Ver una entrada al azar

viernes, 29 de agosto de 2025

"Intercambio" poemas de Sophia Jamali Soufi


Intercambio

 

Tus ojos

miles de palabras no dichas

miles de poemas no escritos

miles de secretos enterrados

Tu mirada, el toque del fuego

muerte y vida

principio y fin

Tus labios

una fruta prohibida

un beso crudo

me arrastra al infierno por la eternidad

Y yo, cada día

me rindo a tu tentación …

 

Prohibido

 

Amarte es un pecado oculto

Cada noche

En mi soledad, me siento a contemplarte

Mi alma se hace pedazos mil veces en el deseo por tu cuerpo

Ríes

Tus labios son el rojo de las cerezas

Y yo

Muero en silencio de envidia por este momento

Tengo miedo

Tengo miedo de olvidar

Del día en que tu rostro sea borrado de mi mente

Tengo miedo

De las noches frías

De la soledad

Estoy perdido

en busca de un toque

y tú eres libre

en el abrazo de la lujuria

Mi corazón es un pájaro herido

Que aletea en mi pecho para verte

Y está condenado

Al amor oculto

A contemplarte desde lejos

A una tristeza sin fin…

 

Postal

 

Desde lejos, te observo

Como una luna oculta

Llena de luz

No eres consciente

De un corazón cautivo a ti

La distancia es una montaña entre nosotros

Yo estoy aquí

Tú estás allá

Este secreto oculto

¿Hasta dónde?

¿Hasta cuándo?

¿Hasta la tumba?

Quizás no lo sepas

Un corazón late así por ti

Con anhelo

Con alegría

Desearía poder superar todas las distancias

O que hubiera esperanza en este camino ciego

Pero de qué sirve…

Es una fantasía inútil

Un sueño lejano

Estás embriagado con tu mundo

Y yo estoy aquí

Herido y paciente…

 


*Sophia Jamali Soufi. Nacida en 2001 en Rasht, Irán. Experta en arquitectura, diseñadora de moda y fundadora de la marca de ropa Leo. Poeta y escritora iraní. El idioma principal de sus poemas es el persa. Se han publicado en Irán dos libros de sus poemas en persa. Sus poemas han sido traducidos al español, portugués, italiano, francés, inglés, alemán y turco, y publicados en revistas y sitios web literarios.

jueves, 28 de agosto de 2025

"Herencia" cuento de Alberto Gómez

_¿Hasta cuándo tendremos que esperar?, ¿Acaso no se piensa morir?

_Tranquilo Papá, ten paciencia.

_Hijo, si seguimos así nunca vamos a recibir lo que nos corresponde por derecho, algo debemos hacer o nunca heredaremos su fortuna.

_El abuelo no va a vivir eternamente, aunque eso es lo que parece. Ya está viejo, es cuestión de tiempo.

_O hacemos algo o nos quedamos sin dinero…

_Papá, te dije que te tranquilizaras, ya estoy tomando cartas en el asunto.

_¡Pero qué dices!, ¿Acaso lo irás a matar?

_Claro que no, bueno al menos no directamente.

_Por Dios explícate.

_Te cuento: visto que hemos esperado por años y el abuelo nada que muere, decidí, suministrarle el llamado "polvo de la herencia", ¿Sabes qué es?

_Pero que tonterías dices, ¿Qué diablos es eso?

_Es arsénico, y ese eufemismo se usaba en otra época, cuando era necesario acelerar la muerte del patriarca familiar para poder heredarlo.

_¿Alguien más sabe de esto?

_Todos en la familia, o ¿acaso crees qué somos los únicos desesperados? Mis tías y mis primos están tan ansiosos como nosotros.

_Pero te vas a meter en problemas.

_En lo absoluto, no deja rastros, es inoloro e insaboro, además se lo he estado dando en todo lo que bebe desde hace un par de semanas, y el muy tonto no se ha dado cuenta.

_¿Acaso no has notado que últimamente está más débil, su semblante está más pálido y se nota más cansado?

_No te has dado cuenta que su piel muestra signos de estar enfermando, pues ya falta menos.

_Si, tienes razón, pero ¿Cuánto tiempo le queda antes de, tú sabes, dejarnos su herencia?

_Es difícil saberlo, pero la semana próxima es su cumpleaños número 80, y el muy tonto quiere hacer una fiesta "en familia" para compartir con todos.

_Si supiera como lo detestan.

_Ese día le daré una dosis más fuerte y diremos que la emoción de su cumpleaños lo acabó, y listo, problema resuelto.

Pasada una semana todos asistieron al cumpleaños del abuelo, este se veía muy débil y tenía que caminar ayudado, se sentó a la cabecera de la mesa.

