martes, 11 de noviembre de 2025
"Guardián de las calles" cuento de Escrito por Hernando Diaz
lunes, 10 de noviembre de 2025
"Señalamiento" poemas de Mateo Vásquez Grajales
viernes, 7 de noviembre de 2025
"Un deseo que se perderá" poemas de Leandro Clerici
detrás de mi último paso y que en las horas venideras
tu corazón encuentre un lugar para soñar y alzar en vuelo.
ahora se divide en dos
y lo que hoy parece imposible
será un recuerdo cuando el sol llegue al mar
y el mundo empiece de nuevo.
que se presenta profunda y desolada
en una ciudad que abraza el frío y nos separa.
Un deseo que se perderá
entre tantos otros que no llegaron a destino
y se convirtieron simplemente en un motivo para avanzar.
pero no quedó nada detrás.
El valle refleja una luna inicial
que ilumina nuestras miradas ahora lejanas.
Una despedida escrita en las estrellas
que ahora llega a la tierra y deja todo a oscuras.
Una senda con un solo sentido por la que ya no se puede volver.
como tocan sus oídos las palabras.
Una mirada perdida entre multitudes dormidas,
en ciudades que fueron el sueño de otra vida tiempo atrás.
Un mundo que construyó dentro suyo.
le recuerda una tarde en que entendió
que era el momento y se marchó.
Una mirada que atraviese los ojos, la piel, los huesos
y las heridas de batallas aún no olvidadas.
La oportunidad de deshacer lo construido
y reordenar las piezas del tablero de un juego en el que,
aún no habiendo ganado, no se ha rendido.
Real y verdadera, en medio de tanta ilusión y tanta mentira.
La salida de una trampa emocional
en la que ya no volverá a caer.
Hace frío y es de noche.
Frota sus manos, las apoya en sus mejillas heladas y sonríe...
Y se pierde en una calle tranquila.
En la luna, un resplandor del sur que me acerca
hasta tu piel y me acompaña.
y un deseo que comienza a ser real
y determina el tránsito de estas horas.
Allá estás vos y acá estoy yo y en el horizonte
una danza nos encuentra y nos iguala.
Palabras y abrazos. Caricias que se volvieron una forma de cuidar.
Y en un segundo todo cambia
y lo que parecía perdido renace
y se alza en vuelo y nos lleva un paso más allá.
Y de pronto todo es suave y verdadero.
Un abrazo y otro más. Aún a la distancia.
Es de noche y hay silencio. Yo te pienso y estoy en calma.
Sobre un antiguo suelo camino.
El mar... siempre el mar.
Pero un mar distinto al de hace un tiempo atrás, se acerca.
jueves, 6 de noviembre de 2025
"El viento engendra" poemas de David González
miércoles, 5 de noviembre de 2025
"Leonora Virtud" poemas de Génesis Pávez
Hoy entrañas el paraíso
amor de los amores
yo te di nombre coloquiales
voy a atar a ti mis corceles
para que veas brotar las espinas del monte
quiero también percibir el corte mi corriente mis algas
hay un paño que nos cubre los labios del polvo marino
húmeda tengo la piel casi castaño de ti
sabiedad ante tu mía
Reina Calamidad
como voy a dejar tus ojos cuando nunca
quieras o no hemos estado persiguiendo el sol.
Leonora Virtud
he amanecido mi cama en el campo
contaré hoy tu bendición me has dicho
y yo espero la cena porque dulces fresas y gusanos
es en la copa donde por fin mi espuma azul
voy a ser oscuro como tus gestos
o prometer que tarde llegaré y no
hoy volar contigo sobre mi techo
y así respirar el cielo las ramas
para romper caer y mirarme
mirarme salgamos a partir el norte
los pájaros claro lo dicen
es condición también la ausencia.
Primavera
yo he visto cambiar a qué me he dispuesto y tú tú amor que a cada sangre he desaparecido bajo el misterio el pelo miro ya entiendo de quien escondes promete mi ciudad de cránicas voy a quedar el rostro de los paridos el mes del silencio que mi noche no parece ay las fiestas y los vestidos negros negros para qué te miro si yo que arrastro sé volver sutura que espera quirúrgica quiero nacer sáquenme pasa la cabeza y agranda pasan los hombros y no aguanto y se rompe rompe y oiga usted como se arrastran los cerdos al patrimonio veré caer a veces verdes ya es planta la cuchara mimbre el caldero y qué miedo cuando el plato caiga pero qué importa ya las rocas tu esqueleto huye acá es oscuro o no recuerdas tú mi sonido ay le temo ya será día y dolerá dime dime aún nada carruseles qué sera que tanto miras no he podido yo tambien.
martes, 4 de noviembre de 2025
"E. Dhampire" obras de Ethan Farenheit
Técnica: Acrílico y Alquidálico sobre Manta
Año: 2025
Año: 2025
Año: 202019
Año: 2025
Año: 2024
Año: 2025
Año: 2024
Año: 2020
lunes, 3 de noviembre de 2025
"Espejo retrovisor" poemas de Ignacio Zacarías
La ventana de mi amiga esta cerrada y yo apenas existo.
