"Textos desde la Sombra" Cuento de Dario Amaral

“TEXTOS DESDE LA SOMBRA”

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EPISODIO DE LA SOMBRA

        - ¡No es justo!-  le reclamó cierto mediodía la sombra. No es para nada justo que dependa siempre, en todo momento, de tu voluntad y capricho…

        - ¿Y que sería justo para tí amiguita?- le replicó el inquisidor, aminorando su paso para escucharla mejor.

        - Justo sería que me dejaras, de una buena vez, en libertad. ¡Ya estoy harta de acompañarte a tantos horrores!- susurróle entonces aquella oscuridad.

        - De acuerdo. Únicamente porque durante todos estos años no has hecho más que serme fiel como nadie, cederé a tu petición.

        -¡¿En verdad lo harías?!- dijo desbordada de felicidad la sombra.

        - En verdad- replicó el inquisidor. Y la sombra pudo percibir, en su esencia renegrida, las palpitaciones aceleradas de aquel hombre que denotaban que no le mentiría.

         Las volvió a escuchar por última vez, hasta que se silenciaron, cuando, por alguna razón, ambos fueron sepultados vivos.

         Desde entonces, por más que la sombra cree seguir perdurando en la vasta penumbra de su tan ansiada libertad, ninguna otra sombra ha osado rebelarse ante su amo y señor. 

        

-2-

MÁS QUE SOMBRA, LA DEL GALLO

      Su nuevo amo lo rescató un mediodía, tembloroso y casi muerto a picotazos, del cagado suelo del gallinero cuando apenas era un polluelo. Le habían comido un ojo.  

     -De aquí en más serás mi sombra- le aseguró el demonio en tanto lo sanaba con sus babas en medio de las tinieblas. Y el ensangrentado animal, al sentir que sus fuerzas retornaban, lo miró con su único ojo como si estuviese de acuerdo.

      Cuando llegó el día de los difuntos, y el demonio rebosaba de felicidad, se volvió entonces hacia su alada sombra y le dijo: -Bueno,¿y ahora qué se te antoja?

      Durante un año la sombra de la peste carcomió sin tregua las carnes, picos y plumas de cada ave de corral en la tierra. Y como el demonio no quizo ser menos, arremetió cubriendo de lepra los cuerpos de los hombres que se encontraran cerca.

      Únicamente las brujas centenarias dilucidaron el oscuro mensaje y, de ese modo, consiguieron redimirse y salvar sus vidas sacrificando multitudes de niños y de gallos blancos.

       Por eso, cuando pasan por un gallinero, las ancianas de la aldea aseguran que, “es menos sedicioso un gallo blanco a la luz del día, que otro, sombrío como la muerte, a las espaldas del diablo”.

-3-

NOCHE DE SOMBRAS

       En el tramo comprendido entre la plantación y la iglesia se le habían destartalado las sandalias que su hermano Denver le había obsequiado en su vigésimo cumpleaños. Ahora tenía casi treinta y se encontraba extenuado y descalzo sobre la piedra de entrada a la casa de dios al anochecer.

     Sintió el griterío entremezclado con los relinchos de los caballos aproximándose por el bosque y decidió entonces ingresar. Ni bien atravesó el atrio, apenas iluminado por las velas semiconsumidas, descubrió que el sacerdote que lustraba con el pañuelo uno de sus zapatos apoyado sobre el banco que el padre Simo solía utilizar como tarima en su misa, era nuevo y no era de color.

     -¿¡Dónde está el padre Simo!? - atinó a preguntar temeroso.

     -El padre Simo fue removido, hijo.¿En qué otra cosa puedo serte útil? Ya es de noche y me disponía a atrancar la puerta.

     -Aunque todavía no sé bien lo que he hecho de malo, un grupo de hombres viene tras de mí para asesinarme. ¡Ayúdeme por favor, padre! ¡Ocúlteme en alguna parte del templo y diga que no me ha visto! Usted es un sacerdote blanco y le creerán.

     Cuando la aglomeración de encapuchados blancos apareció finalmente de entre los árboles montados en sus caballos con antorchas, cuerdas y rifles, un viento norte sopló sobre las velas del atrio oscureciéndolo.

     -Eres muy valioso para dios, hijo, pero también lo eres para satán- sentenció el cura antes de dejar al zambo del otro lado de la puerta.

 La entreabrió una última vez para espiar al Ku Klux Kan marchar con aquella sombra abatida.

                                                                                                                                                               

*Darío Amaral, Rocha-Uruguay. Realizó estudios literarios en el Instituto de Profesores de Artigas de Montevideo (IPA); estudios en Educación Común y Especial en el Instituto de Formación Docente de Rocha (IFD); participó en seminarios y talleres de escritura; se ha involucrado con la prensa escrita, televisiva y radial. Sus cuentos y artículos han sido seleccionados en varias antologías y medios gráficos de Uruguay, España y Argentina. Libros publicados: “Los Trabajadores Cuentan”, Editorial 1º de Mayo, Montevideo 2014; “Cuentos de Felisberto Hernández”, MEC, IMR,2014; “El Estampido de la Entraña Oriental”, Irrupciones Grupo Editor, Montevideo 2018.; “Confesiones de un Oriental Cuerdo en Desacuerdo”, Irrupciones Grupo Editor, Montevideo 2019.

Reconocimientos: 1991, 1° premio concurso de poesía en el liceo en que cursa; 1994, 1° premio concurso “Jornadas Carolinas” de la ciudad de San Carlos; 2002, 1° mención concurso literario “Me Siento Rochense” organizado por el Colegio San José de Rocha; 2003, 1°premio concurso de poesía del Instituto de Formación Docente en que cursa; 2014, 1° mención “Concurso Internacional Club de Leones de Rocha” en la categoría ciencia ficción; 2014, 2 mención y publicación antológica  “Concurso de Cuentos Felisberto Hernández”  organizado por el Municipio de Rocha; 2014, premio y publicación antológica “Concurso Editorial 1° de Mayo” Montevideo; 2016, Finalista del II  Certamen Literario Internacional de la Fundación Somos; 2017, Finalista Concurso Español de Micropoemas “Primavera de Sueños”; Finalista Certamen de Poesía de San Isidro Labrador en España; Finalista y publicación antológica I Concurso Literario “Lluvia de Versos”, publicado en España. Actualmente ejerce la docencia en una escuela de educación especial.