Su nieto se levantó y pidió a todos levantar sus copas en un brindis por la salud del abuelo a viva voz dijo:

_Brindemos por la salud del abuelo y porque viva muchos años más.—Sin ningún reparo, dibujó un gesto de malicia en su cara que todos aprobaron en silencio.

El pobre anciano no tenía fuerzas para levantar su copa... O al menos, era lo que todos pensaban.

De repente los asistentes comenzaron a sentirse mal, mareos, náuseas, fuertes dolores estomacales, algunos comenzaron a vomitar sangre.

En ese momento el anciano se levantó, mostrando una vitalidad que no se le veía en años, tiró su copa al suelo y a una señal suya se le sirvió vino de otra botella.

_Gracias a todos por venir y por sus buenos deseos. ¡Feliz y dolorosa muerte!

Fin

*Alberto Gómez (44 años) es un escritor venezolano radicado en Ecuador. Ingeniero de profesión y lector apasionado, encuentra en la escritura un espacio de expresión y creatividad. Escribe por afición, movido por el placer de contar historias y explorar ideas a través de las palabras.

miércoles, 27 de agosto de 2025

"Colour of the sun" poemas de Keshab Sigdel



CIVILITY

The restaurant tables were empty
Except the sugar-pots and thin layers of dust on them.
Few house-flies used liberty to swirl around
And occasionally landed on the table to toss their ‘mouths.’
For me, it was enough to smile all alone!

Oh, sorry… I didn't notice them,
They’re already seated on the chairs.
Sorry, I didn't really hear them talking;
Probably, it wasn't the right time to smile.
But unfortunately, I did it.

And they stared, and frowned at my incivility.
They pulled out the napkins, then sneezed and coughed,
And bruised their noses in the best civility possible.
I hate Kathmandu. I too hate it.
They were cursing the dust, which they think
Is solely responsible for their misery.
I was really sorry for them.

That was not the last meeting anyway,
There were occasions when we met again.
Every time we met thereafter,
I was conscious not to smile
But would pull out a napkin, and sneeze in civility!


CIVISMO

Las mesas del restaurante estaban vacías,
excepto por los azucareros y una fina capa de polvo.
Unas pocas moscas domésticas usaban su libertad para revolotear
y, de vez en cuando, aterrizaban en la mesa para rozar sus "bocas".
Para mí, eso bastaba para sonreír a solas.
Oh, lo siento… no me di cuenta,
ya estaban sentados en las sillas.
Lo siento, en serio, no los escuché hablar;
quizá no era el momento adecuado para sonreír.
Pero, desafortunadamente, lo hice.
Y me miraron, frunciendo el ceño ante mi falta de civismo.
Sacaron las servilletas, luego estornudaron y tosieron,
y se restregaron la nariz con la mejor educación posible.
Odio Katmandú. Yo también lo odio.
Maldijeron el polvo, convencidos de que
era el único culpable de su desgracia.
De verdad, lo sentí por ellos.
No fue nuestro último encuentro, de todos modos.
Hubo ocasiones en que volvimos a vernos.
Y cada vez que nos cruzábamos después,
me cuidaba de no sonreír,
pero sacaba una servilleta
y estornudaba con civismo.


COLOUR OF THE SUN

My daughter is busy colouring her thoughts
The fingers restlessly
Move across the drawings
On the card board paper.

“What is the colour of the sun?” she fumbles–
Yellow, orange, or crimson red–
Who knows it? The colour of the sun?
She takes a colouring pencil, and before she fills in
The colour, she tries to sharpen the tip of the pencil;
The tip breaks again and again...
And it only sharpens her nerves.

Irritated, confused,
She raises her head, and slowly, turns it a little right,
And gives a puzzled look at me,
Her eyes are enough to tell what she feels
About me; But I have never coloured
A sun, you know! I have never felt it closely
To know its colours. At times,
I have hated the irresistible heat, or
Its absence too. But colours?
Does the sun have a colour at all?
With my little daughter, the sun smiles, and how
Do I tell what colour is the smile?

It’s raining heavily outside, and inside
My conscience erodes to create a grim, bleak lake
That receives the reflection of the sun.
What colour is the sun in the lake?
The colour of my mind, probably.

To my daughter, I just said—
Paint your own sun, dear!