El calendario se ha detenido un día antes de la partida.
Las cosas siguen sin que las mire,
y en cuanto las miro se desmoronan.
Mis ojos arden por el sol que golpea en la ventana
semiabierta —vuelvo la mirada para descansar—. Oigo
el silencio dentro de las cosas, anida lo que quedó palpitando.
Mientras avanza, el espejo retrovisor
va aunando las distancias, para hacerlas
un punto alejado de mí.
Espejo nuevo
No me sujeta nada, y siento que hay
una intocable distancia entre mi ser y la existencia.
Atado a estos desastres que me mantienen a flote
mientras me arrastran al fondo
—sin saber si soy lo que me hacen— sin saber que es lo que me hacen.
Los sentimientos son sombras que vuelven. Y no me abandonan los pensamientos del pasado,
de lo que podría haber sido —¿será
esta forma de ser, lo que no me deja estar? ¿esta distancia hacia el todo, no será
tan solo un espejismo?—
Con los parpados enrojecidos miro: abandonado en la ventana, un vaso de cristal agrietado
que no se ha partido aun.
La fina linea de la falla a lo largo cruza el vaso a la mitad, sin romperlo
tal a un rayo congelado en su impacto. El sol que entra centella,
emulando un prisma la grieta me hace ver:
sobre la pared del costado, con su espectro colorido brilla descompuesta la luz
—el regalo del asombro—. Absorto observo
la linea hermosa de siete colores, el sol en mis ojos, ahí.
—Extiendo las manos hacia el cielo, espero que las nubes curen mis heridas—.
viernes, 31 de octubre de 2025
"Caen bombas" poemas de Eduardo González
"Lo que no se dice" obras de Miguel Ángel Betancur Rincón
jueves, 30 de octubre de 2025
"Canción de tarde" poemas de Andrés Mauricio Giraldo Martínez
sus calles, sus ceras
a duras penas reconozco
se viste este parque, de una faz taciturna
¿Será la lluvia?
que con cariño evoco
hoy para mí son la daga,
la nostalgia herida
¿Será la lluvia?
toda la melancolía
Las calles son aún más grises
La brisa aún más fría
¿Será la lluvia?
Los rostros cansados, ostentan desconsuelo,
la ciudad se parece a mí este día
de las cosas ha huído
la clara alegría
¿Será la lluvia?
con un nudo en mi pecho
mis pasos, tan torpes, tan lentos,
me llevan sin rumbo
Tal vez busquen mi lecho
¿Será la lluvia?
Las calles, estos caminos
Están secos, vacíos
Mis ojos están húmedos
mi alma está empapada
¿Será la lluvia?
ha renunciado a su silencio,
entregose a la sinfonía
entonada por el viento.
su monódica letanía,
con la danza de sus hojas
entonan su murmullo, su homilía.
el crujir de las hojas,
y mi mirada se pierde
en la difusa lejanía,
yo me pierdo ahora
entre rumores y silencios,
entre la vida que pasa
como esta melodía.
pasa impávido por mis oídos
dejándome la mente en aquel torpe divagar.
Se cierran mis ojos repasando memorias,
se pierden mis pasos sin rumbo en el azar.
Mis oídos se pierden en el crujir de las hojas,
en el canto de aquellos árboles
que el viento pone a danzar.
A mis labios cerrados, tan solo silencios,
se le escapan suspiros que el viento ha de llevar,
mientras el cielo se tiñe de oscura rivera
sentado en el recinto de mi soledad.
