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lunes, 1 de septiembre de 2025

“El costo de un suspiro” cuento de Fernando Narváez

 
 ¿Qué es la libertad…? Es el amor. El sentimiento más fuerte que podríamos experimentar como humanos. Es hermoso pero complejo, y nunca entenderemos cómo él te impulsa a ir lo más alto de la cima, y lograr hazañas que nunca pensaste. El mismo que te puede arrojar al borde de la locura. Te enciende las entrañas de pasión pero es capaz de revolvértelas y hasta arrancártelas; así como construye, es experto devastando. El amor te hace libre, te permite casi que volar, pero te hace esclavo de una persona; el amor no es libertad.
 
Tras estar más de ocho meses en coma, al borde de la muerte y ser el blanco de muchas pruebas, se levanta de la camilla Rafael Galindo,  lava su cara, se pone ropa limpia, se acerca a la puerta y mirando al techo da un suspiro largo y profundo esperando alguna respuesta de Dios. Se dispone a salir, camina por los pasillos de aquel hospital donde lo vieron entrar agonizante, médicos y enfermeras lo observan, algunos como una deidad otros como un cadáver caminante. Tras salir después de tanto caminar, se deslumbra de la incertidumbre de las personas, del rostro de esperanzas de algunos, y el desprecio de otros. Un guardia de seguridad lo guía hasta el podio, de la algarabía no logra terminar de contar los micrófonos (su cuenta termina en siete) hasta que voltea a ver a su madre con lágrimas en sus ojos pero con mucha ilusión. Observa cómo toda una cuidad se detuvo sólo para escucharlo — ¿Será acaso un sueño, o aún estoy en coma?  son algunos de los pensamientos que se le vienen a la cabeza, mientras busca desesperadamente aquellos últimos ojos que vio antes de que todo terminara, o más bien empezara.
 
— Mírame a los ojos, por favor, solo te quiero preguntar ¿Qué es la libertad? — Le pregunta Rafael a Isabela Torres quien responde —  Disfrutar, conocer el mar, pasear por cada rincón de mundo — y termina con un poco de ironía, y sarcasmo. Así que Rafael se toma un trago largo de su bebida —  ¿acaso yo no te podría dar todo eso, que tanto anhelas? Ella lo voltea a ver sin importancia y solo le dice —  mira yo estoy para grandes cosas, y no estoy segura que tu algún día me las darás, aun ni siquiera estudias en la universidad tras estos dos años que llevamos de relación — devastado logra esconder sus lágrimas —el día que todos me estén mirando por favor no vengas a mí, porque ya no estaré.
 
Baja lo más rápido que puede de la terraza, pero el baile y el alcohol lo marean cada vez más, hasta que al llegar a la puerta Lucas Mendoza; su gran amigo, lo detiene, le suplica que no se vaya en su  moto, que debería dejarla, pero Rafael alterca y se pone como puede el casco aunque sin asegurárselo, suspira con rabia e impotencia, arranca, va lo más rápido posible para que la velocidad le saque las lágrimas que se guardó, acelera a fondo hasta llegar a los 90km/h, estrecha sus ojos para que terminen de sollozar, los abre solo para ver pasar toda su vida en un instante, mientras que le brota una leve y pacífica sonrisa — Esto es libertad.

Se abren de par en par las puertas de emergencias, entra Rafael casi sin signos vitales, tiene fractura en el cuello lo que compromete su movilidad, corren para salvarle la vida o lo poco que le queda y tras ocho horas en el quirófano, logran estabilizarlo aunque con un daño irreparable en la Vértebra cervical 4, saben que nunca volverá a caminar, y no podrá respirar por sí mismo. Al pie de la habitación está Julia Galindo su madre, quien recibe la noticia con angustia e incertidumbre, pero con un parte de tranquilidad al saber que su hijo está vivo, sin embargo, no volverá a ser él mismo y la necesitará de por vida.

