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jueves, 28 de agosto de 2025

"Herencia" cuento de Alberto Gómez

_¿Hasta cuándo tendremos que esperar?, ¿Acaso no se piensa morir?

_Tranquilo Papá, ten paciencia.

_Hijo, si seguimos así nunca vamos a recibir lo que nos corresponde por derecho, algo debemos hacer o nunca heredaremos su fortuna.

_El abuelo no va a vivir eternamente, aunque eso es lo que parece. Ya está viejo, es cuestión de tiempo.

_O hacemos algo o nos quedamos sin dinero…

_Papá, te dije que te tranquilizaras, ya estoy tomando cartas en el asunto.

_¡Pero qué dices!, ¿Acaso lo irás a matar?

_Claro que no, bueno al menos no directamente.

_Por Dios explícate.

_Te cuento: visto que hemos esperado por años y el abuelo nada que muere, decidí, suministrarle el llamado "polvo de la herencia", ¿Sabes qué es?

_Pero que tonterías dices, ¿Qué diablos es eso?

_Es arsénico, y ese eufemismo se usaba en otra época, cuando era necesario acelerar la muerte del patriarca familiar para poder heredarlo.

_¿Alguien más sabe de esto?

_Todos en la familia, o ¿acaso crees qué somos los únicos desesperados? Mis tías y mis primos están tan ansiosos como nosotros.

_Pero te vas a meter en problemas.

_En lo absoluto, no deja rastros, es inoloro e insaboro, además se lo he estado dando en todo lo que bebe desde hace un par de semanas, y el muy tonto no se ha dado cuenta.

_¿Acaso no has notado que últimamente está más débil, su semblante está más pálido y se nota más cansado?

_No te has dado cuenta que su piel muestra signos de estar enfermando, pues ya falta menos.

_Si, tienes razón, pero ¿Cuánto tiempo le queda antes de, tú sabes, dejarnos su herencia?

_Es difícil saberlo, pero la semana próxima es su cumpleaños número 80, y el muy tonto quiere hacer una fiesta "en familia" para compartir con todos.

_Si supiera como lo detestan.

_Ese día le daré una dosis más fuerte y diremos que la emoción de su cumpleaños lo acabó, y listo, problema resuelto.

Pasada una semana todos asistieron al cumpleaños del abuelo, este se veía muy débil y tenía que caminar ayudado, se sentó a la cabecera de la mesa.

Su nieto se levantó y pidió a todos levantar sus copas en un brindis por la salud del abuelo a viva voz dijo:

_Brindemos por la salud del abuelo y porque viva muchos años más.—Sin ningún reparo, dibujó un gesto de malicia en su cara que todos aprobaron en silencio.

El pobre anciano no tenía fuerzas para levantar su copa... O al menos, era lo que todos pensaban.

De repente los asistentes comenzaron a sentirse mal, mareos, náuseas, fuertes dolores estomacales, algunos comenzaron a vomitar sangre.

En ese momento el anciano se levantó, mostrando una vitalidad que no se le veía en años, tiró su copa al suelo y a una señal suya se le sirvió vino de otra botella.

_Gracias a todos por venir y por sus buenos deseos. ¡Feliz y dolorosa muerte!

Fin

*Alberto Gómez (44 años) es un escritor venezolano radicado en Ecuador. Ingeniero de profesión y lector apasionado, encuentra en la escritura un espacio de expresión y creatividad. Escribe por afición, movido por el placer de contar historias y explorar ideas a través de las palabras.

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