Ver una entrada al azar

jueves, 4 de diciembre de 2025

"16:45 p.m." relato de Juan Diego Gutiérrez Solano

 

Se encontraba paseando a su perro por el parque, vio a una multitud en la acera, él con curiosidad se subió a una pared, para ver lo que pasaba por la calle.

De pronto, vio para abajo para ver como se encontraba su perro, ella estaba jadeando feliz, sin previo aviso vio algo moviéndose entre la maleza donde se encontraba, horrorizado noto que era una serpiente y de forma rápida y fugaz esta se le abalanzo a su pierna, mordiéndosela.

- ¡Aaah! – él pego un sonoro grito, cayendo al suelo, inmovilizado, sin poder moverse. Su perro en modo protector y asustado por su dueño la mordió.

- ¡No! No lo hagas, ¡ayuda! – temía por su mascota, desconocía lo que podría suceder si un animal muerde a un animal venenoso, oyó como soltó un quejido y esta cosa seguía enrollada en su pierna y creía que cada vez más lo mordía o apretaba mucho más, por fortuna para ambos su grito de dolor alerto a varias personas de alrededor, se acercaron ayudar, incluido el jardinero, que con su rastrillo ataco a la serpiente y logro sacarla de encima.

- Arrgh. – el hombre se quejaba del dolor, veía a la gente asqueada y asustada, algunos pidiendo ayuda, quiso ver su pierna al sentir algo baboso, era su perro lamiéndole, tratando de hacerle sentir bien, se notaba lo asustado que se encontraba. – Amigo, no lo hagas, puede ser peligroso, ven aquí. – le decía este en un intento de palmear el suelo para que se acostara a su lado, cuando Doris lo hizo y dejo a la vista su pierna sintió pánico al ver el estado de su pierna, esa cosa le dejo una herida bastante fea.

- ¡Ay no! No dejen que me quiten la pierna, por favor no dejen que me la corten.

– le hacía saber a las personas del alrededor. Solo que este empezaba a sudar, a sentirse mareado, empezaba a sentirse mal, temía por su estado, su pierna estaba hecha añicos, vio a los ojos a su perro y pudo notar que Doris tenía los ojos llorosos, lloraba por él, la veía jadear, sudar, ay no, también la está afectando. – Mierda, ¿Qué clase de serpiente era? – se preguntaba este, presentía que en cualquier momento sucedía. Acariciaba a su can para sentirse mejor, dicha acción era para ambos…

Para cuando llegaron los paramédicos al lugar del incidente se toparon una imagen impactante, era la hora 16:45 p.m. cuando declararon al señor y a su perro muertos en el lugar de los hechos.

El hombre no murió solo, murió al lado de su mejor amiga cuando ella se acostó en su pecho y no despertó más, como su dueño.


*Juan Diego Gutiérrez Solano (2 de abril de 1998), de 27 años, es estudiante de Bibliotecología. Comenzó a escribir a los 16 o 17 años y desde entonces ha continuado desarrollando su interés por la creación literaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario