Poseídos por muchos soles hasta nuestro final seguro.
Pero Nolan, no le tengo miedo a la muerte,
sí caigo,
sí cesan mis suspiros y termina mi fatiga.
En donde brilla con esplendor súbito inhóspitas tinieblas,
Y mi mano, que es también tu mano, se extenderá por infinitud de galaxias, porque siendo
humana no soy nada,
Ni polvo para este mundo,
Quizá en otro, ese que alguna vez inventé en mis sueños,
Uno que vagamente ahora recuerdo tras la delgada línea roja suscrita en mi cabeza,
Allí, donde nada ni nadie apagó mi llama.
Recuerda que mi alma también se cansa
Y este cuerpo lábil que recoge el polvo solo aguarda,
Aguarda como el silencio al estallido,
Como el frío inerte que ronda el aire a la espera del brillo ardiente en la noche blanca;
Así mis ojos esperan la profunda noche,
A que las paredes acartonadas se echen sobre mi y acaben con la música de ese disco que se repite, una y otra vez,
Entonces, perpetuarme en el silencio…
Y cuando venga a mí, ligera y tranquila como la niebla
Caerán mis hojas de otoño
Y mi alma se hará liviana,
Así que solo aguarda corazón, aguarda.
Como un anhelo en medio de la noche que no encuentra su destino,
Y en el asiento de mi alma,
Mi aliento esconde tu rastro,
Más allá de las sombras de este cuarto oscuro donde se detuvo el reloj en la profundidad de esos ojos,
Esos ojos que yacen en mí y prescriben aquella luna llena que vislumbró las burbujas de tu sonrisa...
Y seguiré buscado tu puerto para anclarme allí frente a tu rostro,
Aunque las arenas movedizas del tiempo me deslicen errante.
Y que en el entre tiempo,
Cuando más se iluminaban nuestros ojos,
Llegaban de manera fugaz casi inapreciable todos los momentos que reunieron nuestra historia.
Entonces, quizá a los que se quedan les pertenezca el llanto...
El llanto ante la nostálgica felicidad que deja el resplandor de los buenos momentos...
El llanto ante la realidad de que seas solo polvo que se eleva con el viento,
Mientras divagas en la melancolía perenne de los recuerdos que se estrellan en el destello de las pupilas...
Porque al final eso somos,
Somos recuerdo, polvo, carne y huesos...
Somos solo eso,
Polvo, carne y huesos.