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martes, 30 de septiembre de 2025

"Raíces invisibles" poemas de Emmanuel Ortega Tobón


Raíces invisibles

El eco de lo vivido se disuelve entre el instante y el misterio.
Antes, cada calle y cada ventana abrazaban
La incertidumbre cromática del lápiz y el pincel:
Las dos caras de un ser, esbozadas en la quietud
De una tarde extinta.
 
Todo susurró en la distancia:
Un trazo, una sombra en crecimiento.
Vestigios de un tiempo sin nombre,
Entre nombres ajenos, reflejan y retratan la alteridad:
Bestias, rostros, faunas,
Historias y poéticas de otros cuerpos
Se filtran y graban en la piel,
Como una caricia olvidada,
Una conquista que se desvanece,
Por más latente que ardiera en manos y vientre.
 
Las impresiones se diluyen,
Extraviadas en un corredor sin sonidos ni luces.
Raíces invisibles crecen,
Trenzándose en lo que fue,
Recorriendo la vértebra y la memoria,
Y extendiéndose hacia lo que ya no es.
El alma apenas entiende, respira y vive,
Sin reconocer quién fue.
 

Aire de nostalgia

El aire nostálgico del ayer regresará,
Como una luna en la mañana, que brilla entre la niebla,
Como un eco sin sonido que arrastra el olvido,
Donde el tiempo ya no importa.
 
Serán los días perdidos,
Las risas olvidadas de rostros
Que se fueron sin dejar huella.
 
El recuerdo se disuelve
Entre las pupilas, el murmullo de la brisa,
Y el sol de una infancia que se fue
Vuelve a tocar la piel.
 
Inmediatamente pasarán las casas, los rostros, las sombras
De lo que fue y ya no es,
Y se irán como hojas arrastradas por la corriente.
Esa alegría escondida en un rincón,
Tan efímera y tan viva,
Volverá; se filtrará
Por las rendijas del presente.
 
El recuerdo se alza en un estruendo de dedos y relámpagos,
Destronando otro horizonte y su ocaso,
Como la melodía de un piano
Olvidado en una vieja iglesia en Bizancio.
 
Es una reminiscencia lejana,
Un punzante dolor que entra y no se marcha,
Un abrazo que nunca se dio
Y un nombre que ya no se llama.
 
¿Quién fue aquel que corrió detrás
De los sueños perdidos?
Todo se esfuma,
Y solo quedan las grietas que penetran hasta lo hondo de la tierra:
Ese aire de nostalgia
Que se oculta entre los pliegues del recuerdo.
 
Son los átomos del ayer,
Gravitando, aún presentes en la piel,
En cada roce, en cada suspiro.
Y el olvido se disfraza de memoria.
 

Interludios de soledad

Entre ciclos lunares y solsticios
Un eco se quiebra en la brisa.
La pluma, errante en la página blanca,
Traza un sendero de ceniza.
 
Las huellas y el rostro cambian
Ante el vacío, la espera, el desencanto.
Sombras anidan en el pecho,
En las manos que escriben otra historia.
 
En el pozo de los huesos,
Se hunden fragmentos de imágenes y versos,
Restos de días, de meses, de horas
Que aún resuenan en bibliotecas vacías.
 
En muros de cristal resquebrajado,
La tormenta talla su signo en el viento.
Los ojos de mármol desafían el recuerdo
Mientras el alma cruje en su naufragio.
 
El destino pulsa sus cuerdas rotas,
Y donde las musas caen en su última danza,
Una melodía se asoma al retrato,
Entre lo erótico y thanático.
 

*Emmanuel Ortega Tobón (Medellín, Colombia, 1995) es poeta, filósofo y profesor. Actualmente cursa la Maestría en Educación en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Medellín. Desde temprana edad, ha cultivado una profunda pasión por la poesía y las artes plásticas, enfocándose en el instante fugaz del ser, lo efímero de las emociones, el tiempo, la memoria, el cuerpo, la identidad y los misterios de la creación artística. Su obra se distingue por una voz introspectiva y simbólica, donde convergen lo filosófico y lo poético. Ha publicado en prestigiosas revistas literarias de alcance nacional e internacional, como Innombrable (Colombia), Alcantarilla (México), Ouroboros (Colombia), Santa Rabia Poetry (Perú), Almiar (España) y Palabra que dormía (Noruega). Asimismo, ha participado en varias antologías poéticas.

