrmalaaah.
Rrrrmalaaah.
Soy todos los fantasmas
Incubados en mi cuerpo.
Yo soy la voz que embiste,
el océano atigrado,
la herida que muerde,
el vórtice del mundo,
el ectoplasma de un sueño perdido…
Este lugar, adentro mío,
es mi pneuma,
la cicatriz guarida,
la raíz de donde brotan
todos mis alfabetos.
Tú, niña, aprende a escucharlos.
Rrrrmaaalaah.
Rrrrmaaalah.
¡Suéltame, Dios!
Que tengo los bolsillos
llenos de estrellas.
Mis senos son ya este tejido de metáforas.
Y todo en mí arde,
y todo en mí se consume.
¡Suéltame, Dios!
¡Déjame caer libremente
en la flaca estría
de tus vacíos!
Pronto, pronto,
antes de que sea demasiado tarde...

Los hijos de mazapán

Fíjese que vengo de caminar
horas y horas, arrastrando
los pies afónicos.

Por el puro miedo se me ha
quedado mijo atrás
en el meritito corazón de cemento
de esta ciudad que no perdona.

Todos los días,
el hambre es la mancha de
gasolina sobre los charcos
que ya no piso.

Ahora tengo pa mí solita el mar,
me lo ha regalado mi marido:
un océano púrpura de puños
me espera siempre en casa
cuando llego sin haber vendido
un solo mazapán.

Me dicen que crea en Dios
cuando Dios calza a diario
los nombres de mis
niños de aserrín.

Y no dan la talla, nunca dan la talla…
Si le contara cuántos de ellos
han preferido el silencio de mi vientre
al mundo de adobe
que los aguarda.

De cinco a siete meses.
Ninguno ha llegado a más.
No se han atrevido a salir.

Y yo los entiendo, mire,
que la vida es un infierno
de seis a diez.
Y los domingos, todo el día.

Una vez decidí atesorar a un pequeñito
en el rincón más invisible del armario.

Lo puse dentro de un
frasco de cristal
y se veía tan bello,
flotando en
un cielo de alcohol,
como si hubiera vuelto
al paraíso de mi vientre…
Como si nunca hubiera
escapado hacia la muerte.

Pero creerá usted que fui descubierta
por mi marido
y de cinco a siete meses
traje los ojos hechos un volcán:
uno humeando y el otro
más sellado que una tumba.

Tuve que enterrarlo
en una maceta
a lado de un alcatraz.
Y desde ese momento
lo escucho siempre:

en sueños, al despertar,
cuando mi marido llega
hecho una fiera con olor a sexo
y hay que ser la silla
y la cena
y la cama roja.

La panza se me ha hecho
un globo hinchado de estrías,
algunas por los hijos que ya no vuelven,
otras por la lluvia de patadas
que me desbordan el odio
y me hacen piedritas los ojos…

Pero mejor queda no decir nada.
La fe siempre es silenciosa, dicen,
aunque Dios sea sólo un pasajero
que muchas veces llega tarde.
Mejor me digo:
¿Pa qué alimentar más bocas
si la mía de por sí ya es polvo?

Soy trapo, espalda, mejilla,
cojín morado que no duerme,
Madre de fantasmas,
un poco sorda a veces.

Y toca en esta vida habitar
en un edén de aguardiente.
Toca ser la cadera rota,
la gasa mordida por la sangre,
la que va a la panadería
por botellas y regresa
con los vidrios en la cara.

Y mire que por mí está bien:
Si no debo salir siquiera de este
mi frasquito de cristal
con tal de la espera,
que se me haga la buena
y nazca por fin la criatura
que he de amamantar.

Yo me aguanto el ladrido
eterno de sus botellas,
los trocitos de mi carne
en la hoguera de sus uñas…
todo lo que usted quiera.

De todas formas, usted que lee
ya habrá acabado este poema
y se olvidará de todo
a la mañana siguiente.