Pasados los días Valentina Paredes una de las enfermeras nota algo extraño, Rafael cada vez respira con más facilidad, le comenta eso al médico Mateo Rojas quien lleva su diagnóstico y seguimiento. El doctor no le presta atención a Valentina, hasta que un día él se sorprende al ver que los dedos del pie de Rafael se movieron, pensó que había sido un reflejo involuntario, pero se dispuso a ver los resultados de varias pruebas y notó una mejoría sorprendente, recordó lo que le mencionó Valentina Paredes, sus glóbulos rojos, se estabilizaron, y cancelaron la donación de sangre tras notar día a día una leve mejoría, y decidido mandó a hacer una prueba de médula espinal. No puede creer lo que reveló el resultado ¡Su vértebra se estaba recuperando! Anonadado, le pide a Julia que le hagan más pruebas y tratamientos, tratan con diferentes patologías, hasta llegar al cáncer y sus sospechas son ciertas, él médico no lo puede creer— Rafael Galindo es la cura del cáncer pero tiene miedo de que el paciente despierte, así que manda a colocarlo en coma inducido para hacerle más pruebas.
Empiezan los preparativos del primer experimento, tras algunas conexiones y transfusiones, el médico disuade a los familiares de Rafael, quienes están atentos al pasar los días de su evolución.
¡Eureka! dijo Arquímedes. Pasados los días se encontró la mejora casi inmediata de una persona internada por cáncer, toda su familia y el paciente estaban completamente agradecidos con este nuevo método experimental.
Funciona, ¡FUNCIONA! — Mateo sabe que es un descubrimiento único, la enfermera Valentina le cuestiona si está bien ocultar esta información sobretodo a la familia de Rafael, pero solo a Mateo sólo le importa traer a su hermano para que sea curado, no obstante, la enfermera le confronta y le obliga a hablar, Mateo le advierte que si el mundo se enterase podría desatar el caos y hasta una guerra, hay gente que estaría dispuesta a pagar muchísimo dinero por salud, pero Valentina le dice que el dinero no lo compra todo.
Así que Valentina le da la revelación a Julia y ella no lo puede creer, pero al ver los resultados llegan a una mutua conclusión: Cuando Rafael se recupere del todo dejará de producir células regeneradoras, así que para que sea la cura del cáncer tendrá que seguir en coma inducido, y de por vida.
— Podrá salvar muchísimas vidas —  le enfatiza Mateo, Julia no sabe qué decir, pero quiere tener a su hijo con vida — ¡Jesús se sacrificó por todos nosotros! —  le grita Mateo.
 Pero esa era su misión.
 — y esta es la de su hijo también, podrá salvar a mi hermano Ernesto.
— ¿y su vida acaso, vale más que la de mi hijo?
— Él no tiene futuro, ni siquiera estudios.
Ofendida, decide exponer al hospital y poner en juicio su ética profesional empezando un trámite legal.
El juez decide que nadie debería decidir por la vida de alguien más, así que dejan de administrarle los medicamentos, y tras un leve tiempo se logra despertar sin ninguna lesión, su vértebra está completamente reparada, casi que como nueva y sus huesos rotos ya están sanos.
Su madre le cuenta todo lo ocurrido, y la importante decisión que debe tomar.
Abatido pide que lo dejen solo, no puede creer lo que le tenían preparado la vida y su destino.
Al apoyarse en la ventana del hospital, observa cómo se están formando tumultos de gente, entre la bulla logra escuchar su nombre, se siente pleno, nunca se había sentido así. No reconoce si es porque le admiran y le alaban, o si por el contrario, suplica morir en vida.
Irrumpe a su habitación la enfermera, y le deja el almuerzo, la observa y le pregunta si es por él que toda esa gente está ahí. Valentina le asegura que algunos lo toman como el nuevo Mesías.
— ¿Tú lo harías? —  le pregunta.
— ¿Qué cosa, salvar a tantas personas?… la verdad es que no, alguien tiene que criar a mi hijo.
— Si eso me temí.
Se retira la enfermera y entra su madre, le dice que no se apresure con tomar una decisión ya que es su vida, e igual vale que la de muchas otras personas.
— ¡Por qué yo, porque a mí, quiero vivir joder! Tengo 21 años, quiero tener una familia, pasear por cada rincón del mundo, disfrutar de la libertad.
Tras estar más de ocho meses en coma, al borde de la muerte y ser el blanco de muchas pruebas, se levanta de la camilla Rafael Galindo,  lava su cara, se pone ropa limpia, se acerca a la puerta y mirando al techo da un suspiro largo y profundo esperando alguna respuesta de Dios. Se dispone a salir, camina por los pasillos de aquel hospital donde lo vieron entrar agonizante, médicos y enfermeras lo observan, algunos como una deidad otros como un cadáver caminante. Tras salir después de tanto caminar, se deslumbra de la incertidumbre de las personas, del rostro de esperanzas de algunos, y el desprecio de otros. Un guardia de seguridad lo guía hasta el podio, de la algarabía no logra terminar de contar los micrófonos (su cuenta termina en siete) hasta que voltea a ver a su madre con lágrimas en sus ojos pero con mucha ilusión. Observa cómo toda una cuidad se detuvo sólo para escucharlo —  ¿Acaso será un sueño, será que aún estoy en coma?  son algunos de los pensamientos que se le vienen a la cabeza mientras busca desesperadamente aquellos últimos ojos que vio, justo antes de que todo terminara, los encuentra y se dispone a dar su discurso.
        ¿Qué es la libertad…? Es el amor. El sentimiento más fuerte que podríamos experimentar como humanos. Es hermoso pero complejo, y nunca entenderemos cómo él te impulsa a ir lo más alto de la cima, y lograr hazañas que nunca pensaste. El mismo que te puede arrojar al borde de la locura. Te enciende las entrañas de pasión pero es capaz de revolvértelas y hasta arrancártelas; así como construye, es experto devastando. El amor te hace libre, te permite casi que volar, pero te hace esclavo de una persona; el amor no es libertad.
Entonces libertad es ser piloto y volar hasta donde quisieras, o libertad es aquel anhelo de ese soldado que perdió las piernas por defender su patria, la libertad es esa lucha por poder, es conocer todos los rincones del mundo sin la preocupación del dinero…Libertad es lo que aquel joven buscó cuando a 90km/h se abalanzó a aquel roble con el fin de acabar con su propia vida, y en este instante le pregunta al mundo ¿Qué es la libertad? ¿Darían su libertad por salvar a la humanidad? Y podríamos cambiar la palabra libertad por vida.
¿Darías tu vida por ser la cura del cáncer?


