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miércoles, 17 de enero de 2024

"Sabor mortal" poemas de Mario Murgia

 
De Sabor mortal

 
Ricardo
(california en la bragueta)
 

Creo que me gustan
demasiadas cosas como,
por así indecirlo, los límites
serrados con que hieren muchas
hojas o los ojos negros de las moras
que sin parpadear me miran
múltiples —en tanto las acerco
ávido a la boca— con distorsiones,
como el universo que conforman
las visiones en la cabecita
de una mosca. Tanto gusto,
creo, me hace simple y muy
pequeño: tanta falta en los
deseos, tanta dependencia
de la carne, tanto gozo entrecortado
por el filo que procuro a mis navajas
o bruñido por el fuego que distingo
allá en la zarza. No me gusta,
con embargo, el filo que
en tu lengua aviva el mismo fuego
ni la zarza más cercana, ésa que
en el medio de tus piernas es
desde hace tiempo la ceniza negra
y apagada. Soy tan simple y tan
pequeño que de puntas me asomé
a mirarte con las púrpuras
pupilas de la mora, de la mosca,
del ojillo delirante y casi
inconsecuente de uno que, de tanto
que gustare, ni a sí mismo
se distingue de otra cosa o de la nada.
 
 
Thèo
(el francés distante)
 
Vive el gozo en la selva de tus gritos
al probar mi boca la más grande maravilla:
la rotunda pequeñez de tus espacios infinitos.
El día me encuentra, solitario, en los distritos
de tu carne cuando el sol, acunado ya en su orilla,
vive el gozo en la selva de tus gritos.
Hago un sacrificio por la rabia de tus ritos;
creo en él —por él— a partir de una costilla
la rotunda pequeñez de tus espacios infinitos.
¿He de imaginarme cuántos dioses, cuántos mitos,
para hacer un culto tuyo de esta máxima sencilla:
vive el gozo en la selva de tus gritos?
Serán mis pies de barro el altar de tus delitos
al sentir mis plantas en el frío de la arcilla
la rotunda pequeñez de tus espacios infinitos.
Seré el coloso que, vencido, se arrodilla
en la rotunda pequeñez de tus espacios infinitos
y vive el gozo en la selva de tus gritos.


Segundo nuevo amor

Me juré que en la mañana
escribiría sobre Novo
y que sus poemas proletarios
procurarían propicios pasos pensativos
siempre y cuando Novo mismo
no viniera siendo nuevo sino
el nuncio novenario de la niebla connubial. 
Y así pronto irían bajando Carlos cacarizo
y Roberto con su rabia rubicunda
y Bernardo que bueno va bregando
y Cruz crispado de inconsciencia 
y los otros tantos tiernos proletarios
que han perdido el alma y el espanto
en el denso y sudoroso
domingo de fausta efervescencia,
fundiéndose en las formas
de las fauces de Epifanía.

 
*Mario Murgia (Ciudad de México, 1973) es poeta, traductor y profesor titular de literatura inglesa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Entre sus publicaciones se encuentran los libros Versos escritos en agua. La influencia del Paraíso perdido en Byron, Keats y Shelley (UNAM, 2017), Singularly Remote. Essays on Poetries (MadHat Press, 2018), El mundo perdone. Antología poética (AliosVentos, 2019), y en traducción, ¿Te conozco? La poesía de Ben Mazer (UNAM, 2019). Ha traducido al español la obra de poetas como John Milton (Sonetos y una canción, Aquelarre 2022), Edgar Allan Poe, Adrienne Rich, Samuel Taylor Coleridge, Eavan Boland, Alastair Reid y James Joyce, entre muchos otros. Murgia es coeditor, junto con Angélica Durán, del volumen Global Milton and Visual Art (Lexington Books, 2021). En 2022, Murgia publicó La hoja verde de la lengua. Poesía angloirlandesa contemporánea, un libro electrónico de varios autores y de libre acceso que se compiló y editó para la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su más reciente poemario, Sabor mortal, aparecerá a finales de 2023 (Aquelarre-AliosVentos).

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