*Cleva Camila Villanueva López (Astro Damus) Es una escritora nacida en la CDMX. Estudió Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Cuenta con un poemario llamado Noche sin Fin, publicado por Ediciones A.M.M.V.V y está próxima a publicar otro poemario que lleva por nombre Sueños de la Urbe. Ha participado en diversos eventos de poesía como lo son:  el Festival Universitario de Literatura y Arte (FULA) en el CCH plantel Azcapotzalco, el Festival Mundial de la Palabra (WFB) en el centro histórico de la CDMX, el World Goth Day en el Centro Cultural la Pirámide, Libreando (festival de editoriales independientes) en el Centro Cultural la Pirámide, el Encuentro de Escritores Jóvenes y Letras Contemporáneas en la Alcaldía Cuauhtémoc, así como muchos otros más.
Actualmente se encuentra gestando, junto con otros poetas, el colectivo artístico Los Deambulantes, el cual busca llevar la poesía y toda manifestación artística de artistas emergentes a diferentes lugares de la Ciudad de México.


“Poesía Social, y Siete Poemas Panfletarios” Poemas de Santiago Maldonado



Habitáculo:

Casa de viejos

En la casa de   El Gengis
siempre me atendía el Tata con un vinito.
Enseguida alguien se ponía a leer unas líneas colgadas,
dependiendo quien esté
la noche
continuaba abrasando pechos. Sin frenos
para el vino y la cerveza.
No nos importaba con qué dolor, o risa, se leía,
había que tener un mínimo de aliento
para darle vida a las letras divorciadas,
El Ballena
dejó de ser el Horcas,
el Pela,
que a punta de maldito giraba la mesa.
El Tata se nos cagaba de risa,
y cuando no seguíamos el grito del perdido
íbamos con el poeta de turno/
ahí era cuando se nos iba a dormir.
Aparecían los colmillos/         el terror asumía la cara,
rodaban los disfraces ajenos, la vida
se obsesionaba en poner por delante los golpes/ y tercos
resistíamos las horas, los guadañazos.
Caían los premios al valor de la curiosidad ante la sombra.
Poetas y músicos, anarquistas y cristinistas, borrachos,
descreídos de la revolución modernista, todos
con un porqué:            Viejos.


Ludopálico en el departamento

Quisiera volver al sitio donde nací por segunda vez,
irme
con los Ellos, vivir lo lindo que es.
Confieso el trago, y
haciendo la tarea
me escondo en las habitaciones
donde la nada es más que un recuerdo.
Madurar me va haciendo camino en esa soledad
donde
elijo con quien hacer trabajar el tiempo,
lo demás es parlatanería barata, tener sentido
es decir nada; hablar y hablar. Asco,
aunque siento menos asco
con el que desconoce a Séverac
que
con el hijo de puta que mete bombas en el desayuno.
Mientras tanto
intento redescubrirme niño, manejar el trazo,
más o menos algo coherente, no perder la sonrisa,
dudo
si podré hacerlo bien.
Uno o dos vasos de algo fuerte,
una buena ducha,
para sacarme la roña de la depresión,
andar desnudo
por las habitaciones, sin testigos.


Nombres bajo techo

Volver
para terminar jugando con ella… Que lindo.
Pelear en la cama,       tirados y enredados,
aprehendí a abrir el corazón.

Me alejaba por infinitos segundos,
la vi sin la careta de la Lilith. Luego
la embestida, viéndole el tatuaje de sus alas,
y recordando la masa del mundo de dónde vino, y
por dentro, y por fuera, desnuda. Amor, masticando el sexo.

Fricción, aroma de hembra acabada, y una legión
mirando a través de la ventana,
cuidando las llamas,
salivas y calor. Calor…

El chasqueteo de las carnes chocándose,
y su voz gritando fuerte en la habitación,
molestando a los contiguos,
alterando a los pibes
el sueño de las buenas noches/ siendo ese ser
con miedos      a la gravedad de las pieles
que golpeaba con las piernas la pared del vecino moralista.

Los huesos
contuvieron el sabor de lo que me amó.

Yo a veces llegaba con ritmos cansados de las changas,
hambriento.
Desde la obra al departamento, llegaba oliendo a cal,
y su boca
supo contener el aliento del misterio,
renovó los gases de la implosión.


El detalle de la soledad

… pero algo de cierto queda;
Visitóme al futuro,
y no hay recuerdos,
todo muere en su misma casa, en una habitación vacía,
sólo,                completamente sólo.

Tal vez sea la ignorancia y la muerte,
cosa misma que ha de su engendro crearse,
cosas bestiales
como el tiempo/ Libertades.
Acontóse que habláis cuan simple
a la nada
desde
esa maldita habitación vacía.