*Fernando Narváez (1996) El costo de un suspiro escrita por Fernando Narváez narra una historia envolvente y detallada donde muchas personas se ven forzadas a decidir el destino de Rafael.
Cuenta episodios que aprecian la vida y los intereses propios antes que los deseos de los demás, más aún cuando esa vida sólo vale si es importante, útil o interesante. El escritor es también, poeta, esposo y padre, quien se distingue por tener una viva imaginación, insaciable curiosidad y creación de historias interesantes sobre la experiencia humana. Sus relatos a menudo tratan sobre la autoevaluación reflexiva, habilidades, características únicas y tiempo, para hacer finalmente un cuestionamiento profundo.

viernes, 29 de agosto de 2025

"Intercambio" poemas de Sophia Jamali Soufi


Intercambio

 

Tus ojos

miles de palabras no dichas

miles de poemas no escritos

miles de secretos enterrados

Tu mirada, el toque del fuego

muerte y vida

principio y fin

Tus labios

una fruta prohibida

un beso crudo

me arrastra al infierno por la eternidad

Y yo, cada día

me rindo a tu tentación …

 

Prohibido

 

Amarte es un pecado oculto

Cada noche

En mi soledad, me siento a contemplarte

Mi alma se hace pedazos mil veces en el deseo por tu cuerpo

Ríes

Tus labios son el rojo de las cerezas

Y yo

Muero en silencio de envidia por este momento

Tengo miedo

Tengo miedo de olvidar

Del día en que tu rostro sea borrado de mi mente

Tengo miedo

De las noches frías

De la soledad

Estoy perdido

en busca de un toque

y tú eres libre

en el abrazo de la lujuria

Mi corazón es un pájaro herido

Que aletea en mi pecho para verte

Y está condenado

Al amor oculto

A contemplarte desde lejos

A una tristeza sin fin…

 

Postal

 

Desde lejos, te observo

Como una luna oculta

Llena de luz

No eres consciente

De un corazón cautivo a ti

La distancia es una montaña entre nosotros

Yo estoy aquí

Tú estás allá

Este secreto oculto

¿Hasta dónde?

¿Hasta cuándo?

¿Hasta la tumba?