lunes, 29 de septiembre de 2025

"Hermenéutica de la Piel" poemas de Liliana Davila Jurado


CAPULLOS

Han quedado a tu paso los incontables capullos
las pupilas descubiertas
y un torpedo de sensatez atravesando mi lengua amarga,
los capullos pronto dejaran de ser capullos
el escondite descubierto
pronto será un lapso de eternidad
que se diluirá en el pasado,
y aquellos recuerdos omnipresentes
no acariciarán más
los laterales de mi torso
¡el olvido!,
¡el olvido!,
¡oh! mis queridos capullos.


RETORNO A LA TIERRA 

Toda yo deslumbrada,
la montaña habita mi plexo solar
por las mañanas verde
por las tardes dorada
las mazorcas espigadas señoriales
prendidas de la caña gruesa
se reverencian ante la lluvia súbita,
yo solo abro mi boca tragándome las gotas
de repente me fecundan el alma
y renazco nuevamente.

Me he tragado un puñado de tierra
enorgullecida de mis dientes marrones
la llevo en mi interior para mi retorno,
aspiro el cielo hasta derretir mis fosas nasales
mis pulmones me pesan de tanta paz
ruedan capulíes a mis pies,
brillantes y maduros bajo el sol
me piden descansar eternamente en mi paladar
qué difícil es el retorno,
extrañar
tendré que conformarme con llevar la tierra por dentro.


DESDE MI TALÓN 

Con mis vestidos batiendo al aire
me enfrento al tiempo de mi corporeidad
he caminado con pasos alargados
el borde espumoso del mar ha arañado mi talón
sobresaliente
engrosado
se ha hundido en la arena mojada
—ese frío besando mi planta áspera—
es un amor acrónico
no es un lapso
ni un momento
no es fortuito
ni tampoco eterno
es mi ser con el peso en mis pies
engullidos por la finitud del frío de arena
huyendo de la superficie ardiente
buscando el descanso
cargando mi vida
y la que aún tendré
desde hoy en adelante a orillas del mar.


*Liliana Davila Jurado. Cusqueña de nacimiento, antropóloga, gestora cultural, escritora, poeta. Publicaciones colectivas: «Imágenes de un cotidiano narrativa fotográfica e intervenciones literarias» Infinitos Indistintos, Brasil 2022, «Cuentos y poemas de amor» Ciudad Librera, Lima 2023, «Memorias del olvido» Letras Negras México 2023, Antología poética: «Anhelos de paz» Red Némesis, Lima 2024, «Calladita te ves mejor» Fanzine, Editorial Autómata Lima 2024, Revista electrónica Santa Rabia Poetry, Perú 2024; colaboraciones poéticas en diversos portales webs y redes.

viernes, 26 de septiembre de 2025

"Te desvistes" poemas de Germán Rizo

 
Te desvistes 

cuando las formas del viento
tiemblan en tu latido.
 
Cuanto me duele esta sombra
como una insaciable espada
renaciendo.
 
Tengo destrozadas las vértebras
y busco la señal inmersa
la que sostiene mis crónicas
bajo esta vestidura desconocida.
 
Mi sudario lo tejo con un verso
florecido en las brasas
humo
sometiendo tu mansa boca
el resplandor
que crece de palabras.
 
Me desnudas con gratitud
desesperada
hundes tu extasiado valle
por mis venas
y me detengo a explorar tu mirada
en esa hora siniestra
cuando mi patria
empieza a levantar sus muertos.
 

Las puertas de la oscuridad
 
Caer en esta parábola
en este ejercicio
donde solo nos queda
encender la oscuridad
 
Acaso somos la desesperanza
cayendo en el vértice
la misma cuerda
las mismas posibilidades
 
En esta angustiosa
y negra luz
se retuercen las miradas
lo que al amor le basta
 
Cada noche tiene
su propio demonio
el gozo que la muerte
arrebata al hombre
 

La travesía del dolor prosigue

hacia donde habita lo inesperado.
Una mirada abre nuestras heridas
y reconocemos que nada sucede aquí.
 
Un punto /dos comas y me desplazo
cuerpo adentro /noche de nadie.
Un enigma /una mujer entre mis dedos
se parte en su interior.
 