Me pierdo en el hastío, el cansancio y el frío;
y en este aturdidor silencio que me tiene
vagando torpe y sin rumbo
en los senderos de este azar.
martes, 28 de octubre de 2025
“Sin alma" microrrelatos de Úrsula Prevosti
El nuevo café
Me bajé del colectivo, estaba deseando ir a tomar algo a ese café nuevo que abrió, y aún más luego de aquel día agotador. Estaba lloviendo bastante, así que fui corriendo hacia la entrada del bar. La música que sonaba de fondo era irritante, no frenaba... todo el tiempo ese "punch-punch", me dolía la cabeza. Extrañamente nadie vino a atenderme a la mesa, así que me acerqué yo al mostrador. Me ignoraron. Estaba por gritarles cuando al escuchar un alarido todos salieron asombrados afuera a mirar el cadáver, mí cadáver.
Sin alma
No era él. Su mirada era
distinta. No sé parecía a mi hermano, parecía una persona sin alma, sin
espíritu. Desde que lo llevaron a ese extraño lugar ya no volvió a ser el mismo.
Pero yo lo veía venir, porque yo sabía que ese lugar no era para él. Sabía que,
si nos lo regresaban, no todo iba a ser como lo prometían.
Tuvimos que insistir para
que vuelva a casa, y nos lo entregan así, ʺsin almaʺ...
yo no sé qué le hicieron. Nosotros lo internamos en esa clínica para que lo curen
de su esquizofrenia. Pero en vez de regresar curado ―y eso que casi no regresa―
volvió así, como si le hubieran arrancado un pedazo de cerebro. ¡Eso es! ―pensé―
lobotomía.
Empecé a investigar sobre las
lobotomías. Es como sacarle un pedazo de cerebro a alguien, desconectarlo. Matarlo,
pero dejarlo condenado a seguir respirando, sin poder hablar, ni reaccionar.
Mientras leía empecé a entender que no había vuelta a atrás, él se quedaría así
para siempre.
Me di cuenta de que yo lo
podía salvar de la única manera posible. En un acto de locura y desesperación
agarré la escopeta de mi padre y le disparé varias veces. Mi hermano ahora
estaba verdaderamente muerto. Mis padres al verme en la escena del crimen
quedaron horrorizados, no creyeron que alguien de 14 años podría hacer eso.
Escapé, corrí lo más rápido que pude. Ellos llamaron a la policía, pero ya era
tarde, yo ya estaba lejos.
Y aunque no me crean, no vivo con culpa porque hice lo correcto. Salvé a mi hermano de vivir el resto de su vida condenado a ver lo que pasa a su alrededor, pero sin poder sentir ni expresarse. Salvé a mi hermano de vivir sin alma.
Los niños estaban sucios
Los niños estaban sucios,
jugando en el barro. El viento me golpeaba la cara, el sol se escondía detrás
de las oscuras nubes. ¿Acaso lloverá?, me preguntaba. Ahí sentada en el parque empecé
a cuestionarme... no soy buena madre, ni buena esposa, mucho menos una buena
persona. Pero sin embargo ahí estaba, acompañando a los nenes en el parque.
De repente se largó a llover. Le grité a mis hijos que vengan, que estaba lloviendo. No me escucharon, estaban demasiado concentrados en su juego. Tuve que acercarme, pero al hacerlo no estaban, habían desaparecido. Empecé a gritar sus nombres. Un chico que estaba sentado en otro banco me dijo “señora, ¿Qué ocurre?”. ―Busco a mis nenes, ¿Qué más?― le contesté indignada. ―Estuve aquí toda la tarde, nunca hubo niños― respondió el muchacho. ―Pero si ahí estaban, jugando en el barro― atiné a decir. El joven me ignoró, se levantó y se fue. Seguro me tomó por loca. Me costó comprender lo que había pasado, hasta que recordé la razón por la que estaba en ese parque. Era el aniversario de la muerte de mis hijos.
*Úrsula Prevosti vive en Argentina, en un pequeño pueblo de La Rioja llamado Anillaco. Tiene catorce años y nació el 7 de enero de 2011. Creció rodeada de libros y lecturas. Ama escribir: lo hace cuando está alegre, triste o angustiada, ya que para ella es como un cable a tierra. Hasta el momento, no ha publicado sus cuentos en ninguna plataforma. Normalmente se los lee a su mejor amiga, que siempre está dispuesta a escucharlos, o a su familia, que también la escucha y le hace sugerencias y aportes. Durante el año 2024 asistió a varios talleres de escritura y participó en dos concursos literarios juveniles, obteniendo premios en ambos.
lunes, 27 de octubre de 2025
"Mientras tanto, la sangre" poemas de George Nina Elian
terminar aquí,
en este espacio, en este
remanente de image(i)nación,
donde no es el agua la que fluye,
sino la orilla
todos los umbrales fueron míos míos todos os muros mías todas las zanjas choqué contra todo morí en todo y resucité al día siguiente al mediodía cuando el sol ni siquiera te deja desaparecer
mientras tanto
la sangre ha cambiado
de dirección
[amigos,
¡actúen como si yo (ya) no existiera!]
pero las hojas morirán igual
(como yo)
cada otoño:
colgadas boca abajo
sobre las llamas
VIERNES
nadie pregunta nada?