Quizás no lo sepas

Un corazón late así por ti

Con anhelo

Con alegría

Desearía poder superar todas las distancias

O que hubiera esperanza en este camino ciego

Pero de qué sirve…

Es una fantasía inútil

Un sueño lejano

Estás embriagado con tu mundo

Y yo estoy aquí

Herido y paciente…

 


*Sophia Jamali Soufi. Nacida en 2001 en Rasht, Irán. Experta en arquitectura, diseñadora de moda y fundadora de la marca de ropa Leo. Poeta y escritora iraní. El idioma principal de sus poemas es el persa. Se han publicado en Irán dos libros de sus poemas en persa. Sus poemas han sido traducidos al español, portugués, italiano, francés, inglés, alemán y turco, y publicados en revistas y sitios web literarios.

jueves, 28 de agosto de 2025

"Herencia" cuento de Alberto Gómez

_¿Hasta cuándo tendremos que esperar?, ¿Acaso no se piensa morir?

_Tranquilo Papá, ten paciencia.

_Hijo, si seguimos así nunca vamos a recibir lo que nos corresponde por derecho, algo debemos hacer o nunca heredaremos su fortuna.

_El abuelo no va a vivir eternamente, aunque eso es lo que parece. Ya está viejo, es cuestión de tiempo.

_O hacemos algo o nos quedamos sin dinero…

_Papá, te dije que te tranquilizaras, ya estoy tomando cartas en el asunto.

_¡Pero qué dices!, ¿Acaso lo irás a matar?

_Claro que no, bueno al menos no directamente.

_Por Dios explícate.

_Te cuento: visto que hemos esperado por años y el abuelo nada que muere, decidí, suministrarle el llamado "polvo de la herencia", ¿Sabes qué es?

_Pero que tonterías dices, ¿Qué diablos es eso?

_Es arsénico, y ese eufemismo se usaba en otra época, cuando era necesario acelerar la muerte del patriarca familiar para poder heredarlo.

_¿Alguien más sabe de esto?

_Todos en la familia, o ¿acaso crees qué somos los únicos desesperados? Mis tías y mis primos están tan ansiosos como nosotros.

_Pero te vas a meter en problemas.

_En lo absoluto, no deja rastros, es inoloro e insaboro, además se lo he estado dando en todo lo que bebe desde hace un par de semanas, y el muy tonto no se ha dado cuenta.

_¿Acaso no has notado que últimamente está más débil, su semblante está más pálido y se nota más cansado?

_No te has dado cuenta que su piel muestra signos de estar enfermando, pues ya falta menos.

_Si, tienes razón, pero ¿Cuánto tiempo le queda antes de, tú sabes, dejarnos su herencia?

_Es difícil saberlo, pero la semana próxima es su cumpleaños número 80, y el muy tonto quiere hacer una fiesta "en familia" para compartir con todos.

_Si supiera como lo detestan.

_Ese día le daré una dosis más fuerte y diremos que la emoción de su cumpleaños lo acabó, y listo, problema resuelto.

Pasada una semana todos asistieron al cumpleaños del abuelo, este se veía muy débil y tenía que caminar ayudado, se sentó a la cabecera de la mesa.

Su nieto se levantó y pidió a todos levantar sus copas en un brindis por la salud del abuelo a viva voz dijo:

_Brindemos por la salud del abuelo y porque viva muchos años más.—Sin ningún reparo, dibujó un gesto de malicia en su cara que todos aprobaron en silencio.

El pobre anciano no tenía fuerzas para levantar su copa... O al menos, era lo que todos pensaban.

De repente los asistentes comenzaron a sentirse mal, mareos, náuseas, fuertes dolores estomacales, algunos comenzaron a vomitar sangre.

En ese momento el anciano se levantó, mostrando una vitalidad que no se le veía en años, tiró su copa al suelo y a una señal suya se le sirvió vino de otra botella.

_Gracias a todos por venir y por sus buenos deseos. ¡Feliz y dolorosa muerte!

Fin

*Alberto Gómez (44 años) es un escritor venezolano radicado en Ecuador. Ingeniero de profesión y lector apasionado, encuentra en la escritura un espacio de expresión y creatividad. Escribe por afición, movido por el placer de contar historias y explorar ideas a través de las palabras.

miércoles, 27 de agosto de 2025

"Colour of the sun" poemas de Keshab Sigdel



CIVILITY

The restaurant tables were empty
Except the sugar-pots and thin layers of dust on them.
Few house-flies used liberty to swirl around
And occasionally landed on the table to toss their ‘mouths.’
For me, it was enough to smile all alone!

