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martes, 2 de abril de 2013

Lo Innombrable, Sondeo sobre una Búsqueda Poética


-VIOLENCIA-ARTE-REVOLUCIÓN-
“ESTÉTICAS DE RESISTENCIA”

5ta Edición

2013

-POESÍA-

-Prólogo-
Fernando Cuartas Acosta
(Colombia)

Lo Innombrable, Sondeo sobre una Búsqueda Poética

Todo puede ser nombrado, si algo se hace innombrable es porque ha tenido nombre en los limbos de los mundos olvidados. Qué es lo que no se nombra, ¿tal vez lo que no se ha visto? Cuando unos guerreros desahuciados, barbudos y hambreados llegaron a las islas de las Antillas, bajo un manto de nubes y en cálidas playas nunca vistas, no sabían cómo nombrar lo que inicialmente creyeron que era Kathay, la China mítica que nombró antes el viajero Marco Polo. Pero apenas fue el contacto todo fue nombrado, como demiurgos locos dieron nombre a todo lo tocado, a todo lo explorado, pero a la vez utilizaron los nombres ya nombrados y en un inmenso reciclaje de lenguas y sonidos, nombraron lo que antes para estos aventureros sedientos de oro y de especias, no se había nombrado. Más que lo innombrable sería una poética de renombrar, de cambiar y dar giros a las cosas dichas para que parezcan nuevas, inaugurales, mitificación y a la vez despojo de credos y de manidas formas de nombrar sin placer y sin asombro.

Es un sondeo, un ir hasta el fondo de los pozos donde nacen las palabras, casi en el mundo onírico donde cada símbolo está cargado de una atmósfera de incertidumbres y preguntas, una arte de nombrar, un lugar donde lo común y lo insólito puedan convivir.

Lo mismo que decir de una re-vista, una manera de mirar otra vez, de hacer que lo visto tenga otra dimensión, adquiera los matices olvidados, la reinvención de mundos y la creación de conexiones que aparentemente no tenían las cosas, una multiplicidad de relaciones que hacen posible el raro experimento del lenguaje poético.

Por eso, para salir de una retórica retorcida y plana, discursos académicos como acechantes vigilantes de las normas del decir y del pensar, nacen propuestas alternas, que pretenden renombrar, conjurar y jugar con una cotidianidad cargada de silencios que hablan y de fiestas que enmudecen, de amores transformadores y de extraños pero vivos ritos que nacen al calor de la conversación y las semillas, de alcoholes perfumados, de locuras puestas en común, de viajes sobre territorios que todos creen conocer pero pocos saben explorar. La misma ciudad, con sus lenguajes nuevos, con sus mixturas y con sus rupturas y sus angustias se abre como un tema proclive a la poesía sin necesidad de estar mediado este lenguaje por un abc de normas restrictivas sino por una pasión arbitraria, aguda, juvenil, iconoclasta, festiva, oscura y a la vez clara para renombrar esto que se vive y que pocas veces puede ser contado sin que caigan severas moralidades que fustigan y tratan de adocenar lo que se crea.

La revista INNOMBRABLE está en el sentido del nombrar, de descubrir, más no como expoliación y llegada a islas creativas para sacar de allí el oro y el magín creativo de los fantasmas pobladores del mundo, de las selvas del lenguaje que se exploran o de las playas relucientes de un eros que se innova. Es más una relación de intercambio de propuestas, de encuentros posibles, de hacer en común una idea de una poesía viva, con nombres y apellidos, tan desnuda y humana como el existir sea posible.

Un grupo de muchachos y muchachas, así de heterogéneo como afines, no sólo por le edad, sino por la inventiva y el sentido de red que han venido proponiendo a nivel local e internacional, donde participan escritores de diversas edades que no hayan perdido la lúdica ni la capacidad de compartir alucinantes preguntas y textos que nos lleven por caminos donde exista un descubrir con los ojos abiertos. Propuesta que no siendo nueva, pues allí donde exista capacidad creadora y ganas de enfrentarse a las arduas jornadas de la vida, existirán propuestas similares, pero que renuevan en cierta forma una literatura que se ha quedado en el salón y en la parsimonia, que se viene agotando en estériles recitales de vasito de agua y de micrófono de antesalas y asuntos gubernamentales. Aquí se intuye el juego, la fiesta y la camaradería sin abanicos de damas pelimoradas, sin agasajos de medallas ni juegos florales, algo más cercano al público, más entrometido y audaz con las vicisitudes diarias.

Ellos mismos no podrían tener nombre o lista de participantes pues cada vez se abren más y son muchos más los que llegan y participan sin medir sus rangos, puestos, direcciones, sólo el placer de asistir a un acto de invención y a la gestación de una cultura que nace de la calle, del parque, del jardín de sembradores de ideas, del potrero abierto y de la plástica donde pintar y esculpir, es lo mismo que hacer el poema o compartir el pan y las especias. Son no nombrados, no por carecer de nombres y de señas, sino porque al convertirse en una estirpe de andariegos, de amigos múltiples, de apertura total, serían innombrables sus características y sus propuestas, ritmos, sonoridades, las artes y sus textos. Más no por qué no exista, ni sean invisibles y etéreos, sino por estar hechos del barro de los hechos anónimos, de lo común, de lo que ha carecido de “fama” pero que tiene fuerza y resistencia para enfrentar un mundo de estafas y de ignominias.

Como dicen los brindis entre amigos, ¡larga vida a INNOMBRABLE, una re-vista para hacer una vista nueva al arte del mirar y de leer como una casa sin muros y sin puertas!

Hacer una revista es similar a sembrar plantas ancestrales y sagradas, el humo y la semilla de un decir que no se puede callar aunque echen herbicidas, en algún lugar vuelven a crecer INNOMBRABLES maneras de nombrar.

Mil gracias, amigos, suerte en ese bello proyecto.


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