Yo bebo tu angustia / tu dolor de niña
yo velero /elijo las mareas
el retorno de las tormentas
y arrojo mi última bandera
sobre tu garganta.
 
Ignoramos que una sombra
también puede ser luz.


*Germán Rizo. Poeta y narrador mexicano. Ha publicado: Cantos del alma y la vida (2014), Bajo la sombra del corazón (2016), Atráeme contigo (2017), Huellas tras la lluvia (2020), y Un pájaro ciego sale de mi boca (2024). Y tiene otro libro en proceso en honor a la poeta Argentina Alejandra Pizarnik, titulado: Las trampas de la oscuridad (2025).

Participó en las antologías: Equilibrios contrarios, tributo a Federico García Lorca (2015), la antología local del Estado de Portland, Oregón Antología de la poesía Oregoniana (2018), la antología Hacer arte con las palabras (2019), la antología La otra voz (2020), la antología Flores de Youtan Poluo (2021), y en la antología Pájaro que lleva en su pico la jaula (2022). Obtuvo el Accésit de poesía en el V Concurso Internacional María Eloísa García Lorca con la obra titulada “Vendrá la noche” llevado a cabo por la Unión Nacional de Escritores de España (2017). Así como el tercer lugar en la primera edición del concurso literario Letra D’Kmbio, con la obra titulada “Que sangren mis manos,” en la Habana, Cuba (2017). Y el segundo lugar en el concurso: Verseweavers, llevado a cabo por The Oregon Poetry Association con el poema: Nadie vendrá salvo la muerte. (2020).

También recibió una mención en el concurso “Hacer arte con las palabras” (2019). Convocado por Art Emporium Gallery of Miami con el poema “Canto del náufrago.” Ha colaborado con algunas revistas literarias y blogs internacionales como Calle B (Cuba), Metaforología (Miami), La casa que soy (Venezuela), Nigara, (Miami), Monolito (México), Pluma y Tintero (España), Ave Lamia (México), Trinando (Colombia), Fábula (España), Guatiní (Cuba), Sentido Figurado (México), Lyrics & Poetry (Miami), Nudo Gordiano (México), Trasdemar (España)  y Asociación Actuales Voces de la Poesía Latinoamericana (México). 

jueves, 25 de septiembre de 2025

"Polvo canto" poemas de Eldar Akhadov


POLVO CANTO

Dedicado a Ayo Ayoola-Amale

Hay una sombra entre nosotros
imponente, por decir lo menos,
adivinando sus intenciones.
Volvió la cabeza hacia la derecha, hacia la izquierda y hacia atrás, buscándonos:
No, ella no nos encontró.
Somos el polvo de estrellas cantante sobre ella.
Del otro lado de las sombras están tus pensamientos y los míos,
con este también.
Flotan, caen, giran,
como copos de nieve en un espacio inestable de vibraciones,
galaxias ardiendo en miríadas
cada eternidad de uno
un momento evanescentemente pequeño.
No estamos aquí. O lo somos. No importa.
La sombra no puede separar nuestros pensamientos.


BUENA PALABRA

 La paz comienza con una Buena Palabra.
 Parece: ¿cuál es el problema?
 Palabras amables.  Justo.  Por la mañana -
 Donde ayer caminaba el rencor,
 Donde el casamentero se topó con el casamentero,
 Donde familiares y hermanos se peleaban,
 Donde es impensable siquiera decir:
 ¡Alguien se atrevió a darle un golpe a su madre!..
 Detener.
 Esperar.
 Escuche de nuevo:
 ¡La paz comienza con una palabra amable!
 Con buena mirada.  Con una sencilla sonrisa.
 Desde la mañana de la tierra.  De la oración del santo.
 ¡Paz para ustedes, familiares, amigos y vecinos!
 ¡La paz sea con vosotros, águilas, carpas crucianas y osos!
 ¡La paz sea con vosotros, bosques, praderas y campos!
 ¡Paz a ti, tierra nuestra y ajena!
 Si hoy es tu cumpleaños:
 Que haya mucho amor y suerte,
 A todo aquel que nació una vez en el mundo.
 Te deseo felicidad por mil años,
 ¿Pocos?  Agreguemos calidez y corazón:
 Que este día continúe para siempre.
 Que, como el aire, el fuego y el agua,
 ¡El mundo nunca volverá a desaparecer!
 Sé feliz, alegre y saludable...
 Todo comienza con una palabra amable.