Oh, sorry… I didn't notice them,
They’re already seated on the chairs.
Sorry, I didn't really hear them talking;
Probably, it wasn't the right time to smile.
But unfortunately, I did it.

And they stared, and frowned at my incivility.
They pulled out the napkins, then sneezed and coughed,
And bruised their noses in the best civility possible.
I hate Kathmandu. I too hate it.
They were cursing the dust, which they think
Is solely responsible for their misery.
I was really sorry for them.

That was not the last meeting anyway,
There were occasions when we met again.
Every time we met thereafter,
I was conscious not to smile
But would pull out a napkin, and sneeze in civility!


CIVISMO

Las mesas del restaurante estaban vacías,
excepto por los azucareros y una fina capa de polvo.
Unas pocas moscas domésticas usaban su libertad para revolotear
y, de vez en cuando, aterrizaban en la mesa para rozar sus "bocas".
Para mí, eso bastaba para sonreír a solas.
Oh, lo siento… no me di cuenta,
ya estaban sentados en las sillas.
Lo siento, en serio, no los escuché hablar;
quizá no era el momento adecuado para sonreír.
Pero, desafortunadamente, lo hice.
Y me miraron, frunciendo el ceño ante mi falta de civismo.
Sacaron las servilletas, luego estornudaron y tosieron,
y se restregaron la nariz con la mejor educación posible.
Odio Katmandú. Yo también lo odio.
Maldijeron el polvo, convencidos de que
era el único culpable de su desgracia.
De verdad, lo sentí por ellos.
No fue nuestro último encuentro, de todos modos.
Hubo ocasiones en que volvimos a vernos.
Y cada vez que nos cruzábamos después,
me cuidaba de no sonreír,
pero sacaba una servilleta
y estornudaba con civismo.


COLOUR OF THE SUN

My daughter is busy colouring her thoughts
The fingers restlessly
Move across the drawings
On the card board paper.

“What is the colour of the sun?” she fumbles–
Yellow, orange, or crimson red–
Who knows it? The colour of the sun?
She takes a colouring pencil, and before she fills in
The colour, she tries to sharpen the tip of the pencil;
The tip breaks again and again...
And it only sharpens her nerves.

Irritated, confused,
She raises her head, and slowly, turns it a little right,
And gives a puzzled look at me,
Her eyes are enough to tell what she feels
About me; But I have never coloured
A sun, you know! I have never felt it closely
To know its colours. At times,
I have hated the irresistible heat, or
Its absence too. But colours?
Does the sun have a colour at all?
With my little daughter, the sun smiles, and how
Do I tell what colour is the smile?

It’s raining heavily outside, and inside
My conscience erodes to create a grim, bleak lake
That receives the reflection of the sun.
What colour is the sun in the lake?
The colour of my mind, probably.

To my daughter, I just said—
Paint your own sun, dear!


EL COLOR DEL SOL

Mi hija está ocupada coloreando sus pensamientos.
Sus dedos, inquietos,
se deslizan sobre los dibujos
en el cartón.
“¿De qué color es el sol?”—pregunta, dudosa—
¿Amarillo, naranja o rojo carmesí?
¿Quién lo sabe? ¿El color del sol?
Toma un lápiz de color y, antes de rellenar
el dibujo, intenta afilar la punta;
pero se rompe una y otra vez…
Y solo afila su impaciencia.
Irritada, confundida,
levanta la cabeza, gira lentamente hacia la derecha
y me mira, desconcertada.
Sus ojos bastan para decirme lo que siente
sobre mí. Pero yo nunca he coloreado
un sol, ¿sabes? Nunca lo he sentido de cerca
para conocer sus colores. A veces,
he odiado su calor insoportable,
o también su ausencia. Pero, ¿colores?
¿El sol tiene color realmente?
Con mi pequeña hija, el sol sonríe, pero
¿cómo decirle de qué color es una sonrisa?
Fuera, llueve intensamente, y dentro de mí
mi conciencia se desmorona, formando un lago sombrío
donde se refleja el sol.
¿Qué color tiene el sol en el lago?
El color de mi mente, quizá.
A mi hija solo le dije:
—Pinta tu propio sol, cariño.


