LA GRAN COLOMBIA
-Derrumbe y Ascenso-
El retrato de Colombia - Débora Arango |
Cada una de las notas de esta sinfonía
vaya a mis hermanos,
a mis siempre amados compatriotas.
l. e. torres
Santiago de Chile
2018 años de Nuestro Señor
I Gritos de Libertad
Abajo el rey! Abajo el rey! Viva la libertad!
Así rugía la voz y el ímpetu de un pueblo.
Abajo la tiranía! Nuestro propio sueño,
nuestro íntimo destino queremos cabalgar!
Entonces se alzaron las indiscutibles olas,
el puño que gritaba el pálpito de América.
Apellidos grandes entre grandes, en la roca
esculpidos como indicio de llama heroica.
Y fue todo el vórtice que hoy se conoce como
“Gloria”, es decir, montaraces del apocalipsis
esgrimiendo bandera y tierra llenas de rotos.
Un alumbramiento que fue enfermedad y vejez.
La Nueva República ya sufría de artritis,
se encontraba ensangrentada y leprosa en su estrechez!
II Los Perros Sarnosos de Siempre
Aparecieron ladrando los perros sarnosos
de siempre, luchando por un dejo de carroña,
inventando leyes, decretos, trampas que ahogan
un Estado mísero, moribundo y piojoso.
Ellos son Judas, la traición, la sangre-llanto,
el martirio, las mil caídas, la infamia y la cruz.
Víboras que truecan libertad por esclavitud,
simples rateros insaciables de cuello blanco.
Políticos que tiran desde la izquierda o desde
la derecha hasta desmembrar lo poco que queda.
En cada uno de sus partidos arde la peste.
Todos estos miserables fueron, son y serán
la culpa de que la Patria se desangre en guerras
y deambule por el mundo mendigando agua y pan.
III “Yo no Soy un Hombre…”
A Gloria Gaitán
Clavaba sus ojos de halcón en el mar de gente,
rugía la luminosidad de su palabra,
levantaba el puño como un faro que –potente-
hace desvanecer la tenebrura macabra.
Con osadía denunciaba a los malparidos
de apellido grande, siempre aferrados al poder.
Jorge Eliécer Gaitán representaba el camino
hacia una Inmensa Colombia rebosada de Ser.
Por Dios! El Pueblo realmente creía en este hombre,
su voz era la suya, su esperanza estaba en los
hombros del caudillo que revelaba su dolor,
su miseria, su hambre, su padecimiento enorme.
Mientras los otros políticos despreciaban al
populacho, considerándolo una vil masa
ciega y bruta, Gaitán enardecía su raza
indígena. Él anhelaba de la Patria algo más
profundo: conciencia, metafísica, ebullición
de un espíritu colombiano próvido de amor.
Por este motivo fue que mataron a Gaitán.
Y su sangre cubrió todo el ancho de Colombia,
formando una larga noche de espantosas sombras…!
IV De Revolucionarios a Asesinos
Como el gobierno empezó a enviar por todas partes sus
mensajeros de la muerte, grupos campesinos
se armaron con machetes y viejas escopetas,
capitaneando con honor su propio destino.
Con bravura lucharon a través de los montes
estos revolucionarios, estos defensores
de la dignidad de un pueblo vilmente ultrajado.
Pero luego, los que una vez fueron Salvadores,
convirtiéronse en Asesinos y Delincuentes,
sembraron la masacre y el terror en el campo,
derramaron la sangre del cordero inocente,
robaron, quemaron, desolaron, secuestraron,
agitaron sus alas oscuras y protervas,
dejando a Colombia en un Valle de Degollados!
V Urígula, El Gran Restaurador
A la santa memoria
de todos los “falsos positivos”
Urígula pasa sobre su caballo… Larga
vida al césar, al inmensísimo restaurador,
de poncho, de carriel, de sombrero, y de corazón
montuno como los antioqueños de alpargata!
Sin contar sus fincas, Urígula es más humilde
que lo humilde. Y sin contar sus fechorías, es más
transparente que lo transparente. Un hombre jamás
podría ser más “derecho” que este abyecto buitre.
Cuántos hermanos colombianos muertos, víctimas
de este maldito verdugo que habla impunemente…?
Larga vida, ASESINO! Colombia espera el día
en que te caiga el martillo de la ley, y te extienda
sobre tu légamo de pasado pestilente
o que ardas en el hades… ¡genocida de mierda!
VI De Cánticos y de Primavera
A mi amigo
el poeta Steven Ríos
Ardidos por las llamaradas de su Espíritu,
con cada saber dirigido por la pureza
de un corazón lleno de fulgurante humanidad,
lleno de vívida y fortalecida conciencia.
Estos jóvenes son los Revolucionarios y
la Revolución, con su arte pueden más que cualquier
fusil; preñados de cántico y de primavera,
indagan misterio sobre la hondura del papel.
Desde el silencio revelan la palabra al mundo,
ponen sentido y voz a quienes no pueden hablar,
se alzan, -¡intransigentes!- derriban negros muros
y siembran en el padecimiento granos de luz.
Jóvenes locos batiendo en aras de la verdad,
con la frente y el pecho orientados a la altitud…!
VII LA GRAN COLOMBIA
¡La Patria es una sola! Y Ella son mis hermanos
campesinos en la verde montaña antioqueña,
son los indios wayú en las rancherías y los nukak
danzando en el Amazonas. La Patria está pescando
en la mar y recogiendo bananos en el Chocó,
y son los obreros en las fábricas y los niños
de luz en las escuelas y el beso santificado
de nuestras madres llenas de indescifrable dolor.
La Gran Colombia es sangre ferviente que galopa
hacia la LIBERTAD. Este pálpito es la vida
de nuestros muertos, y con amor y con memoria
los honramos. Ningún despreciable demonio puede
contra la férrea Voluntad de este Inmenso Pueblo:
¡la Patria es una sola! ¡Y Ella somos Todos Nosotros!