EL COLOR DEL SOL

Mi hija está ocupada coloreando sus pensamientos.
Sus dedos, inquietos,
se deslizan sobre los dibujos
en el cartón.
“¿De qué color es el sol?”—pregunta, dudosa—
¿Amarillo, naranja o rojo carmesí?
¿Quién lo sabe? ¿El color del sol?
Toma un lápiz de color y, antes de rellenar
el dibujo, intenta afilar la punta;
pero se rompe una y otra vez…
Y solo afila su impaciencia.
Irritada, confundida,
levanta la cabeza, gira lentamente hacia la derecha
y me mira, desconcertada.
Sus ojos bastan para decirme lo que siente
sobre mí. Pero yo nunca he coloreado
un sol, ¿sabes? Nunca lo he sentido de cerca
para conocer sus colores. A veces,
he odiado su calor insoportable,
o también su ausencia. Pero, ¿colores?
¿El sol tiene color realmente?
Con mi pequeña hija, el sol sonríe, pero
¿cómo decirle de qué color es una sonrisa?
Fuera, llueve intensamente, y dentro de mí
mi conciencia se desmorona, formando un lago sombrío
donde se refleja el sol.
¿Qué color tiene el sol en el lago?
El color de mi mente, quizá.
A mi hija solo le dije:
—Pinta tu propio sol, cariño.


OF MY POETRY CLASS

Today, as every previous-year’s day,
I’ll meet a new batch of students
In my poetry class.
May be I‘ll talk to them on Chaucer
On how he’d
democratically portrayed his characters
Or, may be, I’ll, as always,
Romanticize Ginsberg as a Hippi-hero
And elaborate his experiments with sex and drugs;
Or, I may be overtaken by the personal life of Yeats
By failures of his love life
More than the philosophical visions in his poems.

They’ll have expectations
And may end in impressions;
I’ll also have expectations
But I’ll need to continue on those impressions,
The way I’ve been doing these many years.

In the classroom
They’ll be my students
Or, I will be their teacher, by reciprocation.
Very consciously, we’ll build and maintain the distance
Of our being—as a teacher, as students.
Each day, we’ll interact with each other
Through faces-- foamy smiles this time, and frowns at other times.
In the turn of the year, before my poetry classes end
These new faces will soon be registered as ‘gold-old batch’
And I’ll be left to expect new faces again.

At this moment of thought, as always,
I am drawn back to the same question:
With these fleets of fancy-fiery faces,
(As a new teacher to these new students),

Am I simply rehearsing to keep time away?


DE MI CLASE DE POESÍA

Hoy, como cada año pasado,
conoceré a un nuevo grupo de estudiantes
en mi clase de poesía.
Quizá les hable de Chaucer,
de cómo retrató a sus personajes
con una mirada democrática.
O tal vez, como siempre,
romantice a Ginsberg como un héroe hippie
y detalle sus experimentos con el sexo y las drogas.
O puede que me absorba la vida personal de Yeats,
más por los fracasos de su amor
que por las visiones filosóficas en sus poemas.
Ellos tendrán expectativas
y quizás terminen con impresiones.
Yo también tendré expectativas,
pero tendré que seguir construyendo sobre esas impresiones,
como lo he hecho durante tantos años.
En el aula,
serán mis estudiantes
o yo seré su profesor, por reciprocidad.
Conscientemente construiremos y mantendremos la distancia
de lo que somos: un profesor, unos estudiantes.
Cada día nos relacionaremos
a través de los rostros—sonrisas efímeras a veces,
ceños fruncidos en otras.
Cuando el año termine y mi clase de poesía llegue a su fin,
estos rostros nuevos quedarán registrados como "la vieja y dorada generación",
y yo me quedaré esperando nuevos rostros otra vez.
En este momento de reflexión, como siempre,
vuelvo a la misma pregunta:
con estas oleadas de rostros apasionados y fugaces,
(como un nuevo profesor ante nuevos estudiantes),
¿Estoy simplemente ensayando para alejar el tiempo?

Traducción al español: Johanna Carvajal Arboleda

*Keshab Sigdel (Nepal) Es un poeta, editor, traductor, activista y académico nepalí. Nació el 4 de abril de 1979 en Mainapokhar, Bardiya, en la región occidental de Nepal. Es autor de Samaya Bighatan (Dissolution of Time, 2007) y Colour of the Sun (Poesis, 2017). Ha editado Madness: An Anthology of World Poetry (RedPanda Books, 2023), una antología que reúne a 297 poetas de 101 países y territorios. También editó An Anthology of Contemporary Nepali Poetry (Big Bridge, 2016), una colección de poesía contemporánea nepalí.
Su trabajo más reciente como traductor, Shades of Color (Nepal Academy, 2021), es una colección de poesía indígena de Nepal. Además de poesía, escribe ficción, ensayos literarios y obras de teatro. Es editor de Poetry Planetariat, una revista global de poesía publicada por el World Poetry Movement. También fue coeditor de Of Nepalese Clay, la revista literaria de la Society of Nepali Writers in English, y de Rupantaran, una revista de traducción publicada por la Nepal Academy.
Sigdel enseña ‘’Poesía y Literatura de Guerra, Conflicto y Trauma’’ (Poetry and Literature of War, Conflict and Trauma) en la Universidad Tribhuvan de Katmandú. Además, es un activista comprometido con los derechos humanos, con una amplia trayectoria en educación en derechos humanos, incidencia política ante el gobierno nepalí y organismos internacionales. Su activismo le ha llevado a ser arrestado en múltiples ocasiones.