OF MY POETRY CLASS

Today, as every previous-year’s day,
I’ll meet a new batch of students
In my poetry class.
May be I‘ll talk to them on Chaucer
On how he’d
democratically portrayed his characters
Or, may be, I’ll, as always,
Romanticize Ginsberg as a Hippi-hero
And elaborate his experiments with sex and drugs;
Or, I may be overtaken by the personal life of Yeats
By failures of his love life
More than the philosophical visions in his poems.

They’ll have expectations
And may end in impressions;
I’ll also have expectations
But I’ll need to continue on those impressions,
The way I’ve been doing these many years.

In the classroom
They’ll be my students
Or, I will be their teacher, by reciprocation.
Very consciously, we’ll build and maintain the distance
Of our being—as a teacher, as students.
Each day, we’ll interact with each other
Through faces-- foamy smiles this time, and frowns at other times.
In the turn of the year, before my poetry classes end
These new faces will soon be registered as ‘gold-old batch’
And I’ll be left to expect new faces again.

At this moment of thought, as always,
I am drawn back to the same question:
With these fleets of fancy-fiery faces,
(As a new teacher to these new students),

Am I simply rehearsing to keep time away?


DE MI CLASE DE POESÍA

Hoy, como cada año pasado,
conoceré a un nuevo grupo de estudiantes
en mi clase de poesía.
Quizá les hable de Chaucer,
de cómo retrató a sus personajes
con una mirada democrática.
O tal vez, como siempre,
romantice a Ginsberg como un héroe hippie
y detalle sus experimentos con el sexo y las drogas.
O puede que me absorba la vida personal de Yeats,
más por los fracasos de su amor
que por las visiones filosóficas en sus poemas.
Ellos tendrán expectativas
y quizás terminen con impresiones.
Yo también tendré expectativas,
pero tendré que seguir construyendo sobre esas impresiones,
como lo he hecho durante tantos años.
En el aula,
serán mis estudiantes
o yo seré su profesor, por reciprocidad.
Conscientemente construiremos y mantendremos la distancia
de lo que somos: un profesor, unos estudiantes.
Cada día nos relacionaremos
a través de los rostros—sonrisas efímeras a veces,
ceños fruncidos en otras.
Cuando el año termine y mi clase de poesía llegue a su fin,
estos rostros nuevos quedarán registrados como "la vieja y dorada generación",
y yo me quedaré esperando nuevos rostros otra vez.
En este momento de reflexión, como siempre,
vuelvo a la misma pregunta:
con estas oleadas de rostros apasionados y fugaces,
(como un nuevo profesor ante nuevos estudiantes),
¿Estoy simplemente ensayando para alejar el tiempo?

Traducción al español: Johanna Carvajal Arboleda

*Keshab Sigdel (Nepal) Es un poeta, editor, traductor, activista y académico nepalí. Nació el 4 de abril de 1979 en Mainapokhar, Bardiya, en la región occidental de Nepal. Es autor de Samaya Bighatan (Dissolution of Time, 2007) y Colour of the Sun (Poesis, 2017). Ha editado Madness: An Anthology of World Poetry (RedPanda Books, 2023), una antología que reúne a 297 poetas de 101 países y territorios. También editó An Anthology of Contemporary Nepali Poetry (Big Bridge, 2016), una colección de poesía contemporánea nepalí.
Su trabajo más reciente como traductor, Shades of Color (Nepal Academy, 2021), es una colección de poesía indígena de Nepal. Además de poesía, escribe ficción, ensayos literarios y obras de teatro. Es editor de Poetry Planetariat, una revista global de poesía publicada por el World Poetry Movement. También fue coeditor de Of Nepalese Clay, la revista literaria de la Society of Nepali Writers in English, y de Rupantaran, una revista de traducción publicada por la Nepal Academy.
Sigdel enseña ‘’Poesía y Literatura de Guerra, Conflicto y Trauma’’ (Poetry and Literature of War, Conflict and Trauma) en la Universidad Tribhuvan de Katmandú. Además, es un activista comprometido con los derechos humanos, con una amplia trayectoria en educación en derechos humanos, incidencia política ante el gobierno nepalí y organismos internacionales. Su activismo le ha llevado a ser arrestado en múltiples ocasiones.