Paseando entre los cuartos

No, los sueños no se olvidan,
pero
se demoran.
Dicen que su lanza seca es gris,
te chupa el aliento de vida,
estrangula y
la lengua se hincha.
Las estructuras pasan por frente,
enamoran el tiempo,
condenan         la eternidad.
El viaje
hace ruido de catástrofe en los bolsillos,
no puedo llegar al vórtice,
y en esta soledad         llevo lo presente;
cuartos oscuros.


Hueso viejo

Me voy preguntando cosas que sólo nos pasan a los viejos;
y
vale la respuesta del cosmos,
vale     poder acompañar viajes
sin metros de por medio, regar la planta
antes que nazca la flor, dar caza a la vida.

Cómo vivir… Y los recursos…
Siempre faltan los recursos
cuando
la suerte corre por los lados como liebre.
Igual es bueno saber que la liebre es comible,
que Juancito las cazaba con perros y manos;
nunca un tiro, sino trampas,
como antes.

Se hace el momento en que se debe salir
y evitar ser sal;
Es la regla       que me mantiene vivo.

Un pantallazo, recordado por algún trago,
y en él desnudar los colores,
aceptar el lugar, hacerse a la noche,
y buscar ahí,
con los ojos bien abiertos,
más respuestas a esta casa.


Las etapas del encierro

Le gira como luciérnaga en el báculo,
el mismo
que usa para apoyar la espina que lo sostiene.
Da golpes          entorpecido por los haces de la persianas,
le joden las noticias,
apaga el televisor;
Los nombres están cerca, le da miedo.

Para qué girarle gritando mensajes,
sabe lo que es  y no persigue los celos heridos,
construye con naipes la casa de la hora,
para       aprender a destruir. (Cosa que solo nos atañe
como especie).

Los juegos       son causa de lamentos/
de otro que le canta al crupier
los dados cargados,
son los ciegos del bonete/ son las voces del sueño
que llegan
para carraspear la garganta.

*Santiago Maldonado, Argentina. Fue en medio de su carrera de la licenciatura en Terapia Ocupacional cuando fue diagnosticado como esquizoparanoide. Allí conoció el infierno, comenzó a debatirse la locura y la objeción de una realidad, fue cuando encontró, por bien, la escritura, las matemáticas y la filosofía, a modo de escapismo a los fantasmas y demonios que vinieron a acecharlo. Ha editado con varios heterónimos en toda su carrera en las letras. Halló en la literatura, estudiándola en varios talleres de la provincia del Chubut, la forma de definir estructuras, formas y escuelas a través de la poesía y la antipoesía. En el año 2005 edito su primera obra; Boca De Calles, (Transito De Los Pocos Entre Los Muchos). Con el tiempo formó parte del colectivo artístico “Lo Eleméntico”, creando varios espacios para las artes liberales de la ciudad, (Rawson). 2007 editó Tránsito De Los Pocos Entre Los Muchos (pi), una desarmonía perfecta con el cosmos, (casi poemario). En 2016 jugó con textos sofistas en forma de Novela; El Sueño de Levi. Ella se encuentra marcada por el pensamiento mágico en un joven idealista, ambientada por los finales de los ´90. Hace jugar el pensamiento analítico y simbólico judeocristiano en contra posición con el pensamiento analítico y simbólico griego, de ella deviene la catarsis y por el último la paradoja de la existencialidad. Y en el 2018, con una mirada social, tomó una postura ideológica política con la lectura del avance de la derecha en Latinoamérica, eso le dio a nacer el libro “Poesía social, y siete poemas panfletarios”.

viernes, 29 de mayo de 2020

"Retrato Hablado De Tijuana" Poemas de Edgardo Mantra




Un avión,
una frontera,
gente,
hotel,
tacos,
cerveza

los ojos de Mario.

Un despertador,
una banda de guerra,
desasosiego,
CECUT,
el cuerpo prieto
y entero
de Lukas
partido en dos.

Una puerta abierta
en la madrugada,
los ojos verdes de Mario,
una troca a mitad del drenaje
la Rumorosa,
los Cucapá
la migra,
el rumbo
de los afiches
de desaparecidos
fijos en la ciudad de San Diego,

mar de agua fría.

Humo saliendo
de la boca de Ánuar,
la complexión de Horacio,
las pestañas de Yolanda,
el bigote de Edgar
la piel de Andrea,
las orejas de Alfredo,
el cabello de Minerva,
el mentón de Román,
el lunar de Mónica,
la nariz de León,
las mejillas de Guadalupe,
las cejas de Aldo,
la cicatriz de…

y los ojos verdes de Mario nuevamente,

las rejas,
los cuerpos,
los morros de prepa,
noches Drag Queen,

el burro pintado a rayas,
bares con humo de mota,
un automóvil americano sin placas,
cocaína, tabaco, chiva,
las paraditas,
el pasaje Rodríguez:

¿qué señas particulares
dice que tiene su ser querido?

