Ver una entrada al azar

miércoles, 3 de junio de 2020

"Hora equivocada" Poemas de Angel Acecam Cloneoser




Medusa

Entre los infiernos de mi soledad
sueles esconderte,
apaciguando mis ganas de llamarte
me seduce el olvido
que se cuela entre
demonios,

¿Dónde aprendiste a jugar así?
Siento desfallecer
atado al sino moribundo
que borra Mis huellas
de tu áspera
piel blanca,

tú, miras detrás de satanás
tus sucios deseos convertirse
en mi dolorosa realidad,
¡Moriré! Sonríes tomándolo de la mano
mientras mis querubines tratan de levantarme
de mi lecho mortecino,

¿Escuchaste mis plegarias?
Cientos de bolseritos
tejieron un aposento par mi alma
con musgo y ocochal
para que duerma en la suavidad
de sus complacencias,

asi no llegara al hades
precipitada por tu desamor,
en la aurora los gallos cantaran
mi despedida, como un himno
que suena a lamento de la natural
tierra que hambrienta espera mi cuerpo,

polvo inunda las lágrimas de mis deudos
que ojerosos despiden los recuerdos
que gritan tregua al tiempo,
madera y cristal engalanan
mi despedida al aposento
de mis huesos,

sucios intentos fallidos
por volver a mí el génesis
que late en mi sepultura,
entre ellos habitas
medusa de mi eterna soledad
y te escondes para asesinarme.


Hora equivocada

Esta noche nada late,
no late el viento arrebatado
que arranca las flores del cerezo,
no laten los ladridos de los canes
en la terraza del carnicero,
esta noche nada baila,
no bailan las luces de la plaza
que acostumbran en el quiosco,
tampoco lo hace el viejo reloj
de la iglesia con la musica del coro,

esta noche nada canta,
no canta el cucurri posado
en el pino que creció junto a mi casa,
ni las luciérnagas que vuelan alrededor
del camposanto como almas dulces
esta noche nada fluye,
no fluye la sangre de mi vida
que se escurre entre tus pies,
menos la inspiración del hades
que atormenta hasta llegada el alba,

esta noche nada llora,
no llora la mujer que busca a sus hijos
por donde nace el rio, ni el cielo con nubes cargadas
de lágrimas, esta noche nada duerme,
no duermen los párvulos cansados de tanto jugar,
mucho menos los caballos que no dejan de relinchar,
esta noche es diferente a otras, nació al meridiano,
y las aves de granja fueron a su gallinero
los borregos y los rumiantes a sus corrales,
pero la hora miente, es una noche prematura,

no es ensayo del tiempo,
es un dulce momento que atesora mi futuro,
azul cargando a cuestas la oscuridad
sin ser esclavo aun de su veleidad,
la noche se va así nadamas y el sol
al meridiano vuelve a despertar,
todos salen de su hogar,
solo han pasado unos minutos quizá
y así, el eclipse se despide
porque en mucho tiempo no volverá.


Madre

Échame en el seno de mi madre
apenas iniciada la primavera,
entre los surcos que los bueyes
y el arado forja en sus pliegues.

Cúbreme con su piel una vez dentro,
ahí, con sus caricias germinare pronto,
mis raíces le corresponderán en su alma
al amor que de ella emana cálido y en calma.

Mis besos saldrán de su vientre
largos como sus planicies y valles,
fuertes como sus robles y cerros,
profundos como sus cenotes y barrancos,

eternos como sus volcanes y peñascos,
y exquisitos como sus mares y dunas.
Ella, me regalara los frutos que nacerán
de mis propias entrañas y
yo los llevare al troje de mis complacencias.

Así, guardare mis memorias llenas de lodo y polvo
esperando volver a su seno para germinar de nuevo
y dar vida a las milpas con haba, maíz, avena o sorgo
y los árboles talados resurgirán con un bello vestugo.

