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miércoles, 10 de febrero de 2010

Incrédulo

No hay vacante para algún remordimiento
¿Soy tan culpable?
Si la terquedad no es un lujo del capricho
cuando advierte que esta próxima a caer
en las ataduras de lo amargo
en la mentira, o lo banal.

De internarme en una sonrisa
que nunca quiere desaparecer
prefiero oscurecer el mundo
dar media vuelta y de nuevo empezar.

Perdón por las palabras
casi hechas un suspiro
¿Soy tan culpable?
Nunca me alcanzaron las monedas
para comprarte una nueva felicidad

No te regalaba
un acuerdo sin desacuerdos
¿Soy tan culpable?
Si he rogado por este frio
ha sido todo para recordar
que no somos un par desconocidos.
que yo solo contigo quería volar.

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