martes, 26 de agosto de 2025

"El recorrido de mi lengua" poemas de Mariana Victoria Fernández


Fantasía I
 
En esta ausencia forzada
Ebria de puro deseo
Cierro los ojos y vuelvo a ver
-trémulo ensueño-
Destellos de lo que pudo ser  o no ser
Al calor de una tarde de octubre
Una mano morena oprimiendo un pecho
Una lengua tibia humedeciendo un cuello
La lluvia de plata deslizándose
Por una espalda que tiembla
-sudor con sudor-
La carne ardiente, temblorosa
Dentro de la carne
Empujando, a veces tierna
A veces violenta
Arriba abajo    arriba abajo…
Un grito, un gemido ahogados
Al calor de esa siesta en primavera
Y luego la oscuridad necesaria
Para que la danza de esos cuerpos
Vuelva a vibrar otra vez.
 
 
Fantasía V
 
Primero fue un dedo
Punzando el costado terso
De mi cuerpo
Luego una mano abierta
-dos dedos, tres, cuatro…-
Sujetando mi cintura
Atrayéndome hacia vos
Luego fue el aliento
Un tanto pesado
Por el calor del encuentro
Un brazo rodeando un cuerpo,
Ciñendo con ímpetu
Dando rienda suelta
A ese abrazo soñado
Más tarde, la sumatoria
De la carne
La fusión de los sentidos
Los ojos cerrados
Las bocas abiertas
El último suspiro


El recorrido de mi lengua
 
El recorrido de mi lengua
-el que te deja sin aliento-
va subiendo, bien despacio
                        Lento, aún más lento
Va subiendo por tu piel
                        ardiendo
                        consumiendo
Se detiene y juguetea en las venas
                        más oscuras
Sube bien arriba
La lengua, húmeda
se enrosca, se extiende
                        encendida
apasionada
Hasta llegar a lo más alto
Allí, donde se queda
finalmente, dormida.


*Mariana Victoria Fernández es Licenciada en Periodismo y Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. 

lunes, 25 de agosto de 2025

"Un complicado resumen" poemas de Gustavo Barrera Calderón


Un complicado resumen 
 
Si enfrentamos una
palabra con otra 
es inevitable que
exista una tercera  
palabra que las
relacione 
 
Lo mismo sucede con
las noticias 
cada noticia es un
resumen perfecto 
de todas las demás
noticias 
lo que se esconde es
un hilo transparente 
que puede encerrar
todo un universo 
en un sistema de
relaciones invisibles  
 
Si observamos
detenidamente los sucesos del día 
estos parecen
coincidir con todos los aspectos  
de una vida llena de
sucesos que pueden ser 
largos o cortos,
urgentes o imaginarios 
 
Cada suceso puede
ser comprendido como un complicado resumen 
o bien puede ser
percibido como un rastro o como una huella  

Perdida 
 
Entre el dolor de la
pérdida 
Y la pérdida del
dolor 
Un crucigrama 
 
Pequeños recuerdos como pequeños cubos de hielo 
 

La ilusión 
 
dejo pasar 
tu lengua y tu mirada 
para que creas que
conoces  
algo
de lo mío 

Mientras almorzaba escuché una conversación 
 
Gracias a ella supe
que la carne que había en mi plato 
era del mismo
material de la carne que formaba mi cuerpo 
y pertenecía a
animales muertos  
vacas pollos cerdos 
hasta entonces no
había pensado en la palabra “carne” 


*Gustavo Barrera Calderón (Santiago, 1975). Poeta y licenciado en arquitectura por la Universidad Católica de Chile. Dirigió talleres literarios para creadores jóvenes en la Corporación Cultural Balmaceda 1215 y talleres para escolares becados por el Programa de estudios y desarrollo de talentos académicos de la Universidad Católica de Chile. Trabajó como investigador en la catalogación del Legado de Gabriela Mistral donado por Doris Atkinson a la Biblioteca Nacional de Chile y en el comité editorial de la Obra Reunida de Gabriela Mistral, publicada recientemente por las Ediciones de la Biblioteca Nacional de Chie. Entre otros títulos ha publicado Exquisite, Adornos en el espacio vacío, Creatur, Cuerpo perforado es una casa, Inmuebles, Obra y Un Libro que no existe.