Con suerte,
los chinos, suecas, gringos, chicanas
y el gotero de clonazepam
agarrándome como espejo

instrumento peligroso

austero,
perdido,
observando,

todo
el tiempo.                                         


El Título Puede Cambiar el Futuro

Chiquitín chiquitín en la feria de…
CEPILLÍN
Esa mañana esbozaste
            quédate dormido
            voy con una amiga
y su chico:
4’ con 55’’ cuida

para que la llamada sea gratis recordaste
            los tirantes de Micke Mouse
           
las gafas oscuras de Risky Bisnes repetiste
            cuelga tu primero
para bailar mientras me miras en la pista,
encuentra 100 pesos en el sound sistem
y para, el 14 de febrero
            correr tras el trolebús nocturno…
            si se puede
            cenamos:

sin cambio impusiste
            que eran 6 los Jackson Five
            donde asesinaron a John Fitzgerald Kennedy
no 4 sino 2 más, los asientos del automóvil
y vuelen, vuelen, vuelen ¿mis preciosos simios?
Y ¡no! Orbitando el lunar de Marilyn Monroe

que ni se acerca a la comisura de su labio gritaste
            ¡of the world!
            ¡No, I’m your father!

Sabio espejo V.S. Espejito espejito dijiste
            y me repuse
decidido a
-dejar la colección de películas pirata
en casa de tu viejo-
            que Nelson Mandela murió en prisión

mi nuevo libro de datos curiosos gritaste
            así se llamará,
recordé
dudando.

           
Hay Que Ser Puercos Pero No Tan Trompudos

No de hocico largo
o cachetes retacados de surtida,
bemba y ojos que a falta de llanto
me sumergen
en grasas
de gotero

el vislumbre fatal
tu carne deseada

cariño cerdo
colgando el cuero
que no deja sobra de comida en plato

al amor violento
que sufre en despedidas

tus caricias de cochino

no he querido confesar que tengo años
en la punta de plegaria,
peticiones
de las que ya conozco su respuesta

deseo trunco
pata en vinagre andada por desgaste
y la cola retorcida:

tus trompadas genitales

la vida en malos pasos orgásmicos
de 30 minutos
bebé puerquita

¡oh! Bety Blue Bety Blue

chiquero
hogar con lodo
y chicharrón prensado

desnuda por las casas
tus gardenias
se marchitan

chanchita,
rechoncha

demonio
en la sangre

el colesterol alto
y la epidermis:

chula

corteza de cuino
en la noche
el susto-reflujo

la cucha con zapatillas:

chilosa te almuerzo
de rubí
en acorazado

toda la semana
con y sin empacho

antropófago:

solo,

me lambo los bigotes
de ese caldo imaginario
de esmeralda
que me almuerzo, como y ceno

en quimeras,

chiquitita
recuerda

chanchita my love:

que el marrano más trompudo
se lleva siempre la mejor mazorca

en corazón
y nenepil.



*Edgardo Mantra, San Jerónimo de Juárez “el Grande”, Guerrero. Poeta y editor. Estudió Sociología en UAM-X. Sus libros son: “Prefiero ver el Box (El Under Ediciones)”, “A la Muchacha que Pasa (Taller de Creación Literaria)”, “Éxodo (Dipsomanía-Poética)”, “Insert Coin (Niño Down Editorial)”, “Gusano de Acero (Son del Barrio)”, “El Amor es un Tlacuache del Mictlan (Textual)”, “Cualquiera Puede Cocinar (Calavera de Azúcar)”, “Postdata: tu gato ha muerto (Atún de Sirena)”, “Mientras sepan que hay cocaína (Aletheya)”  y participa en los libros: “Relatos fugitivos (UAM-X)” “Jauría (Start-pro)” y “Magisterio Rebelde (Antología Libertaria)”. Ha publicado en diversas revistas y compilaciones nacionales e internacionales. Participa de tiempo completo como director en Mantra Edixiones, miembro fundador del Poniismo ñeroretaguardia, asesor externo en Ojo de Golondrina y es organizador de la Feria del Libro Independiente de Tenochtitlan.