Madre, amamántame con tu fértil amor,
llévame contigo y alivia de los abrojos el dolor
acarícialos también dentro de tu ser,
no podrías tener otro nombre que de mujer
porque en tu vientre la vida haces crecer.


Sal
  
Cada tarde apareces frente al inmenso
cementerio de tu alma placida,
ese, que se llevó al infinito a tu dulce amor
a naufragar desde hace un lustro,
la contemplas con rencor
mientras ella se acerca a posar
su espuma entre tus pies,
mezclas tus ausencias
que caen desde tus dilatadas pupilas
con su piel salada también
,
ambas doloridas con huellas de soledad tardía
y vacíos tan grandes que nadie puede llenar,
tu, esperando el milagro
que lejano se quedó hundido en el ancho
y profundo color azul,
que sometido a la tragedia
pereció anclado al lamento de sirenas
 y algas enamoradas de tu marinero,

tu, que sollozando caminas
por la arena que es testigo mudo
de la esquela que se aproxima
con las olas presurosas
para borrar tus pasos otra vez,
tu, que destrozada desde el alba
miras el horizonte esperando gaviotas
con buenas nuevas que alegren tu corazón,
pero sus graznidos funestos
solo te hunden más en la agonía,

en sus picos traen restos del naufragio
que aún no acepta tu soledad,
ella, cansada de ser solo silencio
se quiebra en gritos que no escuchas
y sigues llorando,
ella, quisiera encaminarte en una barca
 a la búsqueda de tu amoroso almirante,
desplegar las velas 
y navegar entre coral rosado
donde su reflejo aún permanece,

arrullarte con la canción  que el  cantaba  para ti,
ahora recitada por hermosas sirenas,
ella sufre tanto como tú,
por su soledad,
por tu odio,
por sus ausencias,
por el olvido que amenaza
a su arrebujado trovador en luna llena,
ahora mezcla tu sal y la de ella para unificar
el mar y la muerte.


Pintora

A Alfonsina Storni

Es preciso disipar la angustia
atorada en mi pecho
desde que te fuiste a colorear  el mar, 
divina pintora llevaste tus oleos
a la galería eterna,
ahí, dibujaras sus quimeras
que te pertenecieron desde la madrugada
de su primicia,
 hasta el ocaso de tu soledad infinita
por un momento,

azul y verde llevas en tus pinceles
listos para dar vida a la suave piel
de tu amante eterno,
celosa no llevas café ni dorado,
aquellos que engalanarían
a su fiel compañera y lo harían
olvidarse de ti,
ella, que gloriosa sabe los secretos
que esconde desde su brillante manto
donde juegan las gaviotas,
hasta su alma en penumbra
que iluminan especies fluorescentes,

ella, a quien con cada ola que llega a la costa
busca besar prometiéndole retornar
esas caricias por la eternidad,
ella, a quien con paciencia le canta
a través de una sirena
esa embrujada melodía
que lo enamorara inevitablemente,
lirios y peces multicolor
son sus mensajeros que te arrebatan
esos dulces sueños de tenerlo solo para ti,

llegado el ocaso como peregrino
sonrojara su rostro y pasado este,
en compañía de la luna llena
subirá hasta tus labios con la marea
y solo ahí podrás besarle,
así, en tertulia hablarle de tus amores,
después, entre reflejos como luciérnagas
te arrojaras a sus brazos
sin importarte que así perecerás.
Pintora;
es preciso disipar esta angustia atorada en mi pecho
y hundirla en el mar.

*Angel Acecam Cloneoser (Nicolás Romero, México) Es licenciado en administración, sus textos tratan principalmente de la muerte, la soledad, y el desamor, ha participado con poesía para las revistas, Nocturnario, Monolito, Engarce, Poetómanos, gaZeta, Ibídem, Letrantes, Primera Página, Collhibri, Tintasangre, Perro Negro de la Calle, también para editoriales como Elementum y Letras Rebeldes, así como en fanzines, actualmente cursa la maestría en tecnología educativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario