Ser
Fueron mis delirios de un amanecer,
fueron mis desventuras de un padecer….
I
El lacónico día
fuera el inicio de la tempestad,
el sujeto se sumerge en la brevedad,
las palabras escritas están,
las miradas turbantes serán…
Si el día florece, la noche dormida está,
solo una vidente
será testigo
de tu crueldad…
Esplendorosa y genuina…
Fría y lacónica…
Se muestra la luna…Ante una desventura.
De la brevedad…
II
Ante tal genuina belleza
El campo revolotea
Entre pequeñas semillas
Que se esparcen al compás del viento
Ante un soplo alarido, volarán…
Ante un deseo anhelado partirán
Sumergido en sus pensamientos divaga
III
Ante tal flamante camino
La pequeña avecilla curiosa
Observa la juventud eterna en sueños
Caminos complejos
Ideales frustrados
Sueños corrompidos
Corazones en suspiros…
Otros reviven ante la perdida
Otros mueren con el alma perdida
Y el tiempo es pausado ante la rutina
Y el tiempo es breve ante la experiencia vivida…
***
La pequeña ave observa
caídas constantes en criaturas inocentes
anhelando un sueño real…
Con optimismo reciben la vida…
Con miradas de fidelidad…
Ante un destello la pequeña ave canta
Con alardeados silbidos folclóricos
acompañado de hojas otoñales…
La pequeña ave canta
ante un amanecer…Lleno de clamor,
revive a los vivos, levanta a los muertos
en memorias de una historia por contar
Y aquellas finalizadas al azar…
La pequeña ave canta
al inicio de su vuelo, con un fuerte alarido,
emprende su camino,
ante un horizonte de clamor desconocido.
Al observar la magnificencia del paisaje
El reflejo de la luz es contemplado
Ante la claridad vívida y
cristalina del paisaje en un lago.
Las montañas lloran
y depositan sus lágrimas en breves lagos,
que desbordan de recuerdos,
una historia por contemplar
y vida por aclamar.
Imponentes ante el paisaje…
una historia por contar…
Donde aún los grandes lloran
Ante las miradas perdidas
Donde algunas perseveran…
La pequeña avecilla
reposa en una de las ramas
De un árbol ancestro
Escuchando en murmullos la voz viento…
Susurran las hojas,
Susurran las montañas,
Susurran los sueños de los perdidos en vida,
Susurran los lamentos de los muertos en vida,
Aquella mañana
ante un sonar tocar
una pequeña niña
observa a la pequeña avecilla
en su último cantar…
La estación culminó
llevando consigo
Una vida al cual admirar.
***
Alba
El reflejo en su mirada
cual cielo en acuarelas,
de llantos a primaveras,
que fluye entre los riscos.
Sus miradas con tenor
Intactas a tal sensación.
Ante torbellinos
la silueta se esfuma
dejando un sinsabor
tan plenas y oscilantes…
Con encantos y melodías
ante un susurro del viento
enloquecen las aves,
bailan las hojas…
Tan puro y cálido.
El cúmulo abrazando
con apacigua ternura
a los cerros frondosos y
el cielo nutriendo con cándidos llantos
A los campos ostentosos…
La niña observa con tal devoción
que el tiempo es contrario a la vida humana…
Llena de clamor
Exclama compasión
Ante la naturaleza que rebosa de pasión
De cándidos llantos
entre primaveras…
*Nació en Arequipa. Estudió Lengua, Literatura, Filosofía y Psicología en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNSA y Maestría en Gestión y Administración Educativa en la UNSA. Por el momento continúa como un sujeto divagante de ilusiones de locuras e idealismo. Sumergido en el averno, el pensativo objeta al tiempo "Mis pequeñas aves moran en júbilos lacónicos, conllevan inocencias puras y soñadoras, pero al rebelarse son desterrados y apresados".
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