EXCEPTO TÚ...

Destrocé todas tus fotos.
Pero eso no ayudó: me acordaba de ti.
Me fui a tierras lejanas y nunca regresé.
Pero eso no ayudó: me acordaba de ti.
Pasaba el tiempo con otras, y me amaban.
Pero eso no ayudó: me acordaba de ti.
Me emborrachaba hasta morir: como un caído, como un degradado.
Pero eso no ayudó: me acordaba de ti.
Me casé, tuve hijos, me hice hogareño.
Pero eso no ayudó: me acordaba de ti.
Me estoy haciendo viejo. Todo desaparece de la memoria.
Todo.
Excepto tú.


DUENDE DE LA CASA

Detrás de la ventana los ruidosos
Arces de la infancia pierden sus hojas.
Un duende vive en esta casa,
Aunque se desconoce su apariencia.
Lo recuerdo hasta ahora (así los arabescos
se deslizan sobre el agua):
Por las noches le gustaba mover las cortinas Para sorprenderme a mí y a mis hermanas.
Hecho un ovillo se metía a la cama, 
Сomo las sombras, corría por las paredes…
Los niños han crecido. 
La casa está más vacía.
Solo el viento permaneció eterno.
Nunca estaremos reunidos de nuevo.
Pero sigue despierta por la noche 
Mi madre querida. Camina por nuestro Hogar, confiando en el duende de la casa.


*Eldar Akhadov nació en 1960 - miembro de la Unión de Escritores de Rusia, Azerbaiyán (miembro honorario) y de la Unión de Escritores del Sur de Rusia (Odessa, Ucrania), miembro de PEN Internacional, Sociedad Geográfica Rusa, Asociación Mundial de Científicos Azerbaiyanos (DAAB), Copresidente del Consejo Literario de la Asamblea de los Pueblos Euroasiáticos y Africanos, jefe del Consejo de Coordinación de la Organización Mundial de Escritores, autor de 96 libros en azerbaiyano, inglés, español,  Italiano, chino, ruso y serbio.  Autor de libros sobre toponimia turca de Eurasia, prosa y poesía sobre Azerbaiyán, Siberia y el Extremo Norte.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

"La mirada roja" poemas de Katherine Wiedemann Rico


LA MIRADA ROJA
 
Que ya te advertí, cariño:
¡te vas a quemar!
Sabrás qué se siente ahogarse en mi aliento
cuando surque cada poro insaciable de tu piel.
 
La incineración de tu adicción al cuerpo
Se quedará sin rastro cuando me pienses.
La noche reducirá tu imaginación a polvo.
Tomaremos la forma de la nada,
que no necesita avivarse con calor.
 
Mi interior expide bocanadas de ti,
como tu boca habla de aquellas partes de mí
que se elevan,
exponiendo cada fibra sensible a la humedad.
 
El tímido aullido que te invade
cuando las maderas arden
conserva la mirada dominante
de la infidelidad perpetua.
 
El instante se inmortaliza
sobre la tierra fecunda del orgasmo.
La respiración se desvanece sobre ceniza.
La danza lujuriosa del fuego
se rehúsa a consumirse.
 
Las manos juegan
a acariciar las placenteras quemaduras
que ha dejado el roce de los cuerpos.
 
La mirada roja,
la pupila incandescente,
la dicha de morir en el deseo.

 
¡A RUGIR!
 
Que susurros, los de la naturaleza…
Susurros que, con el viento,
viajan a través de mi aliento.
Susurros que me envuelven suavemente
y me elevan al firmamento.
 
Soy de la familia del susurro.
Soy ave que vuela libre
entre corrientes humanas y celestes.
Mi brújula es el canto de las aves.
El lenguaje del Gran Misterio
se encripta en el vacío del movimiento.
 
El susurro se transmuta en rugido
para despertar a la Diosa Creadora.
 
El rugir del fuego
calienta el legado de los abuelos.
El rugir del mar
purifica la célula,
develando la pulpa de la existencia.
El rugir de la tierra
libera la semilla secular
mientras la potencia con su canto embrionario.
El rugir del aire
despierta las ramas
al sentido inmaterial de la existencia,
mientras algunas hojas
se entregan al renacer de la nueva humanidad.
 
