EL NINJA GRIS DE LA CIUDAD
Voy por la ciudad. Agobiado en el subte. Trabajo en la oficina… como uno más. Esa es mi habilidad. Ser uno más. Pasar desapercibido. Desde chiquito tengo la habilidad de la invisibilidad. Más de una vez me pusieron falta en el colegio por no darse cuenta que estaba. Nunca me invitaban a los cumpleaños. Salvo a los que invitaban a todo el curso. Ahí estaba yo jugando solo… a un costado. Disculpame… ¿vos sos? Me decían mis compañeros de sexto grado… desde primer grado íbamos al mismo curso. En ese momento me saca de mi recuerdo un compañero de trabajo ¿A alguien le molesta que prenda el aire acondicionado? A mi pienso… lo dije varias veces… en la cocina, en la sala de reuniones. Lo digo cada vez que lo preguntas. Lo dije de vuelta recién. Pero entonces oigo: oka lo prendo entonces, cualquier cosa si a alguien le molesta me avisa Pero es normal. En mi casa me pasa lo mismo. Ella ni siquiera recuerda como me conoció. A veces me pregunta cosas, yo le respondo pero no me escucha. Te hice café con leche… me gusta el té negro pienso. Se lo dije. Se lo dije durante veinte años… suspiro… Mi mente vuelve… y sucede esa inigualable sensación cuando alguien del trabajo te mira y te dice: ¿Y vos quien sos?¿vos trabajas acá? Sos nuevo ¿no?...Hace quince años que trabajo acá. Mi mente hila…la salida del colegio ¿Disculpá flaco que queŕés? Vengo a buscar a mi nena… como todos los días… quién es… Marita… marita la nena de gris que está ahí en el rincón… ah si si Marina si Un día se que mirarán las fotos de ese casamiento, de ese bautismo, de ese cumpleaños y dirán… ¿Y este quién es?... Y sabrán que soy yo… siempre estuve ahí… pero nunca me vieron. Quizás desayuné a tu lado, trabajé muy cerca tuyo o hasta incluso quizás viví con vos. Siempre estuve ahí porque soy el ninja gris de la ciudad. Todos conocemos un ninja gris de la ciudad
ENCERRADO
Encerrado en este cuerpo, en este rostro, en estos pensamientos.
¿Quién los eligió por mí? ¿Quién fue el hechicero maligno que me privó de otros modos de ver el mundo? ¿De otros modos de relacionarme? ¿De otro rostro? ¿Dónde firmé estas condiciones de inicio?. Alguien que me traiga ese contrato. Yo no lo firmé.
No soy yo. Ese que está frente al espejo no soy yo, reniego de ese desconocido. Estoy atrapado en esta cárcel. A veces intento salir ¿o quizás me obligan?. La puerta simplemente se abre y me paro frente a ellos. Entonces comienza. Sus preguntas me manosean, intentan penetrarme a la fuerza ¿por qué estás solo? ¿por qué hablas tan poco?. Intento escapar pero los rumores me persiguen. Me espían en cada esquina. Me acechan las preguntas y se abalanzan sobre mí. Intentan abrir mi pecho. Me desnudan de a poco, contra mi voluntad y yo me congelo de pavor. Me sacan mis secretos a la fuerza, a punta de pistola, me los arrancan de mis brazos, se los llevan lejos mío y sólo quedan las críticas. Intento extirparlas... pero ya es demasiado tarde... han hecho metástasis. Ahí comienzan las arcadas y lanzo todo. Vomito todo lo que tengo dentro. Los lleno de mi hediondez. Una ametralladora de palabras que lanzo para protegerme, los atravieso con mis dardos venenosos, para entonces solo entonces, darme cuenta que he caído en su trampa. Y sobreviene el silencio. Las miradas cómplices. Su silencio me cachetea. Me ahogo en la culpa hasta asfixiarme, escupiendo excusas y lamentos. El rencor envenena mi sangre. He caído en la trampa del hechicero otra vez. Él fue quien abrió la puerta de mi celda prometiéndome libertad...solo para exponerme a la vergüenza y la sorna...y así vuelvo otra vez a mi celda... pero peor que antes... y me encierro... otra vez... sólo para ver mis sueños a través de los barrotes.
EL ÁRBOL DE HOJAS CANSON
Existía un pequeño pueblo perdido, extraviado, al que asistían los poetas enamorados. Todos buscaban lo mismo... el legendario árbol de hojas Canson. En ellas los enamorados poetas escribían odas, rimas, poesías y versos desesperados. Más de uno sufrió una fractura expuesta al caerse en plena escritura extasiada. En las épocas de mayor gloria, se armaban largas filas de espera y se sacaban turnos. Los anhelantes poetas acampaban esperando con ansias y más de una vez hubo peleas por la sospecha de la reventa de turnos. Más allá de la veracidad de los rumores, lo cierto es que poco duraba ésto, ya que al llegar el otoño, la infinidad de obras maestras (y no tantas) se iban secando y las hojas iban cayendo al lago, donde ya muertas, se fundían con él. Cuenta la leyenda qué quién bebía de esas aguas recibía la Inspiración de los grandes poetas. Incluso se habló de algo así como un pueblo gris, donde vivía el poblado gris, a las orillas del río. Se cuenta que sus habitantes, de tanto beber de sus aguas se transformaron en crisoles de colores. Más allá de la veracidad de los rumores, lo cierto es que al llegar la primavera nuevas hojas crecían y con ellas nuevos poetas venían. Dicen que con el tiempo el lugar fue quedando en el olvido y el árbol se transformó en uno más, de hojas comunes y corrientes. Aquí los expertos discuten, pues mientras unos sostienen que fue el árbol quien cansado de los poetas mutó sus hojas, otros sostienen que fue el olvido de los poetas, lo que lo hizo debido a la tristeza transformarse en un árbol más, común y corriente... y gris.
*Lucas Ablanedo es escritor, actor y director teatral. Licenciado en la UNA ha escrito obras literarias, teatrales y poesías destacándose entre sus obras "Experiencia Hamlet" seleccionada para el "Festival de Shakespeare" y su obra literaria "Algo abandonado"
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