(todo lo que puedo ofrecerte es mi soledad y tristeza que de ahora
en adelante no te servirán de nada)
sólo aprendí palabras suficientes para
decir "te
amo" o "tengo sed"
(pedazos de muros gotas
de agua
naufragadas en
los grandes
mares amargos)
cuando la sangre sea incolora cuando ya
no quede nada por encontrar
el atardecer volverá en nuestra ausencia a
un lugar desconocido para ambos
IMAGEN INGENUA
arena
árboles sin corteza
desollados vivos como gente sin patria en
su propia patria
hierbas esparcidas por el viento
el agua era azul
el cielo amargo
la gente solo se vestía de blanco y negro
como los cuadrados de un tablero de ajedrez
por las noches llovía a cántaros. millones
de animales viajaban hacia el norte
el número de profesores que enseñaban a
caminar por la calle había aumentado
la cacería humana se había reanudado
la cara del muerto emergía de la tumba como
la de un hombre ahogado en la superficie del agua
MARY OLIVER
Y EL BOSQUE DE ABEDULES
mi sangre ya no me quería
había pasado el tiempo. ninguna cortina
crujía (mary oliver amaba la naturaleza y
los poetas muertos)
sólo el polvo se asentaba (constante e
imparablemente) entre lo real y lo irreparable
nada nuevo en ninguna parte. estaba flotando río abajo,
gimiendo
(las únicas profecías que se cumplieron para mí
fueron las que no
le conté a nadie)
*George Nina Elian (Costel Drejoi) nació el 13 de noviembre de 1964 en la ciudad de Slatina (Rumanía). Poeta, traductor, periodista.
Poemarios: Lumina ca singurătate (La luz como soledad) - 2013; Ninsoarea se întorsese în cer... (La nieve había vuelto al cielo...) - 2016; Fericirea din vecinătatea morții (La felicidad en la vecindad de la muerte) - 2018; Timpul din afara ceasurilor (El tiempo fuera de los relojes) - 2020; Verdele ceai al miezului de noapte. Scrisori de dragoste (El verde té de la medianoche. Cartas de amor) - 2021; Nimic altceva (Nada más) - 2022; Grația cu care moare o frunză (La gracia con la que muere una hoja) - 2023; Aici, adică altundeva/ Adrenocrom 666 (Aquí, es decir, en otro lugar/ Adrenocromo 666) - 2025.
Traducciones: Silvina Vuckovic, A iubi și a dărui suflet/ Amar y almar (2015); Cleopatra Lorințiu, El paisaje en el que falto/ Peisajul din care lipsesc (2017); Alexandru Cristian Miloș, L'universo nelle mani/ Universul în mâini (2019); Fernando Maroja, Venus din Milo în Ferentari/ Vênus de Milo em Ferentari (2023).
viernes, 24 de octubre de 2025
"Una palabra tuya bastará para sanarme" poemas de Regina Ramos
TELARAÑA
SOBRE HERRADURAS
Tengo el magnetismo del campo estampado en la remera.
Aro cuando taconeo la hoja que va rumiando
La Femme Natura Fatale.
Son chistosas nutrias pulso y palabra
que se zambullen presurosas ante la amenaza del olvido y
arrastran tierra hacia adentro de la letra.
Sobona en los garrones se me engancha algún verso
a veces se posa cabizbajo como un tordo,
tordo verso reflexivo.
Pieza del puzzle de la noche bohemia
o águila posada en el ombú existencialista.
Soy de madera
acacia
de pasto-gramilla.
Tengo las manos ásperas con aroma a eucaliptus
pero a veces madre selva.
La mujer bicho.
Negada de elegancia
con desolación de tapera y robustez de monte.
Para mí no se hizo la esbeltez o el histrionismo,
sí un objetivo y un intento.
Hay un manto de pradera que recubre una pieza
esa que solo muestro cuando asoman los dientes
cuando burla la ciudad:
valor.
Ver una entrada al azar

