Somos susurro.
Somos ave.
Somos semilla.
Somos hoja.
Somos ciclo…
 
Así que arde.
Muévete.
Siémbrate.
Elévate.
Renace…
 
Ruge. Ruge. Ruge.
Ruge. Ruge. Ruge.
Ruge. Ruge. Ruge con tanta fuerza,
hasta que la vida
te preste el último aliento.

 
EL SONIDO DEL VIENTRE

Soy la mujer que mira hacia adentro… 
porque puedo entrar y puedo salir en el reino de la muerte.”
— María Sabina
 
Mi útero cascabelea
y resuena con el universo.
Su sonido, en clave elevada,
invoca a la lluvia:
lluvia de sangre
que purifica su herencia.
 
Llueve la luna dentro de ella.
Mi útero cascabelea,
anunciando la llegada del Mesías.
 
La Diosa de la Muerte
se viste de rojo
para recibir la luz del renacer.
 
La serpiente
atraviesa su tierra fecunda
y asoma la cabeza.
Termina su recorrido
tragando su cola
e inicia un nuevo ciclo inmortal,
al ritmo del pulso
que nace en el útero
y no en el corazón.
 
 
*Katherine Wiedemann Rico (Colombia, 1993). Poeta, psicoterapeuta, conferencista y especialista en Gerencia de la Salud Ocupacional. Participó en el 33.º Festival Internacional de Poesía de Medellín (2023) y ha sido poeta invitada en el Encuentro Internacional de Poetas al Viento – Corporación Cultural, en sus 7.ª y 8.ª ediciones (2023 y 2024). Estuvo presente en el Festival de Poesía de Marinilla Apalabrar, en su tercera edición (2023); formó parte de los Escritores Incógnitos de Comfama en la Fiesta del Libro y la Cultura (2023), así como del programa Voces Emergentes de las bibliotecas del Metro de Medellín (2023).
Ha realizado talleres de poesía para varias bibliotecas del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín (2023 y 2025), y participó en la lectura de poemas de la 17.ª Parada Juvenil de la Lectura (2025), con el colectivo Nuevas Voces.
Ha intervenido en diversos recitales organizados por el Movimiento Poético Mundial (WPM) entre 2023 y 2025. Fue entrevistada por la revista árabe PW Al-Nasher Al-Usboei (2023), y por La Esquina Radio en los programas La litera: letras que se cosechan en los territorios (2023), Medellín es un poema (2024), y en la Lectura de poemas en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura (2024).
Publicó el libro de poemas Del alma al papel (2023), una obra fiel a su íntima conexión con lo místico, la contemplación y la búsqueda estética del habitar el universo y sus múltiples expresiones.

jueves, 18 de septiembre de 2025

"Pobre vieja" poemas de Lautaro Rivara

Pobre vieja
 
Mi abuela ya no da más,
pobre vieja.
Anda más cerca del polvo que de los terrones de azúcar,
más cerca del humus que de los malvones.
Uno a uno van despegando
sus puentes levadizos,
uno a uno van suspirando
los grandes candelabros.
La sangre se le está llenando de algas,
pobre vieja.
Sus manos de enfermera,
apenas si parecen un racimo
de arterias infinitas.
Pequeñas lagañas
hacen el amor en sus ojos
mientras el cáncer
la crea y la aniquila sucesivamente.
Al lado de su cama
duermen uno o dos fantasmas virreinales.
Ahora mismo,
o quizás como siempre,
mi abuela recuerda solo lo que quiere.
Mi abuelo,
muerto hace ya 32 años,
espera.
Y ella, en su fábula neurótica,
pronto entrará a la muerte por la gran puerta,
y será pura lumbre,
y se verá en el espejo como una grandiosa Evita,
y lo verá a mi abuelo vestido de coronel,
soberbio y entrador.
 
