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lunes, 23 de mayo de 2011

Escribir sobre escribir

“No se escribe porque se tenga algo que decir,

sino porque se tiene ganas de decir algo”

Emil Cioran

Duro combate contra uno mismo, el ejercicio de embadurnar papel con garabatos apiñados uno tras otro, se parece más a una carrera de largo aliento, donde no importa tanto ganar, como demostrarse que se es capaz, no importa lo tortuoso y lo inutil de dicho esfuerzo. Se puede escribir por diversas razones, ejemplo: para decirle a García Márquez y a Vargas Llosa que por favor paren de cagar tinta… o para decirle a Cesar Vallejo, no importa donde se encuentre, que gracias por su lección, que a mi también se me ha quemado el pan en la puerta del horno la mayor de las veces.

Desde luego existen otros casos, explicarle a Camila, digamos: que la luna vienen en las noches y algunas tardes, nada más que para jugar con ella a las escondidas por entre las nubes; luego un beso con sabor a chocolatina en mis labios, un graciaspapi rapidísimo y tan tan se acabó. Escribir también para arriarle la madre a Jürgen Habermas y su teoría de la acción comunitaria; y el consenso y toda esa majadería dizque postmoderna, que obligan a tragar a personas inocentes en todas las universidades con el ánimo de postmodernizarlas y hacerles entender su tal globalización a la brava, ¡habrase visto!.

Por supuesto que hay razones mucho menos irritantes, pretextos si se quiere lúdico-eróticos, como decirle a Lucy: boquita rica, voz de saxofón/infinidad de piel que es mi desmesura/ desde aquí mi boca, mi triste boca envía besos/ muchos besos a tu tierno, perfumado y delicado sexo…

¡Escribir para dejar constancia de que no soy una foca! Escribir y no dejar caer en el olvido a mi compadre Gómez Jattin, palabras para decir que te extrañamos hermano, que nos hacen falta tus manos gigantes bailando en el aire con esplendor de mariposas, que se acabaron los poetas, que nadie recita versos con la berraquera que tu lo hacías, que no estabas loco, que tan solo eras un niño cereteano, huérfano en las calles de este despiadado muladar, Raulito en verdad como dijo Jaramillo Escobar: ¡tu si eras el putas!

Escribir por no llorar, escribir mejor que convertirse en asesino en serie, así se justifique más lo segundo, escribir con todos los colores del arco iris la palabra ANARQUÍA, en mayúsculas sobre un fondo azul como el mar y el cielo de Neguange, escribir recetas de exóticos platos y vinos calientes y aromáticos, para seducir incautas colegialas, escribir, escribir antes de un buen morir.

En fin, creo poder seguir enumerando las múltiples razones que hay, que tengo para escribir, pero no quiero cansarlos ni hacerme el latoso y siento que es mi deber punto final aquí.

A manera de colofón

Es imperativo escribir cuando no se es futbolista profesional, top model, protagonista de algún reality, conejita Play Boy, chica Med o al menos decadente estrella del cine porno.

3 comentarios:

  1. Lo siguiente lo escribí para la premiación de un concurso de cuento en un colegio, excuso así que peque a veces de reiteraciones "colegiales" (no, no se me ocurre un mejor adjetivo), se los dejo para darle más vueltas al tema.

    http://estosojosmiopes.blogspot.com/2009/11/habra-una-vez.html

    ¡Alegría!

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  2. Que bueno poder conversar por medio de los escritos con usted hombre Lucas

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