Pero tras el umbral solo espera en realidad
un melancólico laburante,
pobre y bueno,
con una mano hecha un callo desnudo,
y arrastrando en la otra
una bolsa sucia de arpillera.
Pobre vieja. 
Del libro La sarna de los justos (Malisia, 2016)
 
 
Mientras haya una estrella en el cielo
 
Soy gitano andaluz, romaní de los balcanes,
negro calé, gypsie irlandés,  
zíngaro intocable, indio-pakistaní.
Soy gitano, errante y vagabundo,
nómada sin rumbo,
o eso es lo que dicen de mi.
Pero no soy yo el sin patria.
Cuando ustedes partieron sus porciones,
ya estaba fumando mi pipa por los treinta y dos rumbos,
así como soy, polizón del orbe.
Y cuando la falsa escuadra otro corte señale,
aquí seguirán mis piernas arqueadas de lomos de caballo,
mi entrepierna dura,
mi faldón cruzado,
mi pañuelo cinchado a la gran carreta del mundo.
Soy gitano, supersticioso e infiel,
pagano sin ley,
o eso es lo que dicen de mi.
Pero así como soy,
mi superstición es una fe ritual, salvaje y sin molduras.
Cultivo símbolos:
el azar y sus azares,
la familia y sus calores,
y mis muertos,
dioses cercanos que enterró el hortelano entre la grama.
Tiro cartas, fumo inciensos, adolezco de amores,
lamentos le arranco a las guitarras y los acordeones.
Y cuando nada de eso alcanza,
estacas desclavo y tramonto caravanas.
Soy místico, soy ético, familiar y atávico,
y sus recelos me valen un maravedí.
Soy gitano, rústico y ladrón,
artista de malas artes, mañoso de toda maña,
o eso es lo que dicen de mi.
¿Escandaloso? El silencio.
¿Ignorante? El que desconoce los caminos trenzados.
¿Ladrón? El que no troca. 
Mientras haya una estrella en el mundo,
seguiré buscando, seguiré buscando, si.
Y cada vez que llegue a un poblado
y una mano de payo me señale como forastero,
diré en buen romaní:
-apenas si estoy volviendo, yo ya estuve por aquí-.
 
Inédito
 
Cantan
 
Siempre están cantando.
Cantan para comer. Cantan para amar.
Cantan para luchar. Cantan para dormir.
Cantan para creer. Cantan para morir.
Cantan para parir. Cantan.
Siempre cantan.
 
Los niños, naciendo, también cantan.
Cantan en la siembra.
En la cosecha cantan.
Cantan para mecer las cunas y también las barcas.
Cantando ven crecer los platanares.
Cuando sorben el café cantan.
Cantan los católicos, cantan los evangélicos,
cantan los escépticos, en el vudú cantan.
 
Cantan los negros, cantan los mulatos,
cantan los rojos, los azules también cantan.
Cantan en las bienvenidas, en las partidas cantan.
Cantan los niños, los animales cantan.
No cantan los muertos,
solo por respetar a los que cantan.
 
Cantando desgranan el maíz
y limpiando el arroz cantan.
Cantando levantan casas
y para desbrozar los campos cantan.
Cantan en la cuaresma
y comiendo carne cantan.
Cantan, siempre cantan.
 
Porque todo pasa,
pero el canto queda flotando
como una mota de polvo
bajo un sol que también canta.
 
Del libro Ayibobo! (Abisinia, 2024)
 
Cántaros
 
Si es el mismo amor,
¿por qué me obligan a depositarlo
en dos cántaros distintos?
Un cántaro no tardará
en volcarse contra el otro
y hacerlo añicos
y escurrir todo este amor desperdiciado.
 
 
Del libro Ayibobo! (Abisinia, 2024)


 *Lautaro Rivara. Nació en Mar del Plata, Argentina, en 1991. Vivió en Haití entre 2018 y 2020. En la actualidad reside en México. Poeta, periodista, editor, investigador y profesor universitario. Licenciado en Sociología y Doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Postdoctorante en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha escrito sobre buena parte de los países de América Latina y el Caribe. Varias de sus crónicas se publicaron en el libro «Internacionalistas» (Instituto Tricontinental, Batalla de Ideas, 2023), libro que co-coordinó. Escribió tres poemarios: Lo feo también ama, La sarna de los justos (Malisia, 2016) y Ayibobo! (Abisinia Editorial, 2024). Fue galardonado en 2009 con el segundo premio del XXXVI Certamen Literario de Cheste, en España, y en 2025 con el Premio Internacional de Poesía Mahmud Darwish, en Colombia. Co-coordinó el taller literario “Los siete locos”. Ha participado en distintos eventos literarios de Argentina, Venezuela y Colombia. Administra el